Las centrales térmicas de la provincia, en el alero por falta de inversiones y la crisis del carbón nacional

César Sánchez/Ical. Central térmica de Compostilla en Cubillos del Sil

Antonio Vega

Luces rojas se encendían esta semana sobre el futuro de la central térmica de Compostilla II en Cubillos del Sil, parte inseparable del paisaje berciano, tras encender la sirena los sindicatos. Su propietaria, la antigua eléctrica pública Endesa, provisionó entre enero y septiembre más de 96 millones de euros para cerrar la central térmica de Compostilla II según se desprende de la información presentada para su Oferta Pública de Venta en el mercado de valores (OPV) de la compañía.

Endesa se ha apresurado a justificar la provisión de fondos en un “ajuste contable” y apunta a dentro de un año, octubre de 2015, el plazo máximo para conocer si esta central térmica tiene sus años contados o no. Pero las dudas llevan meses sonando y no cesan con una aclaración de este tipo.

Y menos con un precedente de cierre de térmicas como el anunciado por la eléctrica italiana Enel. La propietaria de Endesa, y a su vez dueña de Compostilla y del 50% de la térmica de Anallares en Palacios del Sil, anunció el cierre de parte de sus plantas termoeléctricas en Italia (dos de ellas de carbón), lo que contribuye a las dudas por el futuro de las centrales térmicas de la provincia.

La falta de inversiones en las mismas para prolongar su vida útil, sólo Compostilla necesitaría de unos 200 millones de euros a partir de 2015 para modernizar sus cuatro grupos, es la causa de la continuidad de las térmicas de la provincia. Según fuentes sindicales Compostilla reducirá su producción a un máximo de 17.500 horas totales hasta 2023 desde 2016, lo que la dejaría bajo mínimos.

La necesidad de rebajar emisiones y las inversiones, claves en el futuro de las térmicas

Una decisión europea sobre reducción de emisiones contaminantes y su aplicación española están detrás de todo este embrollo. En el llamado Plan Nacional de Reducción de Emisiones para Grandes Instalaciones de Combustión se recogen las limitaciones que las térmicas tienen a partir de 2016 para cumplir los objetivos de emisiones contaminantes a los que se ha comprometido España.

Para que las centrales térmicas puedan cumplirlos deberán invertir fondos en su modernización y reducir sus emisiones. Sólo así podrían mentener sus horas máximas de producción eléctrica.

En la provincia de León hay tres centrales térmicas: la de La Robla (100% propiedad de Gas Natural Fenosa) tiene dos grupos con 655 MW de potencia; la de Anllares en Páramo del Sil (33,3% Endesa-66,7% Gas Natural Fenosa) tiene un grupo de 365 MW potencia y la de Compostilla II en Cubillos del Sil (100% de Endesa) tiene cuatro grupos con una potencia de 1.341 MW.

Central Térmica de Compostilla II

Entre 2007 y 2011 Endesa si invirtió en sus centrales de carbón de España. En concreto Endesa publicitó que había invertido 54,8 millones de euros en las centrales de As Pontes (La Coruña), Compostilla II (León), Andorra (Teruel) y Litoral (Almería) para mejorar sus turbinas. Esto le habría supuesto un ahorro de 120 millones en seis años, anunció en una nota de prensa. La reducción de emisiones fue de 563.000 toneladas de CO2 cada año para la misma producción eléctrica. Cifras que evidencian que el negocio de invertir en las centrales de carbón no fue tan malo.

En una conferencia al tomar posesión como consejero delegado de Endesa, José Bogas condicionó la inversión en Compostilla a un marco regulatorio favorable para la combustión de carbón nacional aunque de momento se quedan fuera del plan de inversiones 2014-2016 de la compañía nacional. Antes de 2018 las centrales térmicas deben reducir entre un 50 y un 60% las emisiones de azufre y óxido de nitrógeno según las especificaciones de la Unión Europea o reducir su capacidad. En cualquier caso el límite temporal para adaptarse a la nueva normativa es el año 2023, año en que si no se cumplen los nuevos requisitos deberán cerrar.

Y esa es otra de las causas de la crisis de las térmicas. La inseguridad del sector del carbón nacional, en una grave crisis desde 2012 tras el 'hachazo' del Gobierno del PP al sector, es otro de los factores. Las eléctricas reciben fondos para comprar carbón nacional y en total una decena de centrales térmicas en toda España están obligadas a abastecerse de él. El mecanismo establece una compensación económica a las centrales afectadas por estas medidas, que se encuentran vigentes hasta el 31 de diciembre de 2014 de este año. La falta de certidumbre sobre esa continuidad es causa alegada por las eléctricas para mandar mensajes de dudas sobre sus térmicas. En este marco regulatorio se establece también la prioridad de las térmicas que consuman carbón nacional en cuanto a producción eléctrica sobre el resto del sistema de combustibles fósiles. En resumen, a más dinero público se garantizaría el futuro de las térmicas.

Compostilla, parte de la historia berciana

La central de Cubillos es parte de la historia energética berciana y también nacional. La central térmica de Compostilla I fue la primera planta de producción de la entonces Empresa Nacional de Electricidad, SA (Endesa), y fue inaugurada en 1949 en la localidad situada al lado de Ponferrada. Compostilla II inició su construcción a finales de los 60 y se puso en funcionamiento en 1972. Evidentemente se eligió Ponferrada por la cercanía a las cuencas mineras de Laciana y Alto Bierzo, que suministraban el carbón necesario para la produccción eléctrica.

Ese fue el origen de la gran compañía pública de electricidad, que fue privatizada totalmente en 1998 y comprada por la italiana Enel en 2008. Actualmente Enel ha iniciado un proceso de desinversión en la empresa, quedándose todo su negocio latinoamericano y 'vaciando' -vía dividendos- la caja de la compañía en un proceso muy polémico. Y es en el folleto de la emisión de nuevas acciones a la Bolsa donde ha 'cantado' la alarma sobre los planes de la compañía para Compostilla. Veremos si al final se cumplen.

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