La casa de los encuentros
¿Quién no ha quedado alguna vez en el BBVA? El lugar estaba llamado a convertirse en lugar de encuentro cuando allá por los años 30 el Banco de Bilbao mudó su sede al inmueble del antiguo Casino Recreativo de León. Aquello fue todo un acontecimiento social que reunió a las autoridades provinciales con la alta clase leonesa. La entidad financiera, al comenzar su actividad en León, había ocupado primero los bajos de la Casa Goyo donde ahora se encuentra el Banco Santander.
El responsable del proyecto del casino fue el arquitecto madrileño Gustavo Fernández Balbuena (1888-1931), quien tenía vinculaciones familiares con León. Concretamente, en la localidad de Aviados construyó su residencia ocasional, hoy ya derruida.
El inmueble se levanta en plena Plaza de Santo Domingo y ocupa parte del solar en el que estaba el monasterio del mismo nombre. Visto desde la calle Ordoño II, el edificio forma parte de una curiosa composición de épocas. Detrás de él, el Palacio de los Guzmanes, y un poco más arriba, la Catedral de León.
La redondeada forma de los ladrillos hace pensar que estos se elaboraron exclusivamente para la construcción del edificio. En cualquier caso, el ladrillo se convierte en elemento protagonista de la fachada. En ella llama la atención el escudo de la ciudad sobre dos niños que representan los ríos Bernesga y Torío, igual que ocurre con la fuente de la Plaza del Grano. En el lateral que da hacia la plaza de San Marcelo aparecen dos cabezas de leones invertidos.
El edificio, que presenta una superficie global de 2.200 metros cuadrados destinaba antaño la planta sótano a cocina, servicios, instalaciones, limpiabotas, peluquería y bar. En la planta baja se ubicaban salones donde se tomaba el café. La planta primera se destinaba a un gran salón de fiestas con balconada abierta a la plaza. En la tercera planta se encontraba la caja de caudales y había salas de juego, abiertas a unas terrazas-azoteas. Hoy todo esto son oficinas.
