“Bienvenidos a la Playa del Grano, el chiringuito de Silván”

Los 'guardianes' de la Plaza del Grano, hoy protestando por la "playa" que ha dejado el proyecto del Ayuntamiento de León.

C.J.D.

Apenas una quincena de personas apostaron esta mañana de domingo por pasarla bajo el sol en la playa de León. En concreto, en la playa del Grano, la irónica denominación que los convocantes, los denominados 'Guardian@s del Grano, destacaban para censurar públicamente el “despilfarro” de dinero público realizado en este entrañable y protegido lugar del Casco Histórico de la capital leonesa, que tras una inversión de 600.000 euros en tres fases presenta en la actualidad profusión de arena que en muchos puntos oculta los cantos rodados tan característicos.

Y eso que el Ayuntamiento leonés, que defiende que “es normal” esa presencia de arena en la Plaza del Grano, ha barrido con una máquina de pequeñas dimensiones en los últimos días buena parte de ese material en las últimas fechas desde que ILEÓN se hiciera eco de las primeras protestas.

La concejala de Urbanismo, Ana Franco (PP), arropada por el arquitecto responsable del polémico proyecto, Ramón Cañas, enmarcan este aspecto dentro de la normalidad de la presencia de abundantes piedras sueltas y arena, debida, mantienen, en parte a las lluvias torrenciales del mes de julio, cuando aun las piedras “tienen que cuajar, compactar”.

Los asistentes que critican la situación y estas explicaciones, entre ellos el concejal de León Despierta (Podemos), Óscar Fuentes, o el conocido Ramiro Pinto, así como algunos niños, quisieron visibilizar su desagrado con lo que estiman es “un despilfarro” después de la excusa de “haber condenado a la Plaza del Grano los últimos 30 años” por parte del Consistorio, a pesar de la protección que pesa sobre ella.

Pinto destacó que el objetivo es “que recupere su estado original”, algo que “con voluntad podrá realizarse a un coste económico insignificante”. “La plaza ha existido durante cuatro siglos, con todo tipo de inclemencias y nunca la afectó, sino al contrario formó parte de su función y belleza”, explicó el portavoz de la protesta, que negó también que la solución pase por “barrer la plaza”, como apuntó el arquitecto de la reforma.

Y como se anunciaba en la convocatoria, lo hicieron tirando de ironía, desplegando en pleno centro de la plaza toallas, sombrillas, crema protectora y otros objetos típicos de un día de playa, ante la mirada sorprendida y también divertida de algunos turistas que a esa hora, las doce del mediodía, pasaban por el lugar. A ellos les dieron la “bienvenida a la Playa del Grano, pasen al chiringuito del alcalde Silván”. Aunque nadie se sumó al llamamiento.

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