Miles de barbos y bogas quedan 'bloqueados' por las presas en el río Bernesga en León capital

Uno de los bancos de barbos y algunas bogas bajo el puente de Los Leones.

Un año más, como ha venido ocurriendo poco a poco en los últimos ejercicios aunque de manera muy discreta, el río Bernesga a su paso por León esconde un espectáculo natural poco conocido y que tiene como protagonistas a miles de peces que convierten este cauce de la capital en su lugar de descanso invernal.

Se trata de un banco formado por miles de barbos, y algunos ejemplares de bogas que les acompañan, ciprínidos todos ellos que estos días son perfectamente visibles reposando en grupos masivos a la sombra del Puente de los Leones. Sólo algunos viandantes, y ciertos aficionados a la pesca, se percatan cada día de la presencia de este numeroso banco que ha llegado literalmente para hibernar.

Su llamativa presencia en este punto urbano obedece, según los expertos, a que el estado de salud del río en este punto ha mejorado sustancialmente y “en su tramo por encima de la ciudad de León el río se está recuperando de multitud de impactos que sufrió en el pasado, aunque hay otros que aún están presentes”, resaltan Carlos Rodríguez, de BICHO Prods, y Gustavo González, de Icthios Gestión Ambiental, responsables de unos de los trabajos audiovisuales y científicos más completos y de más calidad sobre el cauce del río Duero.

Lejos de lo que pudiera parecer, estos numerosos bancos no alteran para nada, siquiera por unos días, el ecosistema, al contrario, explican Rodríguez y González: “Un río sano necesita de estas especies para tener la cadena trófica que le corresponde; sin estos ciprínidos el río estaría diciéndonos que se encuentra en un estado ecológico muy malo; así que los efectos de su presencia son muy positivos, tanto a nivel ecológico como a nivel recreativo y social, por el maravilloso espectáculo que nos están proporcionando estos días”.

No es algo que ocurra todos los años. Depende del volumen de agua que se acumule en estos puntos de cauce más tranquilo, de su turbiedad, de las crecidas que se produzcan o no... De hecho, los expertos esperan que los barbos y bogas no se queden demasiado tiempo y “decidan moverse en una u otra dirección buscando aguas más profundas y con mayor cantidad de refugio” en cuanto lleguen las primeras crecidas, es decir, basta con que llueva en la montaña leonesa.

Y es que reconocen que “la zona que ahora ocupan es subóptima para ellos, es decir, no se ajusta por completo a sus necesidades, y si se han detenido ahí es por la presencia de la presa que hay aguas abajo y que para ellos representa un obstáculo insalvable por cómo está construida”.

Por eso, los bancos actuales permanecen allí 'bloqueados'. Y no porque no puedan asumir saltos de agua, de hecho, son especies que emulan a los salmonidos y pueden remontar con espectaculares saltos importantes corrientes y pequeñas cascadas. Pero algunas presas en el cauce del Bernesga se lo ponen casi imposible. “Que se haya detenido en este punto y no continúe su migración invernal aguas abajo denota que existe un obstáculo infranqueable que les impide completar su migración”, que debería ser aguas abajo, al contrario de lo que vuelven a hacer antes del verano, que remontan para alcanzar sus zonas de reproducción.

Mientras estas especies permanecen, mostrando estos días algunos ejemplares de barbo que aparentan superar el medio metro de longitud, se acercan las fechas en las que la buena salud del río leonés permitirá por fin y después de años de promesas poner en marcha el primer coto de pesca, en la modalidad sin muerte, en León capital, para lo que además la Junta de Castilla y León ha repoblado con abundancia de truchas. Eso significa, por ende, que para pescar a partir de esta temporada 2019, que arranca en abril, será obligatorio sacarse la licencia, poniendo coto a la habitual pesca de aficionados leoneses en el Bernesga.

“Especie única en el mundo”

Rodríguez y González, que se han pasado años documentando y grabando el fenómeno migratorio de los barbos, junto a otros muchos de la fauna piscícola del Duero, tienen claro que el “espectáculo” de los miles de barbos debería ser para León un momento de “disfrutar de estos animales, porque ésta especie en concreto solo está presente en unos pocos ríos españoles, y tenerlos alojados en nuestra ciudad nos permite contemplar a una especie única en el mundo”.

Aquí os dejamos el VÍDEO de 'Durienses, los endemismos del Duero', uno de los trabajos de Carlos Rodríguez, de BICHO Prods, y Gustavo González, de Icthios Gestión Ambiental:

trailer DURIENSES: los endemismos del Duero from BICHO Prods on Vimeo.

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