Los leoneses remolonean en la última noche con toque de queda a las diez de la noche

La Plaza Mayor cerca de la hora de cierre de la hostelería este sábado bajo la vigilancia de la Policía Local.

Todavía este sábado estaba en vigor el toque de queda a las diez de la noche, una medida que acompaña al estado de alarma por la pandemia de coronavirus que decaía justo en la media noche. Es decir, todos los leoneses que por razones de trabajo no estuvieran exentos debían estar en sus domicilios a las 22.00 horas, cuando a estas alturas del año todavía había algo de claridad en el cielo.

La mayor parte de los hosteleros cumplieron la medida recogiendo con algo de antelación sus amplias terrazas, sobre todo teniendo en cuenta no sólo que también a ellos les imponía la Junta el horario de cierre a las diez (será a las 12 a partir de mañana) sino que además la elevada incidencia de la covid en la capital mantiene los establecimientos cerrados a cal y canto en su interior.

Sin embargo, aunque una amplia mayoría de leoneses cumplió con el toque de queda, fueron bastantes más que cualquier otra noche los que se hicieron los remolones. Así lo confirmaban algunos agentes de la Policía Local a los que les correspondió la tarea de vigilar el cumplimiento de las medidas en puntos 'calientes' como por ejemplo la Plaza Mayor de León.

Los policías admitían haber vivido una jornada en la que el buen tiempo y las elevadas temperaturas hicieron proliferar también mucho más los controles de todo tipo de medidas sanitarias que aún están en vigor por la pandemia, como no fumar en las terrazas, llevar siempre la mascarilla puesta o no superar un número de personas reunidas. Pero los botellones en diferentes puntos de la capital leonesa fueron el principal quebradero de cabeza.

Y es que no pocos leoneses no terminaban de asumir, llevados además por el ánimo del caluroso clima, que en esta jornada todavía se tuviera la obligación de cumplir con la norma de estar en casa a las diez de la noche pero que a partir de la medianoche, al decaer el estado de alarma, se pueda salir ya sin restricción alguna a la calle, aunque los establecimientos permanezcan cerrados.

De este modo, era considerable el ambiente que se podía apreciar no sólo en lugares de mucha hostelería, como el Barrio Húmedo o el Barrio Romántico del Cid, sino también en numerosos bares de diferentes barrios, incluso aunque éstos permanecieran en su inmensa mayoría con la trapa echada.

Etiquetas
stats