Una montaña de basura satura el vertedero provincial de San Román de la Vega

Vista del escaso espacio que le queda al vaso de vertido actual, a la espera del proyecto del nuevo que pretende ejecutar el consorcio Gersul.

C.J.D.

Nació hace diez años como un modélico Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) tras una fuerte controversia en San Román de la Vega y en los pueblos aledaños del Órbigo y la Cepeda. Tenía una vida útil de 20 años, por lo que le faltaría una década de vigencia, pero el vertedero provincial de San Román (como le ha denominado ya el propio consorcio provincial de residuos Gersul) presenta hoy el aspecto real de un basurero prácticamente saturado y sin apenas reciclaje.

Una visita al exterior de la planta evidencia que la realidad es muy diferente a la que se vendió en su día. Las basuras de todo tipo, tanto material que se debería reciclar como la basura orgánica, acaban formando una pirámide sobre el vaso de vertido que supera en algunos puntos los 20 metros de altura, cuando la previsión inicial era de dos. Miles de aves y roedores, y millones de moscas, lo han convertido en un lugar privilegiado para su alimentación.

Pájaros de numerosas especies se benefician por miles de los residuos acumulados en la planta.

A simple vista se aprecia que el compost, el supuesto abono procedente de la basura orgánica que se repartía hasta hace pocos meses por campos de cultivo de toda la provincia, forma su propia montaña dentro de las instalaciones. La mayor parte de este 'elevado' problema generado tras una polémica que acabó con la orden de prohibir su reparto, acaba también en el vaso de vertido. Aunque aún algunos camiones con incierto destino son cargados con parte de este material, como demuestran las fotografías exclusivas que acompañan a este reportaje.

Paulatinamente, las zonas ya saturadas son cubiertas con un plástico negro y sobre él una capa de tierra vegetal, extraída de parcelas aledañas al CTR. Un vistazo general demuestra que el vaso se va quedando en la mínima expresión y estará muy cerca de no admitir una bolsa de basura más cuando lleguen los casi 500.000 balas de basura que esperan desde hace más de una década en la finca El Busto de Santa María del Páramo en una decisión del consorcio Gersul que preside la Diputación, no exenta de contestación y crítica.

Sobre todo porque la decisión de que la vieja basura de León y su alfoz que dormía el sueño de los justos en el Páramo acabe en el CTR obligará, como ya anunció la Diputación, a impulsar un urgentísimo proyecto no menos polémico y tabién aprobado por Gersul: impulsar un segundo vaso de vertido en San Román.

El acuerdo ya está tomado junto a la UTE Legio VII adjudicataria del sistema de residuos, según una concesión que debería llegar hasta 2024, o sea, otra década más aún. La 'jugada' es que con el nuevo caso el basurero provincial aguante hasta ese año con capacidad para que los residuos de todos los leoneses no se queden sin destino.

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