Franco obligó a Villablino a otorgarle a él en 1971 una Medalla de Oro que costó 25.000 pesetas

Un alcalde de un municipio leonés entregándole con honores una Medalla de Oro a Francisco Franco en El Pardo, de las muchas que recibió de la provincia, hasta ahora desconocidas.

Luis Álvarez / Villablino

El Ayuntamiento leonés de Villablino aprobó otorgarle una Medalla de Oro del municipio al general y jefe del Estado Francisco Franco el 25 de noviembre de 1971, es decir, hace ahora 47 años. El dictador contaba con 79 años y faltaban apenas cuatro años para su fallecimiento.

Hasta aquí nada que no pasara en infinidad de instituciones públicas de la época, por ejemplo en la Diputacion de León, el Ayuntamiento de la capital u otros como Sabero, todos ellos desvelados en exclusiva por iLeón. Pero en el caso de Villablino, este honor dorado evidencia la forma en la que una dictadura, la de Franco, obligaba a justificarse y glorificarse permanentemente a sí misma, y no con la euforia propia de haber ganado una Guerra Civil sino ya en la fase final de un régimen autoritario y golpista que pretendía por entonces blanquear su imagen.

“No tuvimos más remedio”

La historia ha salido ahora a la luz y es de lo más rocambolesco. De aquella Corporación municipal aún queda un integrante vivo, Daniel Morales, entonces regidor y hoy un vecino de 93 años, que amablemente ha accedido a explicar a iLeón el sorprendente por qué de ese acuerdo: “No tuvimos más remedio”.

Parece una simple excusa pero no lo es. Y se comprueba cuando se acude a las actas de los plenos de la época. La creación de la Medalla de Oro del municipio se solicitó al Ministerio de la Gobernación por acuerdo del pleno de 14 de mayo de 1971.

La única intención era otorgar la primera medalla honorífica de este tipo al anterior alcalde, Manuel Barrio Valcárcel, que acababa de morir el día 2 de febrero de aquel mismo año 1971, estando en la Diputación Provincial, y que llegó a sumar 24 años portando el bastón de mando. El día 21 de ese mismo mes de mayo fue nombrado alcalde Daniel Morales como su sustituto.

Esa literatura del régimen

Cuando llegó el visto bueno del Ministerio de Gobernación para la creación de la Medalla a su alcalde, la respuesta venía con una imposición, una sorpresa y una literatura que aún asusta: “Esta Corporación municipal debe conceder la primera Medalla de Oro de Villablino a S. E. (su excelencia) el Jefe del Estado Español, como prueba de agradecimiento a la deuda que este municipio -como todos los municipios españoles- tiene contraída con el hombre que desde hace 35 años echó sobre sus hombros la grave responsabilidad de conducirnos a la victoria, ganar la paz y el progreso de la Nación, consagrando su vida a reconstruir, potenciar y desarrollar nuestros recursos y valores de todo orden, proclamando la fe de España como unidad de destino en lo universal y unidad firme entre sus tierras y hombres, entregándose totalmente al servicio de la Patria y del Movimiento Nacional y dando al pueblo español la confianza de su continuidad y seguridad a través de las tres instituciones básicas: Familia, Municipio y Sindicato”. El acuerdo final para hacer lo que el propio régimen franquista exigía se tomó así varios meses después, el 25 de noviembre de 1971. Hace 47 años.

Ha sido el acuerdo municipal para retirarle a Francisco Franco tal honor el que ha hecho salir a la luz este episodio. Y otros detalles: como que la medalla físicamente se encargó a la joyería de Madrid “Villanueva y Laiseca”, y que entre cuatro presupuestos que oscilaban entre las 10.000 y las 25.000 pesetas, como no podía ser de otro modo el Consistorio eligió la más cara.

Finalmente le fue concedida audiencia a una delegación del Ayuntamiento encabezada por el Gobernador Civil de León, Luis Ameijide Aguiar, en el Palacio de El Pardo el 6 de junio de 1973.

“No apretar al dar la mano” a Su Excelencia

Recuerda Morales, que “aquello parecía un ferial, por la cantidad de gente que allí había; nos tuvieron a todos en una antesala esperando sentados a que fuese llegando nuestro turno, recuerdo que antes de nosotros entraron los del Ayuntamiento de Cistierna, no sé con qué motivo. Pasamos, habló el gobernador, debíamos decir nombre y cargo y darle la mano a Franco, con la recomendación expresa de no apretar al dar la mano, entregamos la medalla y nos fuimos”. No es de extrañar que el principal sentimiento del exregidor lacianiego sea el recuerdo de que “yo estaba muy nervioso”.

La retirada de la Medalla de Oro no es el único acuerdo que incluía la moción presentada por el grupo Laciana Avanza y respaldada por la unanimidad del Pleno del Ayuntamiento de Villablino celebrado el pasado 7 de noviembre.

Dos de las proposiciones de retirada arrancan del principio de la Guerra Civil, en concreto del 12 de junio y 10 de julio de 1937. Existen dos acuerdos plenarios de esas fechas, que ahora se pretenden anular, el primero para dar el nombre de “José Antonio Primo de Rivera”, fundador de Falange, al denominado grupo escolar de las Escuelas Graduadas; y el segundo otorgando al comandante militar en Villablino por aquellas fechas José Morales Arboleya, el título de Hijo Adoptivo del municipio. La tercera anulación sería la de la impuesta medalla.

Ahora, una vez aprobada la moción, el Ayuntamiento deberá poner en marcha el sistema para llevar al Pleno la anulación de los citados acuerdos anteriores y elaborar un “catálogo de vestigios relativos a la Guerra Civil y la dictadura franquista, que se encuentren en el municipio... para la posterior retirada de dichos vestigios”, indica el texto de la moción.

Décadas de gobiernos de 'izquierdas'

De este modo, la Memoria Histórica se reconducirá, hoy convertida en Ley con una década de vigencia, a pesar de que desde 1979 ha estado gobernado por partidos políticos de izquierdas: el Partido Comunista de España (PCE), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) e Izquierda Unida (IU). Y en todo este tiempo ninguno de ellos había caído en la cuenta hasta ahora de estos hechos, cuando en los primeros años del sistema constitucional del 78 se eliminaron todos los nombres de calles o plazas de la época anterior y buena parte de los vestigios de monumentos ensalzando a algunos muertos, aunque existente uno aún en el parque de Villablino y algunos otros en pórticos de iglesias locales.

Ocurre que también hay alguna injusticia en el revisionismo, como el caso de la calle Conde de los Gaitanes, a la que se le cambió el nombre por Buen Verde, argumentando en ello el pasado “fascita” de José Luis de Ussía y Cubas, cuando el nombre se le había otorgado a principios de la década de 1920, en agradecimiento por haber comprado los terrenos y realizado la citada calle MSP como regalo a Villablino, para que tuviese el pueblo acceso directo a la estación del tren Ponferrada-Villablino.

Escuelas que nunca fueron de “José Antonio”

Respecto al nombre de “José Antonio Primo de Rivera” dado a las Escuelas Graduadas, solo ha existido en los papeles oficiales. Incluso en la mayoría de las actas plenarias del ayuntamiento se le sigue denominando durante todo el periodo franquista “Escuelas Graduadas”, como hacían los vecinos del pueblo.

Es ahora cuando se ha sabido, al solicitar a la Consejería de Educación la desafectación del grupo escolar, que oficialmente persiste ese nombre. Incluso cuando se cambió el nombre del colegio en el que agrupaba este grupo escolar y se le puso el nombre de Generación del 27, se renombraron cada uno de sus tres edificios con nombres de integrantes de este colectivo literario (Federico García Lorca, Rafael Alberti y Miguel Hernández), e incluso se les siguieron llamando por comodidad este, sur y norte.

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