Un informe calcula que León podría menguar hasta 320.000 habitantes en 2050, la cifra oficial más baja de su historia
Que la despoblación es un mal endémico de la provincia de León es un hecho. La deriva demográfica de los últimos años no deja lugar a dudas. Y lo que es peor, no es la primera vez que las proyecciones a futuro evidencian que el problema se convertirá en tragedia con cifras que hacen temblar.
La última aportación en este sentido proviene de un grupo de expertos de la Universidad Católica de Ávila (UCAV), encabezados por la doctora Beatriz Sánchez Reyes, que ha elaborado un profundo informe de proyección hasta los años 2030 y 2050, y cuyos resultados los ha convertido en un sencillo buscador online que permite ver la evolución demográfica y el nivel de envejecimiento de los 211 municipios de la provincia y todos los de Castilla y León.
Cabe resaltar, como lo hace la experta, que la proyección “se basa en el movimiento natural, es decir, teniendo en cuenta estrictamente los datos de nacimientos, defunciones y envejecimiento” y sin incorporar “aún” los movimientos migratorios, es decir, los de emigrantes que se van e inmigrantes que vienen, un trabajo “mucho más complejo” y también de datos más precisos pero “con una incorporación muy complicada a nivel municipal”. Aunque ya trabajan en este enfoque más completo.
Una posible caída del 31% en sólo 32 años
En espera de esa mayor concreción, la gran conclusión del informe actual que afecta a la provincia leonesa es que León perderá la friolera del 31% de su actual población del año 2018 en el año 2050. O lo que es lo mismo, que de los actuales 463.746 vecinos se podría pasar hasta 320.000 habitantes.
El batacazo es de tal calibre que el hipotético número de habitantes se sitúa incluso por debajo del primer censo oficial en España, del año 1857, en el que se consignó que residían en la provincia un total de 348.756 personas, sólo 10.040 de ellas en la capital leonesa, que era la mayor población. En el otro lado de la balanza, el saldo poblacional máximo de la provincia se dio en el año 1960, hace casi sesenta años, alcanzándose prácticamente 585.000 personas. A partir de ahí, el éxodo rural y la debilidad industrial de la provincia comenzaron a causar estragos que no sólo continúan hoy sino que, con este informe en la mano, se acelerarán en las tres próximas décadas.
Zamora, lo peor; Segovia y Valladolid, bajan pero menos
El cómputo provincial que realiza Beatriz Sánchez Reyes sólo sitúa a la provincia de Zamora, de la Región leonesa, por delante del peor escenario posible hasta 2050, con una caída del 36%, frente al 31% de León, y detrás Palencia con prácticamente el 29%. En el otro lado, las provincias que menos caerían serían Segovia y Valladolid con un 21% de descenso.
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Lo cierto es que en León se da un cóctel con tres variables que son definitivamente desastrosas para su saldo vegetativo: se trata de una de las provincias más envejecidas de España; también con los más altos índices de mortalidad; y por último, entre los que peores índices de natalidad registran.
Otros estudios, otras fuentes
Una tendencia que no es nueva. Ya a finales del año pasado, el Instituto Nacional de Estadística (INE), en su habitual informe oficial de proyección poblacional, situaba a la provincia leonesa como la de peor tasa de natalidad de España y la cuarta con más tasa de mortalidad, asegurando que en apenas 15 años, en 2033, León perderá prácticamente otras 52.000 personas. No se puede decir que el INE falle mucho: en 2012 sacó esta otra proyección calculando en el año 2022 la población de la provincia sería de 449.725. Y no va demasiado desencaminada.
Por otro lado, siempre hay informes menos desgarradores, que relativizan ese hipotético impacto de la despoblación. Así, por ejemplo, el último informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su análisis poblacional hasta el año 2050 -aunque sin datos provinciales- mantenía una gran discrepancia con los del INE, ya que difieren en varios millones de habitantes respecto a aquel.
Al final, sólo el tiempo dará o quitará razones. Pero en una cosa sí concluyen todos los estudios: León cae, a mayor o a menor ritmo. Y las políticas para evitar el cáncer de la despoblación no llegan o no son efectivas.
