Juzgan a una exjugadora de Villablino por fotografiar a compañeras y hermanas desnudas para su pareja pedófila

La sede de la Audiencia Provincial de León. / Carlos S. Campillo / ICAL

Una joven jugadora de fútbol natural de Villablino, A.F.G., exjugadora de un club de Oviedo, será juzgada la semana que viene en la Audiencia Provincial de León junto a la que fue pareja y entrenador de fútbol, P.M.F., por presuntos delitos de captación de menores, posesión de pornografía infantil, vulneración del derecho a la intimidad y utilización de menores con fines pornográficos por fotografiar desnudas, presuntamente, a otras jugadoras durante la temporada 2016-2017, pero también a las propias hermanas de la acusada.

Los hechos serán juzgados los próximos días 18 y 19 de noviembre en la Audiencia leonesa, y la Fiscalía pide para el hombre 29 años y tres meses de prisión, ya que se incluye en su caso la acusación de posesión de pornografía infantil, mientras para ella solicita una pena de 5 años y 8 meses de cárcel, teniendo en cuenta su confesión.

Además, se les solicitan indemnizaciones para las víctimas: 500 euros para las deportistas fotografiadas y 3.000 euros para una menor de edad de Guipuzcoa con la que presuntamente contactaron a través de redes sociales con la falsa excusa de un casting para el rodaje de un vídeo musical, a la que según la Fiscalía pidieron imágenes de contenido sexual y con la que llegaron a quedar en persona antes de que ella les denunciara en el último momento. Respecto a las víctimas, y para su protección, también se piden a los dos acusados medidas de alejamiento.

Según relata la Fiscalía, la joven jugadora de Villablino tomaba las fotografías de sus propias compañeras en los vestuarios y se las entregaba a su novio.

Pero la trama orquestada presuntamente por los dos acusados tenía ramificaciones mucho más profundas. La exjugadora incluso llegó a fotografiar a sus propias hermanas -una con una discapacidad psíquica de 16 años, y otra de sólo 3 años de edad- y el escándalo se destapó con la denuncia de otra menor, natural de San Sebastián, que fue quien acusó al entrenador de intentar convencerla para mantener relaciones sexuales. Para engañarla, se hicieron pasar por productores musicales.

A partir de ahí, comenzó a destaparse toda la trama. La Guardia Civil investigó al acusado, realizó un registro en su domicilio, situado en la calle Jovellanos de Oviedo, y localizó varias imágenes de contenido sexual.

Días después, su pareja, la ahora acusada, se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Villablino para confesar los hechos. Además de testificar, la mujer, mayor de edad, aportó pruebas del delito.

En su confesión, explicó que conoció a su pareja cuando él era entrenador y ella jugadora de un equipo de fútbol. Al tiempo, él comenzó a pedirle que fotografiase a sus compañeras desnudas o en ropa interior y un año después hizo lo mismo con sus hermanas pequeñas.

Según la investigación, la mujer actuaba por indicaciones de su pareja. Tomaba las imágenes con su teléfono móvil sin que las afectadas se percataran de ello. Con esta forma de actuar, fotografió a trece jugadoras, una de ellas, menor de edad. El acusado utilizaba las imágenes para uso personal, ya que no hay constancia de que estos archivos fueran compartidos con terceros.

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