La Junta prometió 11 grandes proyectos turísticos en León hace casi cuatro años y está comenzando a ejecutar sólo uno

Croquis del centro que albergará el Voladero del Urogallo Cantábrico en Caboalles (Laciana).

Hace tres años y medio, el entonces presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera (PP), llegaba a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid con un plan tan ambicioso como inédito bajo el brazo. Se llamaba 'Programa de infraestructuras turísticas en Espacios Naturales' (Pitan) y comprometía una inversión global de 26 millones de euros en la Comunidad. Buena parte de ellos, prácticamente una carta parte, correspondían a la provincia de León.

El objetivo, tal y como explicó el Gobierno autonómico, era acabar con un grave déficit del turismo rural en León y en Castilla respecto a otras comunidades, como es el de las alternativas naturales y de ocio para hacer más atractiva la llegada de los visitantes. La lista completa en la Comunidad sigue estando disponible en la propia web de la Junta, junto con la noticia de tan importante anuncio.

Por eso, el plan se dividía en tres apartados: uno para aumentar la red de miradores en espacios naturalesque no estaba cuantificado; otro de 'Alojamientos singulares', para ampliar la deficitaria oferta de plazas en determinados parajes y espacios espectaculares; y el tercero, llamado de 'Actuaciones singulares', un cajón de sastre donde entraba todo tipo de inversiones, desde restauración de minas para su visita hasta rutas de trineo o un funicular.

En concreto, la lista para beneficio de León y sobre todo de su montaña y sus numerosos espacios naturales protegidos era de un total de once proyectos. De la Red de Miradores, incluían dos de los 14 diseñados o mejoras en la Comunidad. Los dos eran nuevos y ambos en el Parque Nacional de Picos de Europa: en Piedrashitas y en Puerto de Panderueda.

Los alojamientos singulares, de 12 de la lista con un coste de 12,5 millones en total, otros dos eran leoneses: la construcción de un camping/glamping en el embalse de Ls Barrios de Luna, en el Parque Natural de Babia y Luna; y una viejísima aspiración de décadas atrás que sigue olvidada: la reconstrucción del Palacio de los Allende en la localidad de Burón, desmontado piedra a piedra hace más de 32 años para no ser anegado por el pantano de Riaño y que espera desde entonces promesa tras promesa incumplida.

Pero donde León se llevaba el premio gordo era en las 'Actuaciones singulares', que en total se nutrirían de 13,5 millones, la partida más abultada. En ellas, de las 17 planteadas por la Consejería de Turismo, siete eran de León. Algunas pusieron los dientes largos a sus respectivas comarcas y sus sectores hosteleros y turísticos.

En este apartado, entreba un Parque de Aventuras en equipamientos mineros que no concretaba ubicación, lo mismo que pasaba con la restauración de una mina de interior para que se pudieran realizar visitas turísticas. Riaño y su embalse se llevaban otro proyecto, de ejecución de infraestructuras sin determinar en el pantano.

La comarca de Laciana contaba con infraestructuras para una ruta de trineos en Leitariegos mientras que para las vecina de Babia y Luna contemplaban una Vía Ferrata para escaladores y aficionados, que sería la segunda de la provincia de León. En la Montaña Oriental, por un lado inversiones en un humedal de Boca de Huérgano y un proyecto futurista -y también en este sentido polémico- de unas pasarelas flotantes en el Desfiladero de Los Beyos, en el municipio de Oseja de Sajambre, en el ultraprotegido Parque Nacional de Picos de Europa. De algunos de ellos, la Junta incluso facilitó gráficos que explicaban cómo quedarían.

Sin embargo, hoy, tres años y medio después de aquellos anuncios, y con el PP todavía en el Gobierno de la Junta, la realidad es desoladora. El balance de aquel plan es ridículo. Basta una cifra: de los once proyectos leoneses incluidos en aquel programa anunciado a los cuatro vientos, sólo uno continúa hoy proyectado pero sin fecha de ejecución. De los demás no hay ni obras, ni noticia ni siquiera proyecto.

La respuesta es oficial y proviene de la propia Consejería de Fomento y Medio Ambiente que dirige el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, yaque este plan no depende de la Consejería de Turismo. Y en la época de la presentación del plan, Suárez-Quiñones era el responsable del plan.

En el recuento que de este ambicioso Plan de Infraestructuras Turísticas hace la Consejería a día de hoy sólo aparece una de las once obras prometidas. Y en cambio, sí recoge otras tres que en 2017 no se mencionaban y han surgido después.

La única 'superviviente' dentro de este remodelado y minimizado plan es la construcción de mirador en Piedrashitas, en Picos de Europa. La Junta lo cifra en 159.000 euros y en un año los trabajos.

El grado de ejecución de este único proyecto es tan precario que por un lado está “pendiente de redacción del proyecto definitivo”, explica la Consejería, y por otro sigue años después en “supervisión del Parque Nacional para la tramitación de autorizaciones”, ya que el espacio está altamente protegido y el diseño es muy novedoso.

Otra de las nuevas obras incluidas ahora en el Plan es el llamado Edificio Polivalente y el Voladero del Urogallo Cantábrico, en el Centro del Urogallo existente en Laciana. Es lo único que presenta un estado algo avanzado: al menos, están adjudicadas y están comenzando las obras estos días en Caboalles de Abajo. El primero costará 476.752 y el segundo 191.031 euros. En total 667.785 euros para Laciana, con un plazo de ejecución de cuatro meses que por lo tanto debe concluir en octubre de este año.

El tercer proyecto que prevé, pero tampoco ha iniciado, la Junta es otro mirador en el Parque Nacional de Picos de Europa, este en el municipio de Oseja de Sajambre: un nuevo espacio en Riega del Hoyo, con un coste de 155.000 euros. Tampoco aquí hay avances, sigue pendiente de redacción del proyecto definitivo y el Parque tampoco ha dado su visto bueno ni los permisos obligatorios.

El cuarto y último, como premio de consolación para el Espacio Natural de Babia y Luna, que en el plan original tenía dos ambiciosos proyectos (la Vía Ferrata y el camping/glamping), le queda la construcción de un área recreativa de juegos infantiles en el pueblo de Riolago de Babia, con 46.000 euros. Sigue pendiente de las licencias municipales para unas obras que llevarán tres meses.

Y aquí concluye el triste balance de ejecución de lo que su día fue un plan estrella de la Junta para conseguir que las comarcas más dañadas por la despoblación y la falta de servicios públicos, sobre todo en la Montaña Leonesa, pudieran ofrecer más espacios originales para atraer al turismo, prácticamente el único recurso económico que queda ya en estas zonas.

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