David Gustavo vincula la leyenda de las siete hermanas con la constelación de las Pléyades y el pico de la Aquiana

Pico Aquiana.

ICAL

El divulgador David Gustavo, secretario de la asociación Promonumenta y nombrado en 2019 'cronista provincial' por el Instituto Leonés de Cultura (ILC), publica un artículo en el último número de la revista 'Antropología y Tradiciones Populares', en el que vincula el pico berciano de la Aquiana con la antigua leyenda de las siete hermanas y la constelación de las Pléyades.

En el texto, Gustavo explica que en la cima de este pico, situada a 1.848 metros de altitud, se hallan las ruinas de la ermita de la Virgen de la Aquiana, parcialmente reconstruida en la década de los ochenta del siglo pasado por una asociación juvenil. Hasta allí peregrinaban en sendas procesiones cada lunes de Pentecostés las imágenes de dos vírgenes de las cercanas localidades de Villanueva y Montes de Valdueza.

A principios del siglo pasado, se extinguió la tradición de ascender hasta la cima, así como las romerías que se celebraban en el Campo de las Danzas, un paraje a medio camino cuyo nombre deriva de las danzas en honor a las divinidades que llevaban a cabo los pueblos astures. “Muy probablemente, de dichos antepasados astures proviene esta especie de sacralidad del monte, que fue transformada mediante un sincretismo cristiano en culto a la Virgen”, explica Gustavo.

La leyenda de las siete hermanas

La antigua leyenda de las siete hermanas o de las siete ermitas cuenta que, durante la peregrinación de siete jóvenes hermanas hacia Santiago de Compostela, la más pequeña de ellas se hirió en un pie con unos zarzales al adentrarse en tierras del Bierzo. La hermana mayor, llamada Guiadora, curó a la accidentada, aunque perdió de vista a las otras cinco chicas, que se dispersaron para contemplar el hermoso paisaje. Tras la noche, Guiadora ascendió hasta la cima de la Aquiana, el monte más alto del contorno, para encontrar a sus hermanas, que se habían dirigido cada una hacia un lugar distinto de la comarca.

La historia cuenta también que en honor a cada una de las hermanas se construyó una ermita en algún lugar del Bierzo, aunque Gustavo reconoce que “cada narrador de la leyenda la aproxima a su propio pueblo”. Según las distintas versiones, muchas de las imágenes que se veneran en la comarca formarían parte de las siete vírgenes que dieron lugar a la leyenda. En 2019, la tradición de subir con siete imágenes al pico más alto de la comarca se recuperó con el apoyo de las juntas vecinales de la zona, el Ayuntamiento de Ponferrada y el delegado de la diócesis de Astorga. A la romería acudieron vírgenes de siete lugares distintos, aunque algunos no se hallan entre los habitualmente mencionados por la leyenda.

Tal y como explica Gustavo, esta leyenda está relacionada con el papel de número sagrado que juega el siete en la cosmovisión cristiana. El relato mitológico también se vincula con la constelación de las Pléyades, unas estrellas reconocidas por los agricultores y los marineros de la antigüedad. Según la leyenda, las Pléyades eran las siete hijas del titán Atlas a las que Zeus subió al cielo en forma de estrellas para salvarlas del acoso por parte del gigante Orión. Las interpretaciones mitológicas identifican a la mayor de las siete hermanas, Maya, con la Virgen María.

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