León arranca el último trimestre del curso con los medidores de CO2 prometidos en todas las aulas

Un medidor de CO2 instalado en un aula de la provincia de León.

C.J. Domínguez

Llega en el último trimestre pero llega. Los medidores de CO2 prometidos en enero por la Junta de Castilla y León para poder intentar normalizar un poco las condiciones de las clases, de manera que no se tengan que tener permanentemente ventiladas durante todas las horas, para frenar la posible propagación del coronavirus, ya están instalados por completo en la provincia de León.

Al menos así lo asegura oficialmente la Consejería de Educación. Cifran finalmente los aparatos ya repartidos en otras tantas aulas de todo tipo de niveles educativos León en 2.814 aparatos detectores, incluso más de los inicialmente previstos, que eran 2.777.

La última oleada de envíos se ha aprovechado a hacer en las fechas de vacaciones de Semana Santa, aseguran las mismas fuentes, ya que antes de ellas tan sólo se habían instalado y puesto en funcionamiento 2.244 aparatos.

Dado que la instalación y puesta en marcha de estos ingenios digitales es muy sencilla, con el envío a cada clase de todos los aparatos la Junta da por concluido en la provincia de León todo el proceso y considera que la totalidad de las aulas ya están protegidas con este sistema.

Hay que recordar que no se trata de un purificador del aire sino que lo que hace es analizar el grado de la ventilación en un espacio cerrado y detectar con una sonora alarma cuándo sería necesario ventilar con urgencia al sobrepasarse cierto nivel de acumulación del dióxido de carbono (CO2), como medida para ayudar a prevenir la propagación del SARS-CoV-2.

Su funcionamiento evita por fin, seis meses después del inicio del curso, y habiendo pasado ya lo peor del gélido invierno, la escena de tener que asistir todas las horas de clase con las ventanas abiertas de par en par, un frío que los alumnos pero también los profesores han tenido que soportar estoicamente desde el pasado mes de febrero.

Ante las quejas de muchas familias por las condiciones de ventilación en pleno invierno, y forzando ya para entonces a algunos ayuntamientos pequeños (por ejemplo, Sariegos en León) a gastar el dinero de sus vecinos para adquirir purificadores del aire para poder cerrar las ventanas, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció el 7 de enero que la Junta compraría 16.239 detectores de CO2 y que con ello se cubriría uno para cada aula.

Fue a finales de ese mes de enero cuando se aprobó formalmente un contrato de suministro mediante tramitación de emergencia que tuvo un coste de 1.415.246 euros con el destino de comprar estos dispositivos portátiles, los cuales especifican las temperatura, la humedad y concentración de CO2 en partículas por millón, de modo que hace saltar una alarma sonora cuando se sobrepasa un umbral prefijado. Su reparto comenzó en febrero.

A fecha de hoy, al comenzar en abril el tercer trimestre del curso, la Consejería de Educación da por concluido todo el proceso y repartidos todos los aparatos en todas y cada una de las clases de todos los ciclos en la Comunidad.

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