Asaja presionará en Madrid para defender los 235 millones de beneficios que deja el maíz en León

Plantación de maíz en Sahagún. / ICAL

C.J. Domínguez

Hay en juego casi la mitad de los 235 millones de euros que cada año deja el cultivo del maíz en el campo leonés, es decir, prácticamente un tercio del beneficio que todo el sector agroganadero deja en la provincia, que ronda en total los 700 millones. Hay en juego las casi 80.000 hectáreas que los agricultores leoneses le dedican, abonados al constante aumento de su rentabilidad, que puede hacer que este año o el que viene se pudiera superar el millón de toneladas. Hay en juego el sustento actual, muy suculento, de más de 4.000 agricultores de León, de almacenistas y de transportistas.

Y todo está en juego, asegura el sindicato agrario Asaja, si Europa no aplica la excepcionalidad que in extremis pactó aplicar en la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC) y no obliga finalmente a sustituir por rotación el maíz, con tantos beneficios, por otros cultivos mucho menos rentables.

Eso es exactamente lo que Asaja pedirá a gritos este viernes 15 de octubre en Madrid, en una marcha por la capital que culminará ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, donde confían en ser recibidos para exponer sus condiciones a la supervivencia y mantenimiento de “la primera industria de León” que, por su volumen económico, es hoy el cultivo del dorado cereal.

El secretario provincial, José Antonio Turrado, y el presidente, Arsenio García Vidal, explicaron hoy los pormenores de una protesta que espera llevar varios cientos de cultivadores leoneses a Madrid, donde les acompañarán los líderes nacional, Pedro Barato, y autonómico, Donaciano Dujo, junto con otros pocos agricultores de Salamanca, también de la Región Leonesa.

Explicaron, para insistir en la importancia de este producto, que el 23% del maíz que se cultiva en España procede de tierras leonesas, y que de hecho España consume mucho más de lo que produce, de ahí su trascendencia. Especialmente, indicó, Turrado, en una provincia en la que sin subvención alguna no sólo es el cultivo hegemónico sino que aún tiene margen para “alcanzar el récord de rendimiento histórico” a pesar de ser creciente “desde los años 80”.

Pero la rotación obligatoria que impondría la PAC, si no hay cambio de última hora, vía reglamento, frenaría a la mitad esta gran progresión, forzando a destinar casi el 50% de la superficie a otras cosechas menos golosas. Y eso, remarca Asaja, no sería precisamente más sostenible ni ecológico, sino menos, porque el maíz tendría entonces que ser importado de puntos como Ucrania, el Mar Muerto o América. “Y transgénico además”, incidía García Vidal. Mientras, si esto ocurriera, los nuevos y extensos terrenos de regadío inminentes en Payuelos y otras zonas no podrían dedicarse cada año a cultivar lo que más riqueza genera.

Por eso, confían en que, tras la protesta de Madrid, “podamos volver o esperar pronto” un cambio de criterio porque lo contrario sería “la ruina” para el campo leonés. Motivo por el que también llaman no sólo a manifestarse a agricultores sino a clientes y proveedores, y también a otros sindicatos agrarios, todo sea por la defensa de un sector que ven amenazado con estos nuevos criterios.

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