Impunidad total tras la muerte a tiros de 14 cigüeñas en la provincia en los últimos dos años

Detalle de los menos escabrosos de una de las dos cigüeñas tiroteadas a principios de este año en Valverde de La Virgen.

C.J. Domínguez

Seis parejas de cigüeñas, doce ejemplares, fueron víctimas de disparos en la nutrida zona de anidaje situada entre Vegas del Condado y la Devesa del Curueño, junto a la carretera CL-624, en 2016. Otras dos también cayeron muertas por arma de fuego a principios de este año 2018 en el campanario de la iglesia de La Virgen del Camino, donde anidaban cada año a pesar de los artilugios instalados para que no lo hicieran, como buenas cazurras.

Todas estas muertes, 14 cigüeñas en total, han quedado impunes. No se ha localizado ni identificado al autor o autores de estas matanzas a una especie, la Ciconia ciconia, muy querida en tierras leonesas y protegida por la Directiva Europea de Aves a través de la Ley 42/2007, que establecen la protección de la cigüeña blanca.

Fuentes de la Guardia Civil de León han confirmado a este medio que en todo este tiempo el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) no ha tenido suerte con las investigaciones realizadas.

Pero fuentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en la provincia confirman a su vez que por su parte nunca, ni cuando ocurrieron los hechos, se llegó a abrir expediente alguno. “Porque nunca hubo denuncia”, justifican. De manera que la administración con competencias medioambientales no ha movido un sólo papel por estas muertes violentas, recordando en que no se trata de una especie catalogada en peligro por la Junta.

La Delegación Territorial admite que la cigueña permanece incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial pero no en el Catálogo de Especies Amenazadas, al nivel, para entendernos, del oso pardo o el urogallo.

Cabe recordar que fueron agentes medioambientales de la administración autonómica los que retiraron en febrero de 2016 los cadáveres de las seis parejas abatidas en la noche de un sábado con escopetas de perdigones. Y, según se publicó, la Junta custodió los cadáveres recogidos en los nidos situados en postes eléctricos, en una encina y en una chopera para que se practicara su necropsia en la Universidad de León. Una necropsia que certificó la violenta causa de la muerte de todas ellas y en una época especialmente sensible: la de reproducción. Como en el caso más reciente de La Virgen.

Llama la atención que la Junta minimice la trascendencia, al menos administrativa, de hechos de este tipo cuando la mencionada Directiva Europea de Aves protege no sólo a los ejemplares sino también a sus polluelos y sus nidos. Unos nidos que cierto es que suelen causar perjuicios cuando se instalan en edificios, especialmente espadañas de iglesias, ya que adquieren un enorme peso y pueden causar algunos destrozos.

Por eso, la retirada de los nidos no está permitida sin la autorización previa de Medio Ambiente de la Junta, y de hecho son los técnicos ambientales los que supervisan esta maniobra, siempre fuera de la época en la que las cigüeñas no están criando. En base a esta prohibición, si la administración tiene conocimiento de retiradas no autorizadas, está en la obligación de abrir expediente sancionador contra quien lo haya hecho. Y aplicar una fuerte multa económica.

Las mismas fuentes autómicas asefuran que en 2017 constan 68 expedientes en relación con retirada de nidos de cigüeña en la provincia. 65 de ellos a realizar fuera del periodo de cría (autorizado del 1 de agosto al 1 de febrero del año siguiente) y 3 en época de cría. Una de ellas se encontraba en un depósito de agua y el pollo fue recogido por un agente medioambiental; otro presentaba grandes dimensiones, estaba inclinado y podía caer sobre personas, ya que se encontraba en la torre de una iglesia en una zona habitada; el tercero no era nido como tal, se encontraba en fase de construcción y no tenía puesta.

Así mismo, durante el pasado año constan 21 llamadas en relación con la especie Ciconia ciconia, atendidas por el agente medioambiental especialista o el celador de Medio Ambiente encargado de la recogida de ejemplares. Tres de los avisos fueron por ejemplares muertos, en principio por causas naturales, y 18 por ejemplares vivos.

De éstos, parte de ellas se corresponden con pollos que comienzan a volar y que “los particulares asocian con que presentan problemas”, explican. Si no presentan lesiones se dejan en su ambiente natural. Pero en caso de que presenten algún tipo de heridas o problema se trasladan al hospital veterinario de la Universidad de León o al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la propia Junta, en función de la lesión y el tiempo de recuperación.

Sin embargo, en la última década, la Junta en León tan sólo recoge dos expediente sancionadores relacionados con esta especie. El primero en 2011, por tirar un nido en el municipio de Santas Martas, el cual finalizó con resolución de caducidad, es decir, que transcurrió el plazo para sancionar sin cerrar el expediente.

El otro caso data de 2012, por tirar una torre en la que había un nido. Este otro expediente sancionador finalizó “con resolución de sobreseimiento por no infracción”, al entenderse que en el momento del derribo de dicha torre “no existía conocimiento de que hubiera un nido en su parte superior”. O sea, que en diez años, y a pesar de las muertes violentas de ejemplares, nadie ha pagado un euro por ello ni tampoco por echar abajo irregularmente un nido de cigüeña.

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