Rescatan un osezno de tres meses que se pudo separar de su madre por un incendio

El osezno localizado.

Un osezno de aproximadamente tres meses de edad que se encontraba solo y aislado de su madre en los montes de Proaza (Asturias) ha sido localizado en las inmediaciones de la aldea de San Miguel. El ejemplan ha sido trasladado a dependencias del Principado de Asturias tras considerar los técnicos de la Dirección General de Medio Natural que era la mejor opción para garantizar la supervivencia del esbardo, ya que no fructificó el primer intento por reintroducirlo en su hábitat.

En cuanto se tuvo conocimiento del hecho, según informa la Fundación Oso Pardo (FOP) desde la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial se puso en marcha el protocolo de recuperación de crías de oso huérfanas el pasado jueves, 1 de abril, tras ser localizado el ejemplar por agentes del Medio Natural durante una patrulla de vigilancia en la zona del Cubia, entre los municipios de Yernes y Tameza y Proaza, donde se había producido un incendio forestal. Por eso se cree que fue el incendio el que pudo provocar la separación del osezno de su núcleo familiar.

Tras una revisión de la zona, de acuerdo con los criterios establecidos en el protocolo de intervención con osos en la cordillera Cantábrica, se comprobó primero que efectivamente el ejemplar se encontraba aislado de su grupo familiar.

Tras recibir cuidados veterinarios y de la recogida de indicadores biométricos y toma de muestras que determinaron un buen estado de salud, se le colocó un dispositivo de radiosegumiento y se procuró la reintroducción inmediata en la zona en la que había sido recogido para procurar su integración en el núcleo familiar.

No obstante, tras la vigilancia a la que fue sometido el esbardo por los agentes del Medio Natural y miembros de la Fundación Oso de Asturias “durante un periodo pruidencial” en la zona de Yernes y Tameza donde se había detectado la presencia probable de su núcleo familiar, los servicios técnicos determinaron que la mejor fórmula para garantizar la supervivencia de la cría pasaba por su recuperación funcional en instalaciones del Principado.

Los casos de crías de oso pardo que quedan huérfanas durante sus primeros meses de vida son cada vez más frecuentes en los últimos años, como consecuencia de la recuperación de la población de esta especie en la cordillera. Esta situación, que responde a diferentes causas, se produce principalmente desde finales de la primavera hasta otoño, cuando los ejemplares tienen entre 3 y 8 meses.

El grupo de trabajo sobre el oso pardo puso de manifiesto en su última reunión la escasa información disponible sobre la supervivencia de estos esbardos en la naturaleza, por lo que se acordó que, ante la aparición de oseznos, se actuará de forma proactiva en su recuperación, con el fin de proporcionarles tratamiento veterinario si fuera necesario y afrontar su reintroducción en el medio natural en las mejores condiciones.

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