El nivel de polen de esta primavera será más leve en la provincia de León

Concentración de 'pelusa'. / ICAL

Las suaves lluvias y las altas temperaturas del otoño y el invierno hacen prever que el nivel de polen de esta primavera será entre leve y moderado en Castilla y León. Así lo anuncia la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), que advierte también de que el porcentaje de alérgicos a las gramíneas, al olivo y a la arizónica se ha duplicado en los últimos diez años.

Las alérgicos al polen de Burgos, León y Palencia serán los que mejor pasen los próximos meses, ya que se esperan niveles de entre 2.000 y 3.000 granos por metro cúbico, mientras que en Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora la situación será ligeramente peor. En estas ciudades se esperan valores de entre 3.000 y 4.000.

La humedad, las lluvias y la temperatura media son las claves para llegar a un pronóstico certero. El doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC, explica que esta previsión tiene en cuenta que, “aunque febrero haya sido seco, el otoño y el invierno se han caracterizado por moderadas lluvias, con un aumento del diez por ciento sobre la media de los últimos años, lo que ha favorecido el crecimiento de todas las especies vegetales”.

No obstante, lo más revelador ha sido la temperatura, ya que tanto el otoño como el invierno han sido especialmente cálidos. De hecho, el pasado mes de febrero fue el más cálido de los últimos 55 años, contribuyendo al adelanto de la polinización de especies vegetales en toda España. Cabe destacar en este sentido que en la provincia de Valladolid ya se empiezan a notar los efectos de las gramíneas y las urticáceas.

Se estima que en España las enfermedades alérgicas por pólenes afectan a más de ocho millones de personas. Desde la SEAIC alertan además de que en los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos, que en el caso de Castilla y León son las gramíneas y el olivo. Ángel Moral cuenta que a nivel nacional “las gramíneas han pasado del 35 al 74 por ciento; la arizónica, del 9 al 23 por ciento; el plátano de sombra y la salsola, del 7 al 14 por ciento, y el olivo, del 30 al 52 por ciento”.

Los expertos apuntan a la contaminación y al cambio climático como los principales responsables de este incremento de personas que reaccionan frente a los altos niveles de polen. Aseguran que la emisión de partículas contaminantes procedentes de calefacciones y de motores diésel alteran la estructura del polen haciendo que sea más agresivo. Así, se justificaría que “en las ciudades se produzcan más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo”, según señala este experto.

Por otra parte, el cambio climático estaría alterando los ciclos de polinización de las plantas, adelantando el inicio y retrasando el final de su período de floración, lo que hace que los afectados tengan síntomas durante más tiempo.

En este sentido, el coronavirus puede considerarse un aliado de los alérgicos, porque “las restricciones en la movilidad de estos días están reduciendo la contaminación producida por la expulsión de diésel de los vehículos y la disminución de otros humos industriales que pueden agravar los síntomas en las grandes ciudades”, indica Moral.

De manera que las instrucciones de permanecer el mayor tiempo posible en casa por la alerta sanitaria va a hacer que se reduzca notablemente la exposición a pólenes en las personas alérgicas y beneficiará notablemente al control de sus síntomas. “Algunos pacientes observarán que tienen que usar menos medicación para la alergia, pero insistimos en ser cumplidores en los tratamientos para el asma” , recuerda el experto.

Control síntomas

La patología alérgica dificulta en muchos aspectos la vida diaria de los pacientes, a la vez que lleva consigo un alto coste socioeconómico. Según el doctor Antonio Valero, “las enfermedades alérgicas precisan de un manejo integral, no sólo desde el punto de vista terapéutico, sino también orientando al paciente, sobre cómo convivir mejor con su enfermedad”.

Existen algunas medidas que mejoran la calidad de vida de los pacientes alérgicos, cuyos síntomas no se circunscriben únicamente a los meses de primavera. Desde SEAIC recomiendan, por ejemplo, el uso de mascarillas homologadas, aplicaciones móviles fiables, filtros antipolen en el coche o los purificadores de aire para interiores. Asimismo, aconsejan valorar la inmunoterapia o vacunación antialérgica, “porque es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la patología alérgica”.

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