Los meteoritos de Ardón de 1931 y Reliegos de 1947, de los últimos 'oficiales' en España

A la izquierda el meteorito de Ardón y a la derecha un fragmento del de Reliegos.

Jesús María López de Uribe

El 9 de julio 1931, una niña de once años recogió una piedrecita muy caliente del suelo en Ardón tras oír un fuerte estruendo y ver que caía delante de ella, que mantuvo en una caja durante ochenta años y hace siete un familiar suyo donó una lámina al Centro Superior de Investigaciones Científicas para que lo estudiara.

Diecisés años después, el día de los santos inocentes de 1947 a las ocho y media de la mañana, los vecinos de Reliegos, en el municipio de Santas Martas, pudieron ver la última caída de un meterorito observada en el mismo día que ocurrió en España. Una piedra cósmica de condrita –de composición no metálica– que es famosa entre todos los estudiosos de estos fenómenos.

Los dos son los últimos meteoritos que habían entrado en 2014 en la colección del Museo de Ciencias Naturales de España, con 47 años de diferencia.

La explosión de un bólido este lunes en los cielos del Bierzo y Galicia (y de otro sobre Madrid el miércoles) puso de manifiesto el cierto desconocimiento de la gente sobre lo que es un meteorito y lo que no. En esencia lo que se vió es un meteoro (o meteoroide), que es un objeto que proviene de fuera de la atmósfera que no llega a tocar el suelo. En el caso de Reliegos, hace 72 años, y en el de Ardón, hace 89, sí lo tocó y se recuperaron sus restos. En el del lunes pasado, que tanto alarmó de madrugada a los bercianos y gallegos, se convirtió en una bola de fuego que explotó ruidosamente en el cielo y aún no se sabe nada de sus fragmentos.

Reliegos es muy famoso porque en casi cinco décadas fue el último descubierto en España confirmado por el Boletín Meteorológico; aunque los expertos aseguran que se han localizado hasta siete más desde entonces, aunque san fragmentos de otros bólidos como el último en Puerto Lapice (Ciudad Real) en mayo de 2007, y los fragmentos de otra bola de fuego que también dejó su estela llamativamente en 2004 en los cielos de León –incluida una espectacular foto sacada en las Hoces de Valdeteja–, que se encontraron en la localidad palentina de Villalbeto de la Peña y del que aquí se puede leer un interesantísimo informe.

La piedra cósmica caída en Reliegos tenía una masa de 17,3 kilos cuando tocó la superficie terrestre hace 73 años –según la ficha de la Sociedad Internacional de Meteoroides y Ciencia Planetaria–, aunque se conserva en, dicen, tres pedazos. Uno de ellos, de unos 580 gramos, se intentó vender en 2004 en internet por 38.000 euros, posiblemente animado por el revuelo que causaron los fragmentos del bólido localizado en el norte palentino; pero al final desapareció la puja.

La historia de su descubrimiento prácticamente en el momento, algo extremadamente raro, es que los vecinos oyeron un enorme estruendo a las ocho de la mañana mientras o desayunaban o se dirigían a realizar las tareas del campo. Dicen las crónicas que alguos creyeron que se había estrellado un avión o que simplemente algo había explotado, como si fuera una bomba. Pero en la calle Real vieron una piedra que estaba caliente y humeante muy cerca de un carro agrícola y a poco más de cinco metros metros de la casa de Ramira Santa Marta. En este vídeo de aquí abajo, el programa España Directo de TVE cuentan la historia completa.

El meteorito –que se calificó como una condrita de tipo L5, de las que hay 7.531 piezas en el mundo, y uno de los 31 meteoritos certificados en España– había dejado un agujero de de 35 centímetros. Y parte de él, de 8,9 kilogramos, está expuesto en el Museo Nacional de Ciencias de Madrid. Era el último que se podía contemplar hasta que llegaron los cuatro fragmentos de Villalbeto de la Peña.

El meteorito de Ardón, recuperado tras 83 años de su caída

Por su parte, el meteorito de Ardón de 1931, una condrita tipo L6, fue recuperado ese año por Rosa González Pérez, entonces una niña de 11 años, que se encontraba haciendo un recado en el centro del municipio de Ardón cuando escuchó un estruendo y vio una estela de polvo y, justo delante de ella, vio caer del cielo una pequeña roca humeante y al recogerla notó que todavía estaba caliente. Por desconocimiento, no comentó nada sobre su hallazgo y la guardó en una cajita, preservándola en muy buenas condiciones durante más de 80 años.

Fue su sobrino, José Antonio González, quien años más tarde pensó que esa pequeña roca negruzca de 5,5 gramos podría ser importante. Y terminó contactando con el CSIC para ver si lo podían estudiar. La investigación se hizo pública en 2014 en un amplio reportaje (que se puede leer aquí) y concluyó que las condritas ordinarias del grupo L proceden de una familia de asteroides producida por la desintegración del asteroide 1272 Gefion, que explicaría que sean tan comunes entre las caídas actuales. De hecho, la datación isotópica de edades de de rayos cósmicos (el tiempo que llevan surcando el Sistema Solar como pequeñas rocas) los datan como fragmentos creados por varias grandes colisiones con él durante los últimos cincuenta millones de años. En este vídeo de 2014 de aquí abajo, también de TVE, se puede ver a Rosa González contando su historia y cómo era de grande.

Ardón, un meteorito de 1931

El estudio del meteorito de Ardón permite conocer los procesos que ocurrieron durante la formación del Sistema Solar pero también durante el procesado térmico que sufrió su asteroide progenitor. Además, el de Ardón ha preservado en su textura pequeñas esférulas vítreas denominadas cóndrulos y granos metálicos que giraban alrededor del Sol hace unos 4.565 millones de años: los primeros componentes sólidos del Sistema Solar formados mucho antes que nuestra propia Tierra“, segun el investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) Josep Maria Trigo.

¿Los de Ardón y Reliegos son los últimos meteoritos caídos en León? Es improbable, ya que es posible que haya muchos que se los hayan quedado las personas que lo encontraron. Sin embargo, la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de 2007 reconoce que los meteoritos españoles son patrimonio geológico y, por tanto, deben ser preservados y permanecer en el país. Por ello es probable que desapareciera la subasta del segundo en internet en 2004.

Lo que sí es cierto, es que ambas piedras estelares son las últimos localizados en la provincia, y certificados en España. Por lo menos hasta que alguien encuentre un fragmento de la bola de fuego que surcó los cielos leoneses el pasado lunes.

Conoce los distintos tipos de meteoritos contados por José Vicente Casado en este vídeo

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