“Todo el mundo debería tener un pueblo y si es en León mejor”

Humorista Raúl Gómez

Isabel Rodríguez

No existen muchas referencias sobre la relación que une al humorista Raúl Gómez (Barcelona, 1982) con León, así que cuando una le pregunta, lo hace con prudencia, no sea que los 'tuits' en los que habla de Porqueros no sean más que otra de sus delirantes actuaciones. Pero es nombrarlo y no hay quien frene al cómico al ponerse hablar del pueblo donde ha pasado todos los veranos desde que nació. Su última visita a la localidad la hizo la pasada semana, coincidiendo con las fiestas. Solo cinco días, que es de los que trabajan en verano. Desde julio presenta junto a Manuel Martín 'Negocia como puedas', el concurso callejero de las sobremesas de Cuatro. Desde que empezó en una televisión de Barcelona, ha pasado por diversos programas como 'Caiga quien Caiga' (Cuatro), 'Otra Movida' (Neox) y 'Así nos va' (La Sexta). La calle es su medio natural y el humor su modo de vida.

¿Cuál es tu relación con León?

Mi relación con León es bastante fuerte, yo veraneo en Porqueros todos los años desde que nací. De ahí es parte de mi familia paterna. Es un pueblo pequeñito, pero maravilloso y está al lado de Astorga, con esas fiestas, esa Catedral... me encanta León, me encanta Porqueros porque es de esos pueblos en los que no hay nada. El pan viene en una camioneta, el pescadero viene en un camión. Tiene esa magia que está fenomenal.

Mi abuela y la de Dani Martínez coincidieron en una peluquería de Astorga hablando de sus nietos. Cuando se dieron cuenta de que éramos compañeros fue una explosión de alegría

¿Qué recuerdos guardas de los veranos de juventud en el pueblo?

Llegar, coger la bicicleta y estar todo el día por ahí rodando, de pueblo en pueblo. Como en León no hay playa, íbamos al pantano de Villameca a refrescarnos y en el río, aunque está semiseco, podíamos mojar los pies. Recuerdo estar todo el día jugando. Todo el mundo debería tener un pueblo y si es en León mejor porque.... es inmejorable la comida.

¿Ya conocías a Dani Martínez?

Cuando iba al pueblo en verano siempre me decían que había un chico de León que trabajaba en la tele, pero yo no tenía ni idea. La casualidad hizo que nos juntásemos y la casualidad hizo que a las semanas de empezar a trabajar en 'Otra Movida' (Neox), nuestras abuelas coincidieran en una peluquería de Astorga. Ellas no lo sabían, pero, según son las abuelas, empezaron a hablar de sus nietos. Que si el mío ha empezado a trabajar en Neox... que si tal... presumiendo. Hasta que se dieron cuenta de que éramos compañeros. Aquello fue una explosión de alegría. A Dani y a mí nos une la tierra.

Quizás el primer programa donde se te empieza a conocer más es 'Caiga quien caiga'. ¿Cómo llegas hasta allí?

Con 20 años hice un casting para ser reportero colaborador en un programa que presentaba Jordi González en una televisión privada de Barcelona . No me cogieron, pero como soy de insistir me disfracé de Elvis en un concurso que organizaron y entonces dijeron: “Este chico es muy pesado”. Por lo pesado me dieron la oportunidad de hacer reportajes por la calle. A partir de ahí me fui a Madrid y fui pasando de un programa a otro hasta que llegué a 'Caiga quien Caiga', que fue como un premio... ponerse ese traje, esas gafas, ir por el mundo hablando con las gentes. Y siempre con humor.

Lo de hacer el payaso... ¿es una cosa de siempre o ha sido con los años?

Yo creo que me he ido haciendo más payaso, así que si sigo a este ritmo, no sé quién va a aguantarme. De todas formas, he de decir en mi favor que cuando se apaga la cámara me relajo un poquito porque si no, no tendría amigos. Imagínate un hombre como yo que solo hace que gastar bromas, pues estaría solo en la vida. Pero sí, siempre he sido de gastar bromas y de reír básicamente.

¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que dijiste o hiciste algo que te hizo pensar que hacías gracia?

Yo es que nunca me he sentido muy gracioso, pero bromas hacía muchas. En las colonias -los campamentos con los compañeros del colegio-, una vez entramos varios, robamos los zapatos a todos, los atamos y los colgamos en los árboles. Ver 50 pares de zapatos colgados fue muy divertido. No tan divertido fue el castigo: nos mandaron a casa directamente. Ahí empecé a pensar que igual las bromas no eran tan graciosas.

Me gustan mucho Arturo Valls y Santi Millán; son tipos geniales en lo que hacen y tremendamente normales. La normalidad y la naturalidad son muy buenas para hacer televisión

¿Qué tal se siente uno repartiendo dinero en estos momentos en un programa como 'Negocia como puedas'?

Hacer un programa en esta época de crisis y tener la posibilidad de repartir un poco de dinero es genial. A todo el mundo le viene bien, hay gente que está en paro y esto le hace extremadamente feliz y a otros les sirve para irse de viaje. Además pasamos un buen rato haciéndolo.

¿Es imprescindible el humor en estos tiempos?

En estos tiempos y siempre. El día que no haya programas de humor, mal estaremos. Vayan bien o mal siempre tienen que estar presentes en la parrilla. Es bueno estar en casa, no querer pensar, relajarte y que algo te entretenga. Así que... ¡que vuelva Flo rápidamente!

¿Qué referentes has tenido en tu trayectoria?

Siempre me han gustado mucho Arturo Valls y Santi Millán. Sus carreras me parecen apasionantes, me parecen tipos geniales en lo que hacen y tremendamente normales. La normalidad y la naturalidad son muy buenas para hacer televisión.

¿En qué te ha cambiado la televisión?

Me ha cambiado en que ahora tengo canas, tengo menos pelo, soy más viejo y tengo más arrugas. Yo me lo paso muy bien haciendo televisión así que creo que me ha hecho un poco más feliz.

Cuando estabas en 'Otra Movida' y salías a la calle a preguntar a la gente, te contestaban aunque lo que les dijeras no tenía ningún sentido... ¿Cómo lo hacías?

Muchas veces he pensado que cuando una persona veía una situación muy fuera de la realidad reaccionaba bien porque lo que veían en mí era al pobre loco al que había que seguir la corriente. Era maravilloso porque me seguían la broma hasta el final. La gente la verdad es que tiene mucha paciencia, mucha. Si no, igual me habían mandado al hospital.

¿Cómo te ves en el futuro?

Me encantaría sustituir a un grande como Matías Prats en informativos. Cambiar totalmente de perfil y sentarme ahí delante de una mesa y contarle a España lo que ocurre en el resto del mundo, totalmente relajado, sin bromear... así veo mi jubilación. Espero que alguien me dé la oportunidad. Estar sentado con aire acondicionado en verano...

Aún eres joven. Hasta que llegue esa 'jubilación'... ¿qué tenemos a corto plazo?

Seguir con 'Negocia como puedas', que me lo paso muy bien. Si la gente se lo pasa en casa la mitad de bien que yo trabajando ya me doy por satisfecho. Y por otra parte seguir con el teatro y seguir haciendo reír a la gente. Soy un donante de risas.

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