Sara R. Gallardo: “Mi meta no es escribir más o publicar más a menudo”

Sara R. Gallardo. Imagen: Carolina Villafruela.

Manuel Cuenya

Joven poeta y licenciada en Periodismo, con toda una vida por delante, la ponferradina Sara R. Gallardo se ha revelado como una voz poderosa, con talento, dentro de la literatura, en concreto de la poesía, del panorama nacional. Se trata de una voz «desgarrada, herida, que pronuncia palabras en busca de su sentido oculto, construyendo imágenes fulgurantes, de raíz expresionista, en un decir a veces entrecortado», según José Luis Piquero, el prologuista de su primer libro Epidermia (editado por El Gaviero, 2011), en el que la autora nos sacude las entrañas con sus palabras palpitantes, “con sus palabras de aceite, de cera de luna y de materias orgánicas o inorgánicas”, con la fluidez de su subconsciencia, que brota como un torrente sanguíneo.

Se trata de una impactante composición, con agridulces aromas autobiográficos, en la que figuran tanto poemas como textos en prosa poética.

'Epidermia' es “una autobiografía fragmentaria sobre la soledad y el desamor”, en la que su creadora pusiera todas tus vísceras. “Un primer libro tiene mucho de desalojo y de abismo, el mío es quizá todavía más 'el libro' –manifiesta–, porque lo he puesto todo. Epidermia es Sara. O, al menos, la Sara que lo escribió”.

Es un privilegio que alguien se interese por tu trabajo hasta el punto de querer traducirlo a su idioma materno

Su contacto con el mundo literario comenzó en Valladolid, ciudad en la que se licenció en Periodismo, y donde estableció contacto, ya desde sus inicios en la universidad, con una asociación cultural, llamada Colmo, que organiza el Festival de la Palabra 'Versátil.es'. En este festival conoció a quien luego sería su editora, Ana Santos, que le permitió publicar su ópera prima a través de la colección Troquel, de El Gaviero. Un sello editorial almeriense que apuesta por las jóvenes promesas de la literatura y por los libros en los que se mezclan los géneros.

Retales de tormenta

Desde entonces y hasta ahora, Sara R. Gallardo no ha parado de escribir y publicar. Ha sido incluida en dos antologías 'Tenían veinte años y estaban locos' (La Bella Varsovia, 2011) y 'Erosionados' (Origami, 2013) y cultiva con mimo y buenos chispazos de creatividad un blog, “Retales de tormenta”: http://retalesdetormenta.blogspot.com, que le permite relacionarse de un modo activo con gente que está en la misma onda, y le sirve como auténtica plataforma para mostrar sus trabajos. Asimismo, Sara R. Gallardo es una entusiasta de la Red y las redes sociales, si bien ella matiza que su relación con la Red es la normal de una persona de su edad. “Internet y las redes sociales son una parte más de mi vida”, aclara.

'Erosionados' es una antología poética sobre el erotismo en la que ha colaborado Sara, con dos poemas, junto a otros poetas, como Cecilia Quílez o Luis Antonio de Villena, incluidos algunos leoneses como Raquel Lanseros o Julio César Álvarez. Sara está convencida de que 'Erosionados' es un libro estupendo que explora campos todavía sin explorar y que la nómina que ha juntado Adriana Bañares, su editora, es envidiable. “La presentación que compartí en Valladolid fue muy divertida y enriquecedora, así como la difusión que está teniendo. Me siento muy orgullosa y ojalá sigan saliendo trabajos tan bellos y cuidados como este”.

Una parte de su obra poética ha sido traducida al inglés por Fishouse, lo que le proporciona un valor añadido. “Es un privilegio que alguien se interese por tu trabajo hasta el punto de querer traducirlo a su idioma materno y, claro, el propio trabajo de traducción es admirable. Yo he hablado varias veces con el traductor y la preocupación por que quedara perfecto me dejó alucinada: un trabajo delicadísimo”.

No me gustaría nunca dejar de moverme y de crecer como persona y como poeta

Entre sus trabajos de creación cabe destacar el espectáculo de danza y teatro 'Pielescallar', para el que la brillante autora berciana escribiera los textos. Una propuesta rompedora y moderna que, según ella, no contó con todos los apoyos institucionales y sociables que cabía esperar. Y tampoco ha tenido gran difusión porque sólo se ha llevado a escena en algunas capitales de Castilla y León, además de en Ponferrada. “Ojalá otros teatros o centros culturales, por ejemplo de Madrid, se interesen y apuesten por ella, porque el trabajo de todo el equipo y el resultado de la obra se lo merecen”, señala convencida la autora berciana, que en la actualidad vive precisamente en Madrid, empujada por las circunstancias –dice– porque sigue estudiando y formándose, ahora muy centrada en un máster de Teoría y Critica de la cultura, al que tiene que dedicarle muchas horas y esfuerzos. “No me gustaría nunca dejar de moverme y de crecer como persona y como poeta. Madrid tiene una oferta cultural inmensa, aunque muchas veces demasiado cara”. La capital de España le hace sentirse lo más cerca posible de Berlín, ciudad en la que vivió durante una temporada, después de cursar su último año en Ciencias Europeas de los Medios en Potsdam (Alemania) con una beca Erasmus.

En la cosmopolita y multicultural capital alemana encontró una oferta cultural amplísima, además de practicar el idioma alemán, y le permitió conocer a gente interesante y buscarse la vida ella sola dentro de la situación en la que estamos... “En fin. Berlín fue mi isla”, puntualiza.

Ahora en Madrid sigue escribiendo porque escribir, según ella, es una carrera de fondo. Y, entre sus proyectos más inmediatos, quiere publicar un poemario que tiene medio escrito a la vez que está concursando. Asimismo, le gustaría escribir una novela, que le llevará bastante tiempo, “por lo que quisiera dedicarle toda mi atención cuando llegue el momento”. Pero por encima de todo, quiere seguir evolucionando y aprendiendo todo lo que pueda antes de producir más cosas. “Mi meta no es escribir más o publicar más a menudo, sino escribir mejor y ser honesta”, concluye.

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