Carlos Salcedo: “Los relatos breves me parecieron algo más sencillo para empezar”

Carlos Salcedo

Manuel Cuenya

“...Ahí fue donde empezó todo.

Ahí fue donde empezó el viaje, el juego. Ahí fue donde vine al mundo, llorando, desnudo, asustado, como todos. Sigo mi camino en este día frio y lluvioso, el primero que nos pone en nuestro lugar y nos recuerda que el temido invierno leonés se acerca implacable para envolvernos de nuevo. Final y principio. Paso por el comedor social, al lado de la catedral, lugar que me ha puesto en contacto con todos los vagabundos de la ciudad.

...León. Ciudad de nacimiento y enclave estratégico en mi vida.

...Ya he dicho que aquí empezó todo. También aquí fue donde, en mi primera juventud, decidí que quería ser dibujante de cómics. Junto a mi colega Ernesto pasaba días y días dibujando sin parar. Soñando ambos con historias y personajes, buscando influencias y descubriendo tesoros. Hoy Ernesto está comido por la esquizofrenia y pasa los días mirando al infinito en la terraza de algún bar, dejamos de dibujar hace años.

También aquí decidí que quería ser estrella de rock y obligué a mi madre a comprarme una guitarra eléctrica en una tienda de música ya desaparecida. Nunca lo logré, pero sigo tocando en casa cuando me siento abatido.

...Yo suelo referirme a esta ciudad como La Telaraña. Una ciudad hermosa y acogedora pero a la vez un agujero, sobre todo para los jóvenes que están deseando largarse debido a sus escasas posibilidades de trabajo. Una ciudad que es imposible no amarla y odiarla a un tiempo. Un pozo. Una cárcel en definitiva. Una cárcel como la del juego de la oca (que según la teoría templaria simbolizaría a León), lugar de encierro y redención. Una cárcel, como la antigua e imponente cárcel de San Marcos, símbolo de la ciudad, situada tan cerca de donde vivía ella, a la que también perdí y por la que llevo días jodido.

Siempre nacemos en una cárcel, luego toca escapar como sea.

Y se cierra el círculo. León, cárcel, agujero y llanto. Recuerdos, regresiones que vienen y van y un cofre donde guardarlas. Aullido en papel. Nacemos (aquí o allí) asustados y confusos, llorando y gritando, algunos seguimos así“.

(Texto escrito por Carlos Salcedo para el epílogo coral del libro 'Regresiones' de Vicente Muñoz Álvarez)

Carlos Salcedo Odklas es un narrador y músico leonés cuya vida ha transcurrido a saltos entre León y Madrid; si bien reconoce que León, al ser una ciudad bastante menos estresante que la capital de nuestro país, le ha inspirado mucho desde un punto de vista artístico y reflexivo. “Aquí fue donde decidí por primera vez escribir y también intentar hacer música”, aclara este artista que toca la guitarra eléctrica desde hace veinte años, formando parte de varias bandas en su época madrileña. En realidad, a Carlos le gustaría ser estrella del rock, su “sueño frustrado”, señala con cierta nostalgia. En todo caso, comenzó a escribir sus propias historias a resultas de la decepción que le produjo el mundo de la música, que no es fácil, como nada en esta vida, al menos para algunas personas. En la narrativa -un mundo que le interesaba explorar desde hacía tiempo-, ha encontrado una buena herramienta a través de la cual poder expresarse. Cuenta que le llamó poderosamente la atención el hecho de que la literatura es una lucha de un solo hombre, al contrario de los grupos musicales, “en los que tienes que poner de acuerdo a varias personas para seguir un objetivo en común, lo que puede llegar a ser muy frustrante y agotador”. Y después de leer mucho durante algún tiempo, todo lo que caía en sus manos, asegura él, pensó que podría escribir algo válido y se puso manos al asunto. En sus comienzos intentó escribir una novela, pero se dio cuenta de que le faltaba formación, de modo que decidió dedicarse a escribir relatos cortos con el objetivo de desvelar los entresijos de la escritura. “Los relatos breves me parecieron algo más sencillo para empezar”, sintetiza el autor de 'Malos tiempos' (Lupercalia, 2014), que es un compendio de sus mejores relatos, escritos durante un periodo que abarca unos cuatro años. Todo surgió de un modo espontáneo, sin premeditación. Se trata, en su mayoría, de relatos autobiográficos, que reflejan una época muy importante de su vida, “esa parte biográfica a grandes rasgos es como un diario novelado, y me alegro de tenerlo ahí para la posteridad”, añade este autor, que se siente muy satisfecho con su ópera prima, “una obra capital”, no sólo por la carga personal que tiene este libro, sino porque en él expone todos sus intereses temáticos, el germen sin duda de otros libros, que a buen seguro escribirá; “podría ser mi único libro y así estaría bien, desgraciadamente ya ando escribiendo otro”, especifica Carlos, quien cree que literatura es una de las formas artísticas más puras y claras a la hora de expresar las inquietudes de alguien, “que se presta bastante a todo tipo de juegos y exploración debido a su amplitud”; aunque también está convencido de que, “debido a que a priori cualquiera puede ponerse a escribir, favorece bastante el que haya muchas obras mediocres, sobre todo en poesía”.

En León fue donde decidí por primera vez escribir y también intentar hacer música

Realismo y autobiografía en la literatura

La literatura que más le interesa, “la mejor”, es la realista y autobiográfica, sin embargo, reconoce que existe muy buen material en otras ramas como la fantástica o la ciencia ficción. Reivindica, por un lado, al filósofo alemán Arthur Schopenhauer y, por otro, al escritor americano Charles Bukowski como a sus maestros literarios. Aunque también reconoce la influencia de escritores como Dostoievski, Fante, Céline, Carver o Houellebecq, entre otros. Del autor de 'El mundo como voluntad y representación' le interesa sobre todo su forma de ver el mundo y la manera en que reflejó en sus escritos profundos dilemas filosóficos con una escritura directa y sencilla, “haciendo que la lectura sea agradable y alejándose de la pedantería de otros filósofos”. Del maestro del 'realismo sucio' y creador de 'La senda del perdedor' rescata su ritmo y sus temáticas. “Es increíble que, partiendo de cosas tan mundanas como hablar sobre sus borracheras y penurias, consiga reflejar tan bien el mundo que le rodea”. Le sorprende y a la vez le atrae que tanto uno como otro, siendo ambos autores tan profundamente pesimistas, dominen con maestría el humor. “Que en una historia por oscura o cruel que sea haya partes que te saquen una sonrisa es algo al alcance de muy pocos, y para mí marca la diferencia y hace que las lecturas, especialmente de ese tipo, sean mucho más llevaderas”.

Es increíble que Bukowski, partiendo de cosas tan mundanas como hablar sobre sus borracheras y penurias, consiga reflejar tan bien el mundo que le rodea.

Asimismo, Carlos siente un cariño especial por autores de la tierra, por escritores cercanos, como es el caso de Gabriel Oca o bien Vicente Muñoz, además del astur David González. A Vicente Muñoz, “un tipo tremendamente agradable y cercano”, a quien conociera en el CCAN, lo considera como su padre literario, que siempre le ha apoyado y aconsejado sobre su narrativa. “En lugar de decirme que lo dejara en paz le echó un vistazo a mis cosas e incluso subió uno de mis relatos a su blog... por lo que le estoy enormemente agradecido”. También fue Vicente Muñoz quien le presentó a David González y a Gabriel Oca, aunque Carlos ya había leído a David González, habida cuenta de que es uno de sus poetas favoritos. Respecto a Gabriel Oca le resultó un fascinante descubrimiento. Desde que los descubriera, Carlos mantiene muy buena relación con los tres, “nos seguimos mutuamente y nos contamos nuestras penurias. Son unos escritores cojonudos y aún mejores personas, no tengo otra cosa que buenas palabras hacia ellos y, desde luego, recomiendo a todo el mundo sus obras ya que son de bastante calidad”, sostiene este creador leonés, que coordinara, junto a José Manuel Vara, una antología titulada 'Underground Boys', en la que participa, entre otros, el todoterreno leonés Felipe Zapico. Una buena manera de dar a conocer a autores nuevos y marginales. La idea, según Carlos, fue de Vara, que quiso lanzar un libro digital de descarga gratuita para que cualquiera pudiese bajárselo y usarlo de referencia. “El resultado creo que está a un buen nivel y me alegra que algunos autores de aquella aún inéditos como Iván Rojo o Mikel García hayan luego publicado sus libros con bastante buen resultado”, agrega Carlos, quien participó de un modo activo en esta antología, y que ahora está dándole forma a su primera novela, 'Los cuadernos negros', que tiene previsto publicar el próximo año. “Es algo distinta de 'Malos tiempos', un rollo más pulp”, aunque gira en torno a temáticas ya vistas en su anterior volumen, “así que supongo que a la gente que le ha gustado ese también disfrutará con el siguiente”, concluye.

Entrevista breve a Carlos Salcedo

“Todo es una broma de mal gusto”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Parerga y paralipómena', de Arthur Schopenhauer, merece ser leído con bastante asiduidad.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Arthur Schopenhauer.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Demasiados como para decidirse.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Marginalidad.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Inquietud.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Me parecen cúmulos de errores que se están alargando por demasiado tiempo.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Tocar la guitarra.

¿Por qué escribes?

Porque no puedo evitarlo.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

El estilo lo dudo, pero son muy útiles como herramienta promocional.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Arthur Schopenhauer y Charles Bukowski.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Intento seguir con asiduidad los blogs de algunos escritores que respeto y de los que creo que puedo aprender algo.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Todo es una broma de mal gusto.

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