Luis Algorri: “La provincia de León es uno de los lugares más hermosos del planeta”

Luis Algorri. Imagen de Manuel Cuenya.

Manuel Cuenya

Periodista, narrador, traductor, Luis Algorri, que es un apasionado de la música clásica, hubiera deseado ser director de orquesta, “su vocación frustrada”, precisa, pero se le cruzó el periodismo por el medio y abandonó este deseo, que en cierto modo ha cumplido, aunque, en vez de hacer música, ha tenido que conformarse, según él, con escribir sobre lo que hacen otros, ejerciendo, entre otras labores, como crítico musical. Dice sentirse orgulloso como crítico porque jamás le han pagado una entrada a un concierto ni le han invitado a un viaje. “Eso me ha permitido decir lo que pensaba. He sido siempre muy exigente, pero desde la pasión y también desde la comprensión. Quien ha hecho música sabe lo difícil que es. Y el respeto que merece la propia música, algo que no todo el mundo tiene ni mucho menos”, asegura Luis, que reconoce a María Jesús Ayala como su maestra, con quien aprendió música en León, su ciudad natal, donde también se estrenó como periodista gracias a “compañeros impagables” como Paco Martínez Carrión y Alfonso García, que le dieron la oportunidad de publicar con una enorme libertad, en el 'Diario de León', artículos que eran verdaderos cantos de amor a aquellos lugares que le había mostrado su padre, gracias al cual pudo conocer bien la provincia entera, “uno de los lugares más hermosos del planeta”. También en León –adonde vuelve de vez en cuando, porque aquí vive su familia– aprendió dos cosas importantísimas: a leer y a escribir gracias a profesores como Bernardino González Pérez; y fue donde consiguió sus primeros premios literarios. “Eso determinó lo que me ocurriría después. Y también tuve el golpe de fortuna de marcharme a tiempo, antes de que León me hiciese sufrir demasiado. El de León es un amor muy doloroso... Cada vez que vuelvo, regreso a los sitios de mi infancia (sobre todo la montaña) y siempre pienso lo mismo: a ver si no se han cargado nada más... No olvido el día en que volví a Valdepiélago y vi que algún homínido con cargo oficial había mandado talar los impresionantes árboles que bordeaban la carretera. Se me saltaron las lágrimas. Eso pasa con frecuencia”, recuerda con pena Luis, al tiempo que cita a García Márquez, quien decía que la vida no es lo que viviste sino lo que recuerdas, “y en ese sentido la memoria hace su trabajo de limpieza y restauración. Menos mal”, explica este periodista, afincado en Madrid, que ha trabajado en diversos medios, entre otros 'El Independiente', 'El País', 'Diario 16', donde fue editorialista y director de la sección de opinión, o bien en el diario digital Elconfidencial.com, donde escribiera semanalmente, bajo el seudónimo Incitatus, desde el año 2000 hasta principios de 2009, artículos sobre el mundo cultural, que pronto aparecerán publicados en formato libro, según Algorri, consciente de que “la cultura en España ha sido, durante los años buenos, un paraíso para los ladrones y los comisionistas. Pero cuando se acabó la buena vida pasó lo que pasa siempre: el primer sitio del que se quita dinero es de la cultura. Así nos luce el pelo, porque el futuro de la gente es su cultura. No tenemos otro”, a la vez que rememora aquellos versos de Quevedo: “Y no hallé cosa en que poner los ojos / que no fuese recuerdo de la muerte”.

El de León es un amor muy doloroso... Cada vez que vuelvo, regreso a los sitios de mi infancia (sobre todo la montaña) y siempre pienso lo mismo: a ver si no se han cargado nada más... No olvido el día en que volví a Valdepiélago y vi que algún homínido con cargo oficial había mandado talar los impresionantes árboles que bordeaban la carretera. Se me saltaron las lágrimas.

Periodismo y literatura

En la actualidad, trabaja para 'Tiempo', una de las revistas de información general que más se vende en España. Desencantado con su profesión, cree que el periodismo es un trabajo, no siempre agradable, que a uno le permite contar a los demás lo que quizá no sepan o reflexiones que uno haya hecho después de mucho estudio y mucho análisis. “Eso es lo que yo aprendí de chaval y lo que me hizo feliz durante bastantes años. Debo decir que ya no es así. Hoy abundan enormemente los periodistas comprados, o vendidos, o filibusteros, o sobre-cogedores, o vanidosos, o salva-patrias, o todo a la vez. Periodistas que se creen más importantes que la noticia que dan. Eso es la muerte del oficio. Hoy no estoy nada orgulloso de ser periodista. No le aconsejo a nadie que estudie periodismo”, se muestra escéptico Luis, quien tampoco cree que el periodismo ayude a ejercitar el estilo literario, porque el estilo, en su opinión, depende de lo que leas, de cuánto leas, de a quién leas y de tu capacidad de impregnación. “Si lees y aprendes de los que escriben bien, el periodismo te ayudará a conseguir algo dificilísimo: que se entienda lo que escribes, que no haya que descifrarte. Y las lecturas, si son buenas, pondrán en lo que escribes algo que te singularice. No es el coche el que te enseña a conducir. Es el viaje”, matiza este periodista y narrador que dice haber aprendido a escribir, aparte de su citado maestro de infancia, con Antonio Gala. “A ocho de cada diez periodistas españoles les pasa con el punto y coma y con los dos puntos lo mismo que con los cubiertos de carne y de pescado: no están del todo seguros de lo que hay que hacer con ellos. Yo aprendí eso, y mucho más, gracias a Gala”. Pero luego, o antes –señala– se leyó enteros a Gabo, a Cortázar, a Delibes. “Y a Gamoneda, que es indispensable, lo mismo que el Quijote. Releer el Quijote una vez cada dos años mejora tu escritura como ninguna otra cosa que yo conozca”.

A ocho de cada diez periodistas españoles les pasa con el punto y coma y con los dos puntos lo mismo que con los cubiertos de carne y de pescado: no están del todo seguros de lo que hay que hacer con ellos.

En cuando a periodismo, siente devoción por Pablo Ordaz, a quien lee con la misma fascinación con que leyera a Cortázar. “Me entero de todo lo que dice desde Roma y además siento un placer estético. Pero Ordaz, a quien no conozco, no ha aprendido a escribir así gracias al periodismo sino a todo lo que ha leído en su vida, que debe de ser muchísimo. Y muy bueno. Lo mismo que el argentino Eduardo Sacheri. Lo que hace este hombre por quienes no somos aficionados al fútbol es asombroso”, concreta el autor de la exitosa novela 'Algún día te escribiré esto' (editada por Egales), traducida a varios idiomas, entre ellos al francés y al alemán, considerada como una de las mejores obras de la literatura gay española. Cuenta la historia apasionada y afectuosa entre dos jóvenes en torno a un deseo obsesionante y embriagador. Está escrita con pasión y en el momento adecuado, “que era lo que entonces necesitaba el género, por llamarlo de algún modo”, según su creador, quien destaca la intensidad de la misma. “En la literatura relacionada con la homosexualidad han aparecido autores brillantísimos. Mi preferido es José Luis Serrano”, apostilla Luis, quien, además, fue ganador del Certamen convocado por 'Diario de León' en 1986 con su relato 'Llega un tren'. Sus relatos están incluidos, también, en obras colectivas como 'Tu piel en mi boca' (editada por Egales) y 'Cuentos de León narrados por...“, una magnífica antología de relatos publicada por la editorial Rimpego, en la que también son coautores Gamoneda, Merino, Mateo Díez, Colinas, Guerra Garrido, Pablo Andrés Escapa, David Rubio o Emilio Gancedo, entre otros.

La cultura en España ha sido, durante los años buenos, un paraíso para los ladrones y los comisionistas. Pero cuando se acabó la buena vida pasó lo que pasa siempre: el primer sitio del que se quita dinero es de la cultura. Así nos luce el pelo, porque el futuro de la gente es su cultura. No tenemos otro

En la actualidad, Luis Algorri está, como siempre, con varias cosas a la vez: con una autobiografía de Carlos V, una historia de la Iglesia católica española durante los últimos setenta u ochenta años y con un libro “a cuatro manos”, “lo más inmediato e ilusionante”, que está escribiendo con un amigo, cuyo título será a buen seguro 'El carretero y el agua' “(o quizá al revés): un largo diálogo, de aromas medio platónicos, entre dos maestros masones”, concluye.

Entrevista breve a Luis Algorri

“Twitter es una espléndida escuela para redactores de chistes, consignas y todo género de jaculatorias”

P- ¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

R- Sin la menor duda, el Quijote. No es que lo lea por segunda vez, es que lo vuelvo a leer todos los años impares desde hace más de treinta. Es el libro que me acompaña en la vida.

P- Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

R- En la literatura, seguramente Cortázar. En la vida no hay nadie imprescindible: a todas las ausencias se acostumbra uno, a todas las pérdidas, a todas las decepciones.

P- Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

R- Ahí no hay ninguna duda: Boris Izaguirre, seguido muy de cerca por Jiménez Losantos.

P- Un rasgo que defina tu personalidad.

R- La empatía. Y la indefensión ante las puñaladas: se me hace daño con mucha facilidad.

P- ¿Qué cualidad prefieres en una persona?

R- La sinceridad. Y no la prefiero: la exijo, porque sin eso no hay nada más.

P - ¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

R- Estamos ante un cambio drástico de época. ¿Tú conoces el cuadro de Brueghel 'La parábola de los ciegos'? Pues eso es.

P- ¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

R- Los humoristas con verdadero talento. Dos ejemplos: los chicos de El Mundo Today, que saben que son humoristas, y monseñor Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, que no sabe que lo es, pero que dice unas barbaridades que me parecen descacharrantes.

P- ¿Por qué escribes?

R- Lope: “Quien lo probó lo sabe”.

P- ¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

R- Sí. Todo sirve para ejercitar el estilo literario. Twitter es una espléndida escuela para redactores de chistes, consignas y todo género de jaculatorias. Facebook te obliga a la brevedad y a la eficacia, pero ahí están los que leen.

P- ¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

R- Hombre... ¡Todo lo que he leído durante los últimos 54 años!

P- ¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

R- Sigo varios blogs y webs (y algunos los hago yo), pero no por ese motivo.

P- Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

R- “Etiam si omnes, ego non”. Aunque todos lo hagan, yo no. Es la mejor divisa del librepensamiento que conozco.

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