Sergio Jorge: “León es una ciudad activa, sobre todo en el ámbito cultural”

Sergio Jorge

Manuel Cuenya

Autor del libro 'Mis amigas follan', Sergio Jorge es un periodista y narrador salmantino, afincado en León, ciudad que le parece activa, “muy activa, en todos los ámbitos, más de lo que la gente piensa”, señala él, que se muestra crítico con las instituciones, las cuales nos hacen pensar que la sociedad leonesa está parada, pero realmente son ellas las que están paradas. “Que nos quieran transmitir que León está de moda o que un gran activo para promocionar la ciudad es el Santo Grial es un engaño y un drama para el presente y el futuro. La provincia en conjunto tiene demasiada riqueza como para considerarla como un spot de temporada”, manifiesta contundente Sergio.

León es, en su opinión, una ciudad activa sobre todo en el ámbito cultural, “con decenas de propuestas en todas las artes. Pero son las iniciativas menos difundidas, las menos conocidas, las que más me interesan”, precisa Sergio, convencido de que lo mejor sale de pequeños bares, de artistas poco o nada conocidos, “porque solo algunas instituciones como el Musac o la Universidad se salen de la agenda, esa que trae al Melendi de turno o que quiere hacer pensar que León pasa gélidos inviernos culturales”, añade el periodista de La Nueva Crónica, reivindicativo con la importancia que tienen las editoriales independientes en una ciudad como León, entre ellas Eolas o Mr. Griffin, que están apostando por autores como Avelino Fierro, Gabriel Quindós o la joven Silvia Abad Montoliú, entre algunos otros, habida cuenta de que “los grandes autores leoneses llegan fácilmente a todos”.

Que nos quieran transmitir que León está de moda o que un gran activo para promocionar la ciudad es el Santo Grial es un engaño y un drama para el presente y el futuro. La provincia en conjunto tiene demasiada riqueza como para considerarla como un spot de temporada

Cuenta Sergio que a menudo compara León con Salamanca, algo inevitable, “hay gente que piensa que para presumir, pero no, es para hacer crítica constructiva. También valdría en el caso contrario, obviamente”, despeja cualquier duda este narrador, cuya ciudad natal es su referencia, en todo, no sólo en lo familiar, sino en las decenas de amistades que allí tiene, que hiciera en sus calles y en su bares. Famosos son los bares salmantinos por su marcha, por su fiesta. “Pero Salamanca también tiene cosas que detesto, como no puede ser de otra forma”, matiza Sergio, quien se considera un obrero del periodismo, algo que no quiere olvidar, aunque también sea cierto que “a veces utilizamos ladrillos caravista. Pero sobre todo tenemos que trabajar con esos horrorosos bloques de hormigón, que también son necesarios en esto de contar la realidad”. Otro asunto es la literatura, que, en su opinión, hace maravillas con esos ladrillos caravista para imaginar lo que no se ve. “Quizá lo más difícil es emplear bien esos ladrillos que tan bien lucen en las fachadas, crear literatura para hacer periodismo, como vemos todos los días en la contraportada de La Nueva Crónica con Fulgencio Fernández y Mauricio Peña”, sintetiza este periodista y narrador salmantino-leonés, que comenzó escribiendo 'Mis amigas follan' (atrayente título, sin duda) como una broma, que luego fue amenaza para acabar siendo venganza. Ellas, sus amigas, le contaban sus cosas, “con esa sutileza sin prepotencia que las caracteriza (justo al contrario que solemos hacer los hombres)”, según Sergio, y al final aparecen retratadas en un libro que muestra sus interioridades. “Lo que más buscaba era ponerme en sus mentes y escribir las historias desde su punto de vista, pero sobre todo lo que pretendía es que todos nos identificáramos con alguna historia. Hay que superar los traumas de una u otra forma”.

Salamanca como espacio literario

Escribe la periodista y narradora Patricia Cazón, a propósito del libro de Sergio Jorge, que “lo primero, el título. Fantástico. De esos que te empujan a leer si eres joven. Lo segundo, el epílogo, firmado por David Rubio, uno de mis grandes amigos y una de las personas que mejor escriben del mundo. Lo tercero, el ambiente, porque el escenario de este libro de Sergio Jorge (que compila sus artículos en el blog del mismo nombre Mis amigas follan, relatos desde el rencor) es la Salamanca universitaria en la que yo pasé, quizá, cuatro de los mejores años de mi vida”. Esa Salamanca universitaria que a tantos nos ha enhechizado.

La ópera prima de Sergio Jorge, disponible para Kindle y en formato digital, está conformada por cincuenta relatos escritos con humor, cuyo prólogo está firmado por Isabel Herrera, compañera de periódico del autor, que nos advierte de que las mujeres, a diferencia de los hombres, practican la discreción, “comes veinte y cuentas una (historia)”. Isabel herrera es, en palabras de Sergio, un ejemplo perfecto para cualquier periodista que quiera dedicarse a esto. “Es una trabajadora insaciable, es más exigente consigo misma que con los demás, por lo que te transmite su compromiso y su afán por superarse y, sobre todo, mantiene siempre un criterio y un sentido común envidiable. Y sin alharacas, que los periodistas somos muy ególatras, pero a ella jamás la verás presumir de sus victorias periodísticas”, agrega.

Es muy difícil ser director sin olvidarse de ser periodista, y David Rubio lo consigue cada día

Por su parte, el epílogo de este libro le corresponde a David Rubio, periodista, narrador y director de La Nueva Crónica, por tanto jefe de Sergio, quien elogia la labor de Rubio, porque “es muy difícil ser director sin olvidarse de ser periodista, y David lo consigue cada día, además de que es una persona que antepone el criterio del periodista, el del que ha estado en el hecho noticiable, antes que la idea prefijada que pudiera tener él. Y eso es la primera vez que me lo encuentro en un director, después de haber tenido unos cuantos... Y encima es capaz de escribir literatura, otra cosa que también admiro de él”.

“Los periodistas a veces utilizamos ladrillos caravista. Pero sobre todo tenemos que trabajar con esos horrorosos bloques de hormigón, que también son necesarios en esto de contar la realidad”.

Como narrador, Sergio cree que un buen relato tiene que sorprender, además de estar bien escrito, y debería contener personajes profundos, que aporten algo a los lectores y 'lectrices', y aun que puedan identificarse con los mismos, o bien identificarse con el relato en sí. “Pero al final lo que busco es que cuando haga una pausa en la lectura, o al terminarla, ese escrito siga ahí en mi cabeza cuando me acuesto, cuando voy al trabajo o incluso cuando estoy en un bar, que también me ha pasado”, especifica el cofundador de la revista digital 'Tam Tam Press', en la que ahora apenas puede escribir por falta de tiempo. Sin embargo, se siente orgulloso de haber creado esta revista junto a Eloísa Otero y Camino Sayago. “Es insuperable. Lo mejor que se puede ver en Tam Tam Press es que está toda la cultura al margen de esa agenda institucional, de eso que no te vas a encontrar en anuncios publicitarios pero que tienen más riqueza que el Bertín Osborne de turno”, glosa Sergio, que ahora está preparando, “sin prisa pero sin pausa”, una nueva exposición con el fotógrafo Saúl Arén, con el que ha logrado una compenetración ideal para trabajar. Y en lo que se refiere a lo meramente literario, comenta que, desde hace años, tiene un proyecto con otra persona que ahora parece una utopía, casi un sueño, pero a buen seguro lo conseguirá. “Y claro, si no doy pistas es para no gafarlo”, remata.

Entrevista breve a Sergio Jorge

“Me encanta escribir utilizando la ironía”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Es curioso que el libro que más he leído en mi vida es 'El sombrero de tres picos' porque siempre lo utilizaba para los trabajos escolares. Pero repetiría algunos como 'El camino' (Miguel Delibes), 'Luna de lobos' (Julio Llamazares), '1984' (George Orwell), 'La fiesta del chivo' (Mario Vargas Llosa), 'Todo es silencio' (Manuel Rivas) o 'Yo confieso' (Jaume Cabré). Y de los últimos que he leído, 'El amor dura tres años' (Frederic Beigbeder).

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

El Lazarillo de Tormes, pero no por hacer patria o por la picaresca, sino por la lucha para superar las dificultades.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

No he podido nunca con Cortázar.

Un rasgo que defina tu personalidad.

El optimismo.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La nobleza, porque ahí van incluidas muchas otras cualidades: sinceridad, confianza, honradez, fidelidad...

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Tanto la política como la sociedad en general está instalada en el histerismo y en el 'conmigo o contra mí'. Falta mucha perspectiva para analizar las cosas, para comprender que no todo se puede consentir pero a la vez que no todo se puede arreglar a la primera. Creo que las cosas pueden cambiar, y a mejor, obviamente, pero depende de todos nosotros, de la actitud que tengamos en cada momento, con el de al lado.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

Una copa en el Tum Tum (un bar de Salamanca que ahora se llama Super 8). Como no puedo hacerlo, me busco mis propios Tum Tum y mis propias copas.

¿Por qué escribes?

Por contar esas pequeñas grandes realidades a las que no todo el mundo puede tener acceso.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Sí, sin duda, porque me encanta escribir utilizando la ironía y, si puedo, el sarcasmo. Y las redes sociales son perfectas para ello. Otra cosa es que todo el mundo las entienda.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

No recurro así como así a fuentes literarias, no suelo citar a autores, pero sé que utilizo todo lo que he leído en mi forma de escribir y sale de alguna u otra forma. Lo que más me influye sin duda es mi estado de ánimo, porque cuando más a gusto me siento al escribir es cuando lo hago desde el cabreo o desde la euforia.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No sé si por falta de tiempo o por pereza, apenas escribo más allá de La Nueva Crónica y de vez en cuando en Tam Tam Press. Y con los blogs me pasa parecido.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Contra el vicio de fallar, la virtud de insistir.

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