Ana Merino: “Me gusta mucho escribir y me gusta disfrutar de la experiencia creadora”

Ana Merino. Foto: Daniel Mordzinski

Manuel Cuenya

El año que te visitaron

los extraterrestres

a mí me secuestró la tristeza;

era una sombra inmensa

parecida a la que proyectan

las nubes cuajadas de tormenta,

una sensación ominosa

de abismo en la garganta

que me hacía escupir

amargura y flemas.

Hubiera preferido encontrarme

con seres intergalácticos

llenos de luz

y que me diesen

el don de la dicha

anidando en las palmas

de mis manos;

aprender con un gesto

a curar el aura gris

y sus dolencias.

Ese año en el que los planetas

abrieron sus compuertas

de mundos paralelos,

a ti te tocaron las estrellas

con su aliento de horizonte habitado

y a mí me despertó la realidad

sudada en los desvelos

del que se siente solo

y ha perdido la fe

que se inventan los rezos.

(Ana Merino, 'Almas gemelas', poema incluido en su poemario 'Los buenos propósitos')

Poeta, narradora, ensayista, dramaturga, profesora de la Universidad de Iowa en Estados Unidos, donde dirige un Máster de Escritura Creativa en español, Ana Merino contagia pasión por la lectura y la escritura.

Le gustaría que su trabajo sirviera como estímulo a otras personas, que éstas se animaran a escribir y a disfrutar de la literatura en todas sus formas.

Como poeta, ha sido premiada con el Adonáis por 'Preparativos para un viaje' o bien con el Fray Luis de León por 'Juegos de niños'.

Asimismo, ha publicado una novela juvenil, 'El hombre de los dos corazones', narraciones breves, un ensayo sobre el cómic iberoamericano, artículos varios y algunas obras de teatro como 'Amor: muy frágil' o 'La redención'.

Su amor por la literatura lo lleva en la sangre, pues es hija del escritor y académico José María Merino. Y sobrina carnal de la poeta Margarita Merino, que también vive en Estados Unidos, como ella, desde hace años, y a quien hemos tenido el gusto de entrevistar para esta sección de la fragua literaria leonesa en ileon.com.

Cuenta Ana Merino que su mundo poético se construye a través de su capacidad para enamorarse, de sentir pasión. No en vano, la gran poesía nos sacude las entrañas, nos emociona. Su poesía explora el mundo de la infancia. La poesía es el amor, sintetiza Ana, mientras que la prosa, habida cuenta de que también es narradora, está relacionada con la curiosidad, la imaginación, con ese afán por contar lo humano.

Reconoce que le gusta experimentar la creatividad desde muchos espacios, tal vez por eso se ha dedicado y se dedica a varios géneros literarios. En este sentido, cree que el saber nos humaniza a todos.

Como profesora de escritura creativa, está convencida de que se puede enseñar a escribir. “La escritura tiene mucho de taller”, aclara ella. Y sus clases son interactivas, en las que se establece un continuo intercambio de ideas y sugerencias, un diálogo fluido con el alumnado.

“Soy una humanista y reivindico a la literatura y a los procesos creativos como partes indispensables del ser colectivo que puede redimir este planeta. La empatía, el amor, la ilusión por el conocimiento son parte de ese espacio humanista lector y creador que hay que reivindicar”, afirma.

En la revista digital, 'Iowa Literaria', se pueden leer trabajos de los estudiantes que asisten a los talleres de escritura creativa de español que imparte Ana Merino.

Soy una humanista y reivindico a la literatura y a los procesos creativos como partes indispensables del ser colectivo que puede redimir este planeta

Esta revista –un punto de referencia sobre la literatura en lengua española que de hace en Estados Unidos- es un espacio de reflexión sobre los retos y las posibilidades de la escritura creativa, cuyo objetivo es la difusión de la obra de escritores, profesores y alumnos del programa.

Ana Merino, después de realizar una maestría en Columbus, Ohio, y el doctorado en la Universidad de Pittsburgh, donde escribiera su tesis sobre el cómic en el mundo latinoamericano, decidió irse a trabajar a la Universidad de Iowa porque se trata de un espacio con gran pulsión literaria.

Declarada “capital de la Literatura” por la Unesco, y primera ciudad mundial de escritura creativa, en su opinión, donde se creara el primer Máster de Escritura creativa del mundo en 1936.

Como dato relevante cabe señalar que de esta ciudad han surgido más de veinticinco autores premiados con el Pulitzer. Se suele decir que la mitad de su población se dedica a escribir, mientras la otra mitad aspira a hacerlo.

Por tanto, se trata del sitio idóneo para impartir clases de Escritura Creativa, ese lugar en el mundo en el que se siente muy a gusto.

“Estados Unidos es un país gigantesco. No se puede resumir todo lo que ofrece –explica la creadora de 'Los buenos propósitos'-. En mi caso, a lo largo de los años de estudios, he podido profundizar en el cómic y la novela gráfica. En Iowa dirijo el MFA de escritura creativa en español y reflexiono mucho sobre el proceso creativo. Aquí existe una gran tradición sobre los talleres y la experiencia creativa como espacio técnico de formación conjunta. A los anglos les encanta la idea del escritor profesional encerrado en su torre de marfil, a los latinos nos interesa más la idea del escritor comprometido con su comunidad. Son opciones diferentes que conviven en un espacio muy estimulante”.

Multidisciplinar y comprometida con la literatura, con la realidad en la que vive, en definitiva, la autora de 'El viaje del vikingo soñador' cree que todas sus facetas, como profesora, como poeta, como narradora, como dramaturga e investigadora, la complementan y dialogan con su presente.

“Me gusta mucho escribir y me gusta disfrutar de la experiencia creadora –matiza-. En la poesía he podido proyectar mis pensamientos y la forma que tengo de sentir. El teatro me ayuda a reflexionar sobre un conjunto de voces diferentes y los sentimientos universales que nos definen a todos. La enseñanza me enriquece porque me permite compartir la ilusión por el aprendizaje y el conocimiento”.

Le gusta decir de sí misma que es una nómada, a la que le entusiasma estar en constante aprendizaje. En todo caso, y aunque vive en Estados Unidos desde hace más de veinte años, se siente profundamente leonesa.

No queda rastro

de esa impaciencia ilimitada

que desbordaba los ojos de la niñez.

Ahora, sabemos esperar

y entender la voz de los relojes

como un susurro cotidiano.

Hemos olvidado,

aquel nerviosismo inocente

que se escondía debajo de la cama

y se desesperaba

por tener que vivir tantas horas.

Las señales sudorosas

de aquellos días febriles,

se han transformado

en la resignada melodía

de lugares asépticos

donde el futuro

no se detiene a ser memoria.

(Ana Merino, poema incluido en 'La voz de los relojes')

En Iowa dirijo el MFA de escritura creativa en español y reflexiono mucho sobre el proceso creativo. Aquí existe una gran tradición sobre los talleres y la experiencia creativa como espacio técnico de formación conjunta

León, la tierra de sus ancestros

“En León pasaba muchas de las vacaciones de mi infancia. En la casa de mis abuelos en la calle Legión VII número 6 viví momentos maravillosos. León forma parte de mi esencia familiar, es la tierra de mis ancestros y es una ciudad que amo y a la que siempre vuelvo”, rememora con afecto a la vez que reconoce la importancia de la literatura que se hace en la tierra leonesa, o por leoneses, como es el caso de la generación de su padre, el escritor José María Merino, “una generación fabulosa”, según la autora de 'La voz de los relojes'. “León tiene a gente estupenda y una larga tradición”. Aunque también es consciente de que hay autores jóvenes, de su quinta, que son formidables.

“Pienso por ejemplo, en Luis Artigue, que combina poesía y prosa, o en Noemí Sabugal magnífica articulista y autora de novela negra, o en mi colega la poeta Raquel Lanseros, leonesa de adopción que también tiene una relación muy estrecha con la ciudad. Además, León tiene al dibujante de cómics Miguel Ángel Martín, con una trayectoria internacional importantísima. La verdad León es un eje muy importante, y tiene editores independientes maravillosos que defienden y promocionan muchas voces. Pienso en las editoriales: Reino de Cordelia, en Rimpego y en Eolas. Detrás hay leoneses que creen en la literatura y apoyan a todas las generaciones y hacen que dialoguen juntas”, precisa esta apasionada lectora, que lee desde que era una niña. Y que siente devoción por escritores clásicos de la talla de Cervantes, Góngora, Quevedo, Manrique, Lope de Vega, Calderón de la Barca, o bien los místicos como Santa Teresa y San Juan, Sor Juana Inés de la Cruz, María de Zayas, “toda la tradición clásica del teatro griego, la novela realista de Galdós, Emilia Pardo Bazán, Rosalía, Proust, Kafka, Turgénev, Chéjov, Edgar Lee Masters, Emily Dickinson, la generación del 27, la de 50, toda la literatura del Boom...”.

Cree que cada libro le ha dejado huella y ha construido su mirada. Y en esta línea, ese eclecticismo lector le ha ayudado y enriquecido.

Tampoco se olvida de las 82 poetas que ha antologado con su colega Raquel Lanseros en una compilación editada por Visor cuyo título es 'Poesía soy yo. Poetas en español del siglo XX (1886-1960)' en la que figuran creadoras relevantes de todos los países hispanohablantes.

En la actualidad, está terminando un libro de cuentos y un poemario. “Escribir cuentos es un reto porque el gran escritor de cuentos es mi padre. Es un libro en el que desarrollo la mirada americana a través de los cuentos... Y el cuento es el género que mejor se adapta a esa mirada”, concluye.

Piedra

fría,

rincón silencioso

junto al regazo de los muertos.

Papel

para escribir

unas breves líneas,

la despedida apresurada

del viajero.

Tijera

para cortarle la lengua al mar

cuando suspira.

Tijera

para cortar los sueños

de los ahogados.

Papel

para escribir sus nombres.

Estrecho de piedra,

barquito de papel

arrecifes de tijera.

Un poema triste

para los que se quedaron sin aire

en las orillas.

Lágrimas de piedra

pateras de papel

y la boca del mar

con dientes de tijera.

(Ana Merino, 'Piedra, papel, tijera', poema incluido en 'Compañera de celda')

Entrevista breve a Ana Merino

“Necesitamos que el mundo tenga buenas personas”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Ana Merino. Foto: Daniel Mordzinski

Muchísimos. No creo que pueda conformarme con uno. Siempre vuelvo al Quijote, pero también a muchísimos poemarios que me marcaron. La literatura rusa también me marcó muchísimo de adolescente, o la francesa, o la novela social de Galdós o la obra de María de Zayas. No me puedo definir ni con un libro ni con un género.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

El espíritu Quijotesco. Las ganas de vivir en ilusión permanente.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

No lo sé... era tan insoportable... que no me acuerdo.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Sentido del humor e imaginación.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Que sea buena persona. Creo que necesitamos que el mundo tenga buenas personas. Suena pueril, pero necesitamos que la gente sea buena.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Aquí es importantísimo la bondad, el trabajo en equipo y el talente generoso y dialogante. Necesitamos políticos bien formados y una sociedad que busque el bien común y proteja a su gente.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Muchas cosas. Me encanta leer y escribir, pero también montar teatro y trabajar con actores. También me gusta muchísimo hacer talleres comunitarios con niños. Me divierto con cualquier cosa. Viajar, pensar... pasear... soy un espíritu muy afable.

¿Por qué escribes?

Me da serenidad y me entretiene. Me gusta ordenar mi pensamiento, es una experiencia en cierto modo terapéutica que me encanta.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

En mi caso las uso muy poco. Simplemente para difundir información o artículos.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Todas las lecturas y experiencias.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Me canso mucho con el ordenador. Soy miope, y ahora tengo la vista algo cansada y me dan migrañas. Intento usar el ordenador muy poco. Suelo escribir casi todo a mano y luego pasarlo. No soy de las personas que disfruten navegando porque enseguida me da dolor de cabeza la luz de la pantalla y todo el zumbido de imágenes. El uso que hago del internet es profesional y muy controlado para que no me cause demasiado agotamiento.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Espero que el futuro sea más justo y que nos queramos y nos cuidemos, y que la literatura nos redima a todos.

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