El ciclo de cine de los Capuchinos propone 'El sureño' para este martes

Teatro San Francisco

ileon.com / Rapaz

El Teatro San Francisco propone para su próxima proyección dentro del ciclo de cine de los Capuchinos, todos los martes a las 20.30 horas, el clásico 'El sureño'. El precio es de 4 euros.

Ficha técnica

Año: 1945

Duración: 92 min

País: Estados Unidos

Dirección: Jean Renoir

Guion: Jean Renoir, Hugo Butler (Novela: George Sessions Perry)

Música: Werner Janssen

Fotografía: Lucien N. Andriot (B&W)

Reparto: Zachary Scott, Betty Field, J. Carrol Naish, Beulah Bondi, Percy Kilbride, Charles Kemper, Blanche Yurka, Norman Lloyd, Estelle Taylor, Paul Harvey, Noreen Nash, Jack Norworth

Productora: Loew-Hakim

Sam Tucker, un esforzado jornalero del algodón que sueña con un futuro mejor para su familia, consigue tener su propia plantación, pero habrá de enfrentarse a un clima implacable, a una inesperada enfermedad y a la hostilidad de sus vecinos.

La edad de la inocencia

El sureño es la tercera de las cinco películas que Jean Renoir rodó en Estados Unidos, tras instalarse allí en el año 1940 huyendo de la ocupación nazi. Si bien se había fraguado como cineasta en las fuentes del realismo europeo, teniendo como padre espiritual a Erich von Stroheim y nunca llegó a encajar del todo en el “star system” de Hollywood, no se puede negar que las obras de su etapa americana (entre ellas podríamos citar también Esta tierra es mía, quizá la mejor película que se haya hecho nunca sobre la resistencia francesa contra el nazismo) revisten un innegable interés.

Al ver El sureño no podemos por menos que relacionarla con otra película que aparentemente nos cuenta una historia muy similar, Las uvas de la ira, dirigida por John Ford cinco años antes. Sin embargo, el film de Ford resulta mucho más estremecedor (y superior) en su cruda exposición de la lucha por la vida de una humilde familia de campesinos que se ve obligada a emigrar durante los años de la gran depresión. Puede que El sureño resulte un tanto ingenua en su bucolismo, donde el amor y la buena vecindad acaban triunfando sobre los obstáculos que la adversidad impone. No obstante, no se puede negar el mérito de escenas tan impactantes como la de la tormenta o la crecida del río, donde Renoir despliega lo mejor de su talento como director.

En definitiva, una película sin grandes pretensiones en la que prevalecen los valores humanos sobre el egoísmo y el dolor más descarnados. Como oí decir a alguien en cierta ocasión, el mal no es el misterio más grande que hay en el universo. El gran enigma es el bien. Los personajes de El sureño acaban comprendiendo que la supervivencia de todos solo quedará garantizada si renuncian al enfrentamiento egoísta y toman conciencia de la importante que es colaborar unos con otros.

Esperamos que disfruten de este viaje a la edad dorada, en el sentido que cobrara esa expresión en boca de Don Quijote en la magna novela cervantina, aludiendo a aquel reino intemporal que habita en el corazón de cada ser humano.

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