Astorga despide al histórico agitador musical de la ciudad Javier del Otero, 'Jalisco'

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La noticia que obligó a contener la respiración recorrió la noche de este jueves de fiesta como un latigazo: Javier del Otero, Jalisco, ha muerto.

El músico y fotógrafo astorgano será siempre recordado como el fundador de 'Indeseables' junto con el 'Moro', 'Charlie' y Esteban, uno de los grupos que más sonó a finales del siglo pasado dentro y fuera de las murallas de la ciudad, aunque en la última etapa de su vida, antes de retirarse a un segundo plano, este 'chaval' del barrio de Rectivía estuvo en el epicentro de la 'otra' cultura astorgana aglutinando a todas las mentes inquietas que tratan de expresarse no sólo a través de la música, sino también con los pinceles, la cámara de fotos, el teatro o a través de la escritura; a los creadores que no forman parte del 'establishman' cultural astorgano pero que quizá sean los que mejor reflejen la vitalidad artística que Astorga ha destilado desde siempre.

Jalisco se propuso recoger en un libro la historia del rock astorgano junto con Jesús Palmero y Ricardo García, y nació 'Astorga Rock' donde se recopila la memoria de los 140 grupos creados en la ciudad desde hace más de 60 años. A él también tenemos que agradecerle la paciencia y el tesón con las que trató de revitalizar el 'underground' astorgano organizando los festivales Astor-rock, en los que ponía buen cuidado para que no faltara nadie. En una entrevista realizada por Astorga Redacción en 2017 le preguntábamos por qué se metía en esos 'follones' de tratar de poner de acuerdo a tantos músicos, y contestaba: “Tengo necesidad de hacer algo, de ver que existo, quiero sentirme vivo. Querer es poder y ahora cuando tomo una decisión la hago”.

Así era Javier del Otero, un vitalista con la cámara siempre preparada para apuntar algún objetivo que fotografiar, que congregó durante varios años en torno a 'ArteAstorga', un grupo de Facebook que creó, a todos los que querían expresarse a través del arte y que saltó del mundo virtual al real en las fiestas de Astorga para materializarlo en una exposición en la que los beneficios de la venta de las obras las destinaba a las asociaciones asistenciales de la ciudad.

Astorga, sus calles, sus músicos, sus creadores, la Cofradía de Las Palmas y tantas personas que en algún momento necesitaron un apoyo para seguir adelante, echan ya de menos a Jalisco.

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