'Despertar en cuarentena'

Perro Mika

Pilar Álvarez García

Me despierta acariciando mi pelo, primero muy suave (me hago la dormida), ahora un poco más fuerte.

— Déjame, tengo sueño...

— Es tarde, despierta.

— ¿Tarde? ¿Tarde para qué? Tengo todo el día.

— No, no tienes todo el día, tienes igual que antes, tú estás jubilada...

— Pero antes hacía cosas.

Cada vez se acerca más. Quiere... ¿Qué quiere? ¿Jugar como que nada pasara?

— Y ahora también las puedes hacer, es lo mismo pero de otra forma.

— Sí, claro, hago mi yoga en la alfombra (antes lo hacía en el gimnasio), ando mis cuatro kilómetros por el pasillo y subo la escalera hasta que mis piernas me duelen (no se parece a nuestros paseos disfrutando del aire, los árboles, la hierba, los pájaros...) A las doce tomo mi café con leche (me falta el churro del bar de la esquina). Veo los whatsapp, ahora constantes (ya no me hacen gracia ni los que tienen gracia), no quiero ver más pelis ni más series, (antes preparábamos las palomitas y los regalices para el fin de semana, ahora ya todo son sábados y domingos y ya no me quedan), me canso de leer...

— Venga vamos, anímate, eso ahora no es importante.

— No quiero animarme, déjame, quiero dormir.

— No te quejes, todos estamos bien, todos están pendientes de ti, de nosotros. Tienes muchos que te quieren, que nos quieren.

— Lo sé.

— A las once llamará ella, a la que tanto queremos y que no deja de llamar miles de veces al día a ver cómo estoy, a ver cómo estamos todos.

— Tengo tiempo.

— Después, el facetime de tu hijo: tú preguntándole si ha salido a trabajar, que tenga mucho cuidado, que se ponga mascarilla y guantes, que se lave bien, que tiene que proteger el maravilloso regalo que espera, y al papel de regalo que lo envuelve, él preparándose para abrirlo en breve, y esa alegría de niña con su lengua de trapo: «¡abela, abela!», que no entiende por qué ya no ve a Carla y a Pablo y por qué sus papás le han llenado el patio de juegos como si fuera un parque, y por qué no hay niños en ese parque.

— Tengo tiempo.

Acerca su lengua y suavemente recorre mi brazo. Me hace cosquillas. No me vas a engañar, me acosté muy tarde viendo tonterías en la tele, déjame.

— Pero yo quiero acariciarte, quiero besarte, quiero estar contigo, a tu lado... (Se aprieta junto a mí).

Me desperezo, quizá tengas razón, vamos a disfrutar mientras estemos juntos, acércate. Ahora sí, jugamos de verdad, nos encanta...

Y ahora me voy a vestir, me voy a arreglar como si nada pasara, por ti, por ese amor incondicional, excesivo a veces.

Y vamos a bajar al jardín (¿era eso lo que querías?) y a dar esa vuelta a la manzana que gracias a ti se nos está permitido.

¡Gracias, MIKA!

* 'Despertar en cuarentena' es un relato publicado dentro de la iniciativa lanzada por la asociación cultural El Pentágrafo e ILEÓN.COM para recoger escritos con temática relacionada con la actual crisis ocasionada por el coronavirus Covid-19.

Pilar Álvarez García es jubilada, madre y abuela. Comparte este relato en el que da voz a su perra Mika, ya que, sin duda alguna, nuestras mascotas están haciendo que la vida en cuarentena sea mucho más llevadera.

  • Aquí puedes enviar tus cuentos de cuarentena
Etiquetas
stats