'Pájaro del Noroeste', una historia de mujeres fuertes que se abren paso en un mundo de hombres

La periodista y escritora leonesa Marta del Riego Anta. En una imagen de Vincenzo Penteriani

E. Alba

“Icia es una mujer del siglo XXI, independiente, libre, que trabaja y a quien le importa su carrera profesional. Por eso pospone el momento de ser madre hasta que es demasiado tarde. Y se da cuenta de que ha dedicado su vida a trabajar para una empresa que, cuando llega el momento, la echa sin más contemplaciones. Eso refleja una realidad que veo a mi alrededor, la de las mujeres entre los 40 y los 50. De repente en tu vida hay otras prioridades y te paras a pensar qué sentido tienen esas jornadas maratonianas de once o doce horas trabajando. Corres el riesgo de que tu vida sea tu trabajo. Y eso es un error terrible”.

De esta manera, la leonesa Marta del Riego Anta define a la protagonista de su última novela 'Pájaro del Noroeste' que acaba de ser publicada. Una historia con mujeres fuertes y un poco a contracorriente. Que no llevan vidas 'normales', “suponiendo que la normalidad sea casarse y fundar una familia, que ya es mucho suponer”. Que siempre están “al borde de algo, huyendo, luchando, con novios y amantes intermitentes con los que nunca encajan del todo”. Y en este caso, es una mujer que se abre paso en un mundo mayoritariamente masculino, como ha sido hasta ahora el del vino, aunque está cambiando a pasos agigantados.

Icia decide abandonar la ciudad y volver a sus raíces, al rural leonés, donde chocará con la “crueldad soterrada”. En la mente científica de una madre que es incapaz de demostrar el amor por sus hijos, que les enseña desde niños a diseccionar animales o a razonar en vez de a abrazar. O en las relaciones de poder y dominación hombre-mujer: Icia se enzarza en una relación violenta y destructiva con un viticultor. También en el tema del suicidio, que está muy presente en toda la novela, de hecho, es parte del arranque.

“Quería contar la historia de un retorno al campo y contarlo con todas sus espinas, que son muchas. No contarlo como algo idílico, como si fuera una historia de neorrurales que, después de muchas desventuras, encuentran la paz y el relax en el campo. Esa perspectiva no me interesa y me parece naíf, tontorrona. No pretendo demostrar nada, si acaso, que la vida que Icia se construye en el campo, a pesar de su dureza, es más auténtica que la que dejó atrás. Pero no es mejor ni peor, no es una historia con moraleja. Cuando me siento a escribir los personajes a veces se rebelan y siguen su propio camino. Así que Icia al final ha hecho lo que le ha dado la gana”.

La vuelta de la ciudad al campo empezó hace cuatro años y en este tiempo la realidad ha dado la razón a la autora leonesa Marta del Riego Anta: La vida en las ciudades tiene sus límites: hacinamientos, viviendas diminutas, escasez de espacios verdes. El teletrabajo es una bendición para la España rural. A mi alrededor, en Madrid, mucha gente se ha ido a vivir al campo.

El que mejor la comprende es su padre. Tiene una relación muy profunda con él, aunque a veces choquen. Con su madre, sin embargo, es una relación muy conflictiva que se va intoxicando cada vez más. Después están los dos hombres que la rondan. Muy distintos, un rico viticultor un poco turbio y un tipo de la montaña, muy peculiar: es mod, practica lucha leonesa y está en el ejército. Y por último su hermano, desparecido en la vorágine de las drogas que asoló la provincia a finales de los 80. “Son muchos personajes, la novela está muy imbricada en las capas de nuestra sociedad leonesa: gente del campo, viticultores, el ejército, mods, un sargento de la Guardia Civil...”

Una historia, la de Icia, que comenzó hace cuatro años, “y la realidad actual me ha dado la razón. La vida en las ciudades tiene sus límites: hacinamientos, viviendas diminutas, escasez de espacios verdes. Hasta ahora el problema de los pueblos y la causa de que la gente emigrara a la ciudad era la falta de incentivos laborales. Pero si algo bueno ha traído esta crisis es demostrar que se puede teletrabajar. El teletrabajo es una bendición para la España rural. A mi alrededor, en Madrid, mucha gente se ha ido a vivir al campo”.

La idea que subyace en la novela es una “vuelta definitiva” para construir algo auténtico. “A veces pienso que nuestro trabajo no tiene sentido, que frente a una pandemia como la que estamos sufriendo pierde valor y lo único que cuenta es lo tangible, lo palpable, la relación profunda con la tierra. Sembrar una semilla y ver cómo crece, recoger un fruto. Esa sensación que parece que hemos perdido yéndonos a vivir a las ciudades, nos queda en la memoria, es como el eco de un canto que viene de muy atrás”.

Me duele el desprecio por nuestra cultura y nuestro paisaje. La locura de construir parques eólicos destruyendo uno de nuestros mayores activos, que es la naturaleza. Porque el producto de esa energía, no nos engañemos, no se quedará en la provincia. Primero fueron los embalses y ahora los molinos

La autora está muy unida espiritualmente a León. Desde niña, su padre la llevaba a recorrer la provincia, las fiestas de los pueblos, la del Pastor, las ferias de ganado, los concursos de mastines, a ver iglesias y castros... “Me duele lo que está pasando. Ese desprecio por nuestra cultura y nuestro paisaje. Por ejemplo, la locura de construir parques eólicos destruyendo uno de nuestros mayores activos, que es la naturaleza. Porque el producto de esa energía, no nos engañemos, no se quedará en la provincia. Primero fueron los embalses y ahora los molinos”, sentencia.

“Creo que tenemos un potencial grandísimo por explotar a nivel turístico. Un turismo de calidad, etnográfico y ecológico, respetuoso con el entorno. En Asturias lo hacen muy bien. Nosotros tenemos una gran población de osos y tenemos el urogallo, único en España. Y también un turismo cultural: Musac, Fundación Cerezales, etcétera. Además, somos un nudo de comunicaciones entre el noroeste y el centro. Se podrían desarrollar polígonos logísticos, apostar por turismo de ferias y congresos en León capital. Y por tecnología. Y la gastronomía: productos de primerísima calidad que necesitan una buena promoción”.

El vino, una de sus grandes pasiones, está en expansión en la provincia y “¡eso sí que es una buenísima noticia!”. “En La Bañeza hubo una boyante industria a principios del siglo XX que fue poco a poco languideciendo. Y ahora están surgiendo proyectos interesantísimos para rescatar viñas de más de 80 años de edad y variedades prefiloxéricas que se creían extinguidas. Ahí tenemos Fuentes del Silencio o la bodega del Capricho o la de la Hacienda. El Bierzo tiene unos vinos excepcionales y sigue reinventándose. Adoro la mencía de allí y ese paisaje mágico. Pero yo apuesto con la prieto picudo de mi zona que es la uva con la que crecí”, recnoce.

La novela se publicó hace apenas unos días y ya se puede comprar en cualquier librería. Las presentaciones tendrán que esperar a que la situación epidemiologica del Covid-19 lo permita pero “en un mundo ideal me gustaría hacer una en León, otra en La Bañeza, y en otros lugares de la provincia. Y dar un vino. Pero ya te digo, en un mundo ideal... que no es en el que vivimos ahora...” Esperemos que no tarde mucho en llegar.

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