‘Picasso. El viaje del Guernica’ se expone en Ponferrada hasta el 7 de octubre

César Sánchez / ICAL. Presentación de la muestra ‘Picasso. El viaje del Guernica’

D. Álvarez / ICAL

La exposición 'Picasso. El viaje del Guernica' abrió sus puertas hoy en la avenida Huertas del Sacramento de Ponferrada, donde podrá verse hasta el 7 de octubre de la mano de la Fundación La Caixa y el Museo Reina Sofía. La muestra, cuya inauguración coincide con las fiestas de La Encina que se celebran en la capital berciana, profundiza en la historia de una de las obras más emblemáticas del arte del siglo XX a partir del periplo que vivió desde que fue pintada, en 1937, hasta su llegada al Museo Reina Sofía en los años 90 del siglo pasado.

De esta manera, la muestra descubre el contexto histórico de la época, así como las claves para entender la importancia y el significado del cuadro. El espacio de más de 200 metros cuadrados incluye audiovisuales, reproducciones fotográficas y de carteles de la época, así como facsímiles de documentos y dibujos que pretenden explicar la historia de esta creación artística. El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, destacó que la muestra permitirá descubrir los “valores artísticos, políticos y humanos” de una obra que se ha convertido en “símbolo de la lucha contra la guerra y por la libertad”.

Con dos tráileres unidos para formar una gran sala de exposiciones, la muestra presenta documentación sobre el viaje que la obra llevó a cabo por todo el mundo durante más de cuarenta años. El contenido se divide en cinco ámbitos que repasan el recorrido de la obra en sus distintas fases, así como momentos importantes en la vida de Picasso que fueron determinantes en la creación del cuadro.

En ese sentido, la primera parte de exposición se centra en el terror y el dolor provocados por el bombardeo de la Legión Cóndor alemana como reactivo para el trabajo del artista. Su uso como reclamo propagandístico internacional protagoniza, su estancia de más de 40 años en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York y las giras por Estados Unidos o las negociaciones para el regreso a España del considerado como 'último exiliado' de la Guerra Civil también están presentes en esta retrospectiva sobre un icono de protesta universal.

La muestra podrá visitarse de lunes a viernes, de 12.30 a 14 y de 17 a 21 horas. Los sábados, domingos y festivos, la exposición estará abierta de 11 a 14 y de 17 a 21 horas. Además, de lunes a viernes a las 19 horas habrá visitas comentadas para el público general, de una hora de duración. Los sábados, domingos y festivos, estas visitas se llevarán a cabo a las 12 y a las 19 horas. También habrá visitas exprés, de 30 minutos de duración. Estos recorridos tendrán lugar de lunes a viernes, a las 13, 13.30, 18, 18.30 y 20.30 horas, mientras que los sábados, domingos y festivos, tendrán lugar a las 13, 18 y 20.30 horas. Por último, se organizan visitas guiadas para grupos escolares y otros colectivos, de lunes a viernes, de 9.30 a 12.30 y de 15 a 17 horas.

El periplo del cuadro

En enero de 1937, el Gobierno de la Segunda República española encargó a Pablo Picasso pintar un cuadro para el Pabellón de España en la Exposición Internacional de París de ese mismo año. Pese a su inicial reticencia, Picasso aceptó el encargo, pero no empezó a pintar inmediatamente. El 26 de abril de 1937, durante la Guerra Civil española, las fuerzas aéreas alemanas e italianas bombardearon la población de Gernika.

Picasso tuvo noticia de este bombardeo a través de la prensa gráfica, en concreto los periódicos L'Humanité y Ce Soir. Las imágenes y el relato del episodio bélico actuaron como un reactivo para que el artista emprendiera de forma definitiva la obra que el Gobierno de la Segunda República le había encargado. La creación del Guernica duró apenas cinco semanas, y su proceso de creación puede verse documentado en la exposición a través de las fotografías de Dora Maar, con quien mantenía una relación sentimental en aquella época.

Las circunstancias políticas impidieron que el cuadro llegara a España hasta 1981. A lo largo de cuarenta y cuatro años, la obra se presentó en distintas ciudades de Europa y América: primero, como un elemento de propaganda a favor de la República y de ayuda a los refugiados durante la Guerra Civil, y, más tarde, como pieza fundamental en la construcción del relato del arte moderno y de la reconstrucción de un nuevo orden geopolítico tras la Segunda Guerra Mundial.

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