Jesús Calleja se sube a un globo con -41ºC

Calleja en globo. (Fuente: twitter @desafiocalleja)

jesuscalleja.es

Y primeros problemas: como ya temían los expertos de Globus Kontiki, los equipos no están preparados para resistir este frío tan extremo, que ha desplomado las temperaturas hasta más de cuarenta bajo cero.

Y es que nada más llegar a Helsinki ya notamos las consecuencias de esa ola polar que te hiela hasta los huesos: aterrizamos al mediodía y ya estábamos a -31ºC...¡y eso que hacía sol! Enseguida pusimos rumbo a Laponia, hacia Inari, y hacia el lago del mismo nombre: el más grande de Laponia, que pretendemos sobrevolar a bordo de globos aerostáticos.

Una vez instalados en nuestra 'confortable' cabaña de madera en la que de noche nos ponemos a unos 'confortables' -43 grados centígrados... nos pusimos a trabajar y preparar los vuelos, que sabíamos que se iban a complicar por el frío tan tremendo que están padeciendo en todo el norte de Europa. Además, existen muy pocas referencias de vuelo en globo a tan bajas temperaturas, y tan al Norte.

Así que, a -41ºC, nos lanzamos a hacer el primero de los vuelos de prueba. Y, como bien se temían Angel y Miquel, los expertos de Globus Kontiki con los que compartimos este desafío, los equipos no están preparados para este frío glacial y las juntas tóricas de las conexiones tienen fugas de gas porque se rompen con el frío.

De hecho no conseguimos hacer volar a uno de los globos, porque fallaron muchas de esas juntas y eso conlleva mucho riesgo de incendio, ya que usamos propano con nitrógeno, altamente inflamable. Esta es nuestra pesadilla: ¡un incendio a bordo!. Además ya sabéis que nuestro plan implica aterrizar en mitad de la nada, en una zona de la costa del lago inaccesible por tierra, y hoy hemos hecho este vuelo para comprender qué nos espera.

Y las conclusiones a las que hemos llegado son éstas: sin duda, no habríamos resistido esta noche con el equipo que nos dan de supervivencia lapona, que es una tienda grande con una cocina y para de contar. Esto nos exige entrenarnos a instalar esta rara tienda lo más rápido que podamos, cortar leña, trocearla y calentar la tienda, para poder meternos lo más rápido posible en ella y evitar hipotermia.

El vuelo que pretendemos hacer durará unas cuantas horas y nos llevará a un punto indeterminado del lago Inari, que como ya os digo está deshabitado y no hay ni caminos, ni sendas, ni nada. Además, tendremos que intentar aterrizar cerca de alguna de las 3.300 islas que hay para cortar leña.

Al día siguiente remontaremos vuelo de nuevo para completar la travesía de este lago, y repito: nunca antes nadie voló tan al norte en invierno. Asi que todo es nuevo, amigos, y es pura experimentación. Hoy ya nos dimos cuenta del peligro de las fugas de gas inflamable que puede provocar un fuego letal. Sin duda es el peligro numero uno, luego está el aislamiento y sobrevivir sin ayuda de ningún tipo, en total autonomía, y por ultimo tendrán que rescatarnos donde lleguemos porque no hay otra manera de salir de allí -es un territorio muy salvaje-. Y probablemente tengan que hacerlo en moto de nieve.

En definitiva, esta ola de frío sin duda nos lo está poniendo mucho más duro de lo que ya es, y sobre todo porque volamos por encima del límite que especifica el fabricante, y ya en el vuelo de dos horas tuvimos varios sustos con estas fugas que se producen espontáneamente y que si lo hacen cerca del quemador se puede producir un terrible incendio (ya pasó a otros a temperaturas menos frías con desenlace fatal).

En fin, que está resultando mucho más complejo de lo esperado, aunque merece la pena solo por disfrutar de estos paisajes nevados, helados y fascinantes que nos maravillan. ¡Todo es posible!! ¡Vamos a conseguirlo!!

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