Copa Regiones, un futuro después del fútbol

ICAL (I a D) Los jugadores de la selección UEFA Castilla y León Jorge Rodríguez, Juanan del Álamo y Dani Martínez.

Juan López / Ical

Es algo obvio, pero está bien que desde los organismos vinculados al fútbol se insista. El deporte en general, y el fútbol en particular, no es para toda la vida, es un periodo relativamente corto, hasta los 35 o 40 años. ¿Y después qué? Una idea que tienen muy clara los técnicos de la Federación de Castilla y León de Fútbol (FCyLF), quienes desde las concentraciones de los más pequeños, los sub 12, instan a los niños a estudiar para que se formen más adelante, justo después de la práctica del fútbol.

“El Centro de Tecnificación de la Federación, desde la primera selección que compite, que es la sub 12, inculca varios valores, desde los deportivos a los sociales, y uno de ellos es el estudio”, asevera el segundo entrenador de la selección UEFA, Óscar Crego, que también se encarga de los más pequeños, los menores de 12 años. Algunos de los que entonces tenían esa edad, hoy participan en la fase intermedia de la XI Copa de las Regiones, en Lviv, en Ucrania, y recuerdan con satisfacción aquella época, pues gracias a esa insistencia que se complementaba con la formación de cada centro escolar y la de sus padres, hoy han terminado grados de INEF, Económicas y Magisterio, como son los casos de Juanan del Álamo, Dani Martínez, Jorge Rodríguez o Héctor Taranilla, entre otros.

Crego recuerda que los campeonatos nacionales sorprende a los niños en plena época de estudio y en vacaciones de Navidad y Semana Santa. “Ellos, como niños que son, tienen que entrenar, jugar al fútbol y estudiar en su vida, además de estar con la familia. Cuando están con nosotros tienen que seguir esa línea y no queremos que se les olvide”, espeta.

Por eso, recuerda que su “futuro es muy importante, porque futbolistas que vivan de este deporte son pocos, un porcentaje muy bajo respecto a los que empiezan”. En este sentido, se introduce siempre una hora de estudio en las concentraciones, “a pesar de los horarios intensos”. Cuentan con la ayuda de un profesor de apoyo vinculado a la Federación, además de un contacto muy cercano con los centros escolares, “por si tienen algún caso individual para hacer alguna tarea, filtrar información o un problema con algún alumno”. “Hacemos hincapié en lo que nos dicen”, añade.

Durante las concentraciones, tanto sub 12 como sub 16 o sub 18, se habla con los jugadores de sus notas y se les “mete un poco de miedo”. “Se tiene en cuenta los resultados, pero también el esfuerzo para lograrlo. Hay alumnos que no consiguen unas notazas, pero se esfuerzan tanto o más”, sostiene Crego, quien aclara que la Federación “nunca quiere sustituir a su profesor del centro escolar, simplemente ser un apoyo para ellos y los padres”. “Es un estímulo apretarles en donde flojean un poco para ver que cuando vuelvan hayan mejorado. Y lo hacen muchas veces porque les gusta el fútbol y quieren volver. Y hemos tenido éxito y mejora en ese sentido”, justifica.

Casos de éxito

Entre esos casos de éxito se encuentra Juanan del Álamo, jugador salmantino del Zamora, uno de los mejores exponentes de este método de la Federación. “La primera vez que fui a la sub 12 era un campeonato de España en Mallorca. Allí ya nos instaban a los estudios. Desde bien pequeños nos dicen que muy pocos llegan arriba y no hay que dejarlos”, desliza, tras uno de los entrenamientos que estos días realiza en la ciudad de Lviv, para preparar el último y definitivo partido del grupo, mañana frente a Ucrania.

Sin embargo, considera que al nivel UEFA, con jugadores de Tercera División, también lo piensa. “La vida del futbolista es muy corta. Incluso una lesión te puede apartar. Personalmente, he acabado INEF y sigo especializándome. Ahora me dedico a este deporte, pero no puedo dejarlo apartado; tengo que compaginarlo. Si lo dejas de lado, luego volverte a poner te cuesta mucho”, subraya.

Otro de los ejemplos es Dani Martínez, jugador berciano del Atlético Bembibre y que hoy en día trabaja en una agencia inmobiliaria, vinculada a sus estudios de Economía. “Nunca sabes si vas a llegar, a pesar de que cuando eres niño tienes la imagen de que serás jugador de Primera División, pero pasa pocas veces que puedas vivir de ello”.

Rememora que en las concentraciones se destinaba todos los días una hora de estudio y “a hacer los deberes o leer”. “Teníamos que pedir días en el colegio para asistir porque muchas veces eran a mitad de curso”, señala Martínez. Para ello, la Federación siempre comunica mediante un escrito a los colegios que durante varios días uno de sus alumnos estará con ellos, con estudio y docente de apoyo.

Martínez se formó en Economía a través de la UNED, lo que le permitió acabar la carrera en cinco años y medio en lugar de cuatro y “complementarlo con la práctica del fútbol”. Además, nada más terminar encontró trabajo.

Por último, el futbolista de Simancas Rodrigo Escudero, de la Arandina, concluyó recientemente sus estudios de ingeniero industrial por la Universidad de Valladolid. “Es importante que los niños no dejen de estudiar porque practiquen deporte. Al final se ve que es efímero, porque con 35 o 40 años esto se acaba. Tener ese respaldo en los estudios es muy importante porque de cara al futuro profesional servirá de mucha ayuda”, remarcó.

Sobre la compatibilización de deporte y estudios admite que es “exigente, pero es cuestión de tener ciertas prioridades y hacer sacrificios”. “Es cierto que hay menos tiempo para disfrutar con los amigos o la familia, pero al final hay tiempo para todo. Así lo pienso. Lo importante es organizarse bien, tener claras tus horas de estudio, de ocio y de deporte. Hay tiempo para todo. Nunca me he privado de nada y estoy orgulloso de todo lo que he hecho”, anotó.

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