El singular vínculo entre Astorga y Moscú por causa de Napoleón Bonaparte

Mark Schneider el recreador más famoso de Napoleón en Astorga. Foto: Peio García (ICAL).

Jesús María López de Uribe

“¡La guerra de España me ha perdido!”, así lo confesó Napoleón Bonaparte en su exilio final en Santa Elena sobre la llamada Guerra de Independencia Española entre 1808 y 1814. Y Astorga, aún por pequeña que fuera, fue una de las ciudades que quedarían en la Historia de aquellas Guerras Napoleónicas. Por varias razones.

Quién iba a decir que Astorga y Moscú (una de las más grandes de la época), compartirían un curioso protagonismo en este conflicto de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Y también sitio en el Arco del Triunfo de París. Pues sí, lo tienen. Y es que son las ciudades más al occidente y el oriente en las que durmió el Emperador de Todos los Franceses en campaña.

Y respecto a la presencia en el 'Arc de triomphe de l'Étoile' (en la plaza de la Estrella en el extremo occidental de la avenida de los Campos Elíseos), que se inició entre 1806 por orden de Bonaparte y se terminó en 1836 —curiosamente cuando estaba en el trono el Borbón-Orleans Luis Felipe I, el último rey de Francia hasta 1850—, las dos ciudades están en él por su conquista en el sitio de Astorga de 1810 y por su inútil ocupación en la Campaña de Rusia de 1812 (los franceses llamaban batalla de Moscú a la de Borodino).

Así entra Astorga dentro del mito de Napoleón. Éste había acudido a España con la Grande Armée para solventar los problemas que le había dado el Ejército español tras la primera batalla campal en que las tropas imperiales habían perdido, Bailén. Pese a la ocupación de 1808, que desembocó en el Dos de Mayo de Madrid y la Declaración de Independencia de Móstoles, la derrota en Andalucía cambió las tornas de tal manera que el hermano de Napoleón, José I, tuvo que retirarse precipitadamente de todos los frentes.

El alcalde de Astorga, Arsenio García Fuertes (envuelto en una polémica de la Operación Enredadera con conexión a la recreación napoleónica 'Tres Naciones' que se celebra estos días en su ciudad), es un experto historiador de la época, tiene un libro dedicado a ello —uno de los mejores de Historia Militar española, con una más que profusa obra al respecto, al nivel de Stephen E. Ambrose y Anthony Beevor— titulado 'Dos de Mayo, el grito de una nación' en el que con cartas y documentos de la época, también de gentes de León y de Astorga, va definiendo cómo se produjo el inicio de aquella tremenda guerra. Una lectura obligada para comprender las motivaciones de los contendientes de entonces.

La campaña de España de Napoleón terminó en Astorga

Ahí 'L'Empereur', tuvo que tomar cartas en el asunto y comenzó en noviembre una campaña con 250.000 hombres de la 'Grande Armée'. Tras limpiar el camino de Burgos en la batalla de Espinosa de los Monteros (videoinfografía aquí) —donde el mariscal Víctor (el padre del escritor Víctor Hugo) dio una paliza tremenda al Ejército español—, y ocupar Madrid después de una más que tensa batalla de Somosierra (videoinfografía aquí) —en la que los lanceros polacos hicieron lo increíble tomando la artillería española en una carga de caballería mucho más difícil que la de Balaclava, y victoriosa, que pasó a la Historia porque la batalla parecía perdida para el bando francés—, el corso se dirigió al Noroeste en persecución de las tropas inglesas y españolas (la batalla de Sahagún también fue parte de esa campaña).

Éstas salieron en desbandada en lo que se llamó la Carrera de Benavente —que terminó con la muerte del general Moore de la fuerza expedicionaria inglesa en la batalla de La Coruña en Elviña—, y las tropas en franca retirada españolas y británicas se encontraron en Astorga, precisamente, con un tiempo horroroso en pleno diciembre.

Las fuerzas aliadas hispano-británicas fueron perseguidas con toda dureza por las fuerzas de Napoleón, que un 31 de diciembre durmió en el Palacio Episcopal (el antiguo, no el de Gaudí) de una Astorga de la que sus vecinos habían salido huyendo. ¿Todos? Bueno, una leyenda de la ciudad afirma que el Emperador sufrió un atentado en la ciudad, pero no está cerfificado históricamente. En esta entrada de este blog se cuenta profusamente la estancia de Bonaparte que en diciembre hará 210 años y las fuentes de aquel suceso.

El caso es que no duró mucho más Napoleón en la persecución a los ingleses y españoles, porque el Imperio Austriaco le declaró la guerra a primeros de 1809 y tuvo que marchar a Francia (aquello terminó con el 'pequeño cabo' destrozándolos a primeros de julio en la batalla de Wagram) para controlar la situación. Días después de abandonar el Emperador España, los gabachos le dieron el mayor repaso a los españoles de toda la guerra en la batalla de Uclés (aquí en videoinfografía), con lo que le pareció que todo estaba controlado... pero no.

La ciudad bimilenaria fue pasando de manos francesas a las aliadas (españoles, unidades portuguesas y la fuerza expedicionaria inglesa al mando de Wellington en lo que los anglosajones llaman Guerra Peninsular) hasta que el Marqués de La Romana, el general en jefe del Ejército del Norte español, ordenó a José María de Santocildes fortificar la ciudad más allá de sus viejas murallas romanas para dificultar el paso de las fuerzas del mariscal Junot a Galicia.

Los sitios de Astorga de 1810 y 1812

Y lo hizo con mucho mérito, vaya que sí. Entre el 21 de marzo y el 22 de abril de 1810 se produjo el primer sitio de la ciudad. “La conquista de Astorga de 1810 resultó ser una victoria costosa; la población local ofreció una dura resistencia y logró inmovilizar un cuerpo de ejército. El triunfo se añadió a los éxitos del Imperio y a nivel práctico, su caída dejó libre al octavo cuerpo del ejército francés, que luchó como parte del ejército de Portugal. Para los ingleses, los hechos de Astorga retuvieron varios meses al cuerpo de ejército de Junot y la tercera invasión de Portugal, que pudo haber comenzado en la primavera de 1810, se demoró hasta otoño. Wellington pudo preparar la defensa en Torres Vedras y la invasión francesa resultó un fracaso. Durante el periodo de ocupación francesa, Astorga se convirtió en la base de operaciones de las tropas que operaban contra Asturias y Galicia”, cuentan en la Wikipedia.

Pero Astorga fue recuperada, en otro asedio de un mes, dos años después, entre el 15 de junio y el 19 de agosto de 1812. Cosa que se cuenta en este artículo de ILEÓN sobre el bicentenario de los sitios de Astorga que se celebró en la ciudad, cuando una espectacular y enorme granizada impidió la reconstrucción histórica de la batalla).

Otra de las casualidades históricas es que justo cuando Napoleón empezaba su desastrosa Invasión de Rusia, en junio de 1812, Astorga volvía a manos españolas para siempre. Y capturó Moscú veinte días después de haber perdido el control de la ciudad bimilenaria asturicense (así que no las tuvo las dos en su poder a la vez). No le sirvió de nada el esfuerzo, porque entre la “maldita guerra española” y el gravísimo error de Rusia (al final perdió medio milón de hombres en aquella orgullosa aventura, y los rusos 450.000), terminó derrotado y exiliado, por primera vez, en 1814 en la Isla de Elba.

La otra conexión entre Rusia y Astorga... y con Arturo Pérez-Reverte

Pero no acaban aquí las conexiones napoleónicas de la ciudad leonesa con Rusia, porque en febrero de 2016 se realizó un acto de hermanamiento con la presencia del embajador ruso Yuri P. Korchaguin al disponer en la ciudad una placa por los españoles que combatieron junto a los rusos en la Guerra Napoleónica.

Según este artículo de Astorga Redacción, ese nexo de unión entre Astorga y Rusia quedó establecido en 1814 y 1816 cuando 3.500 españoles de las tropas del zar Alejandro I se acantonaron en la ciudad. “Es conocido que el Ayuntamiento de Astorga y sus habitantes, a pesar de la ruina y miseria en que la guerra les habían dejado, aportaron dinero para calzar y vestir a aquellos soldados que habían sabido mantener la lealtad a España a través de los campos de batalla europeos, hasta ser acogidos y reconocidos como soldados aliados de Rusia, por el zar Alejandro I”, señalaba entonces Arsenio García Fuertes.

La placa se puede ver en la plaza Santocildes, el embajador y el alcalde descubrieron la placa diseñada por el pintor Benito García 'Escarpizo', dedicada al Regimiento de Infantería 'Imperial Alejandro', integrado por soldados españoles obligados contra su voluntad a servir en el ejército francés en la invasión de Rusia de 1812, y que fueron acogidos por el ejército ruso. Bajo el patrocinio del zar Alejandro I regresaron a España en 1814, siendo auxiliado por los vecinos de esta benemérita ciudad de Astorga“, se puede leer en la placa colocada en uno de los laterales exteriores del Ayuntamiento.

Y esto es lo mejor, aquellos soldados del regimiento ruso son los mismos del relato 'La Sombra del Águila', los mismos que el marqués de la Romana (el que tuvo el mando del Ejército del Norte de España y envió a Santocildes a defender la ciudad en el primer sitio contra los franceses) tenía bajo su mando en Dinamarca y no pudo reembarcar en la increíble evasión de la península de Jutlandia que los españoles, destacados allí como antiguos aliados de los franceses, protagonizaron junto a los ingleses en agosto de 1808.

Sí, los mismos que se pasaron al bando ruso desde las filas francesas en batalla según el escritor Arturo Pérez-Reverte. Los mismos que inmortalizó en su relato breve 'La Sombra del Águila', que se publicó en El País por entregas y que tiene un más que reconocido estilo muy peculiar en sus onomatopeyas. Con el 'Petit cabrón' el 'Rasssca-zasca-zacabúm' y el 'Vaaassspaña!!!!' conocido por todos (y que se repite en su novela del Dos de Mayo 'Un día de cólera' y en la de 'Cabo Trafalgar' dentro del conflicto napoleónico).

El mejor recreador de Napoleón en el 'Tres Naciones'

Una de las curiosidades que ha dado el mayor evento de recreación histórica napoleónica de toda Europa en 2018, que se ha realizado este fin de semana en Astorga con el nombre de 'Tres Naciones', es la presencia, otra vez, de Napoleón Bonaparte en la ciudad bimilenaria.

¿Cómo es posible 210 años después? Pues por la presencia de Mark Schneider, que los propios recreacionistas de toda Europa consideran el mejor de los mejores haciendo de Bonaparte. Ciertamente es espectacular el parecido de este actor franco-canadiense, que es el protagonista de un documental de Netflix titulado 'Being Napoleón' ('Siendo Napoleón') sobre el mayor evento de reconstruccionismo histórico napoleónico (sin contar las película) que juntó 15.000 de ellos (ojo a este vídeo de la batalla) en el aniversario del bicentenario de Waterloo en 2015.

Ese documental muestra la pasión de los recreacionistas históricos por eventos de este tipo —al igual que este reportaje humano de ILEÓN del miembros del Regimiento de Voluntarios de León—, que han estado presentes en Astorga (su página web es toda una maravilla con fotografías espectaculares). Se puede observar cómo llegan a desfilar cientos de kilómetros uniformados de época y cuenta la elección del Napoleón de aquella cita, que al final recayó en Frank Samsom por cuestiones externas a lo que se celebraba; aunque el favorito de los participantes era Schneider.

El caso es que en Astorga han podido disfrutar del buen hacer de este actor que clava, rotundamente, a Napoleón como se puede ver en este vídeo. Una circunstancia más que curiosa casi 210 años después de su presencia real. En este caso no parece que hayan atentado contra su vida, sino que le han agasajado. Cosas de cómo cambian los tiempos, ya que en su momento Bonaparte era el puro demonio y en la actualidad todo un mito de la Historia.

“Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido”, reconoció Napoleón antes de morir.

Los astorganos, leoneses y españoles se lo habrían dicho antes de empezarla, pero tampoco hubiera hecho caso el Bonaparte. Hoy celebramos que fuera así con un fiestón napoleónico de altísimo nivel, y divirtiéndonos con su actoral presencia; aunque hoy se apellido de verdad Schneider y sea canadiense.

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Nota: para conocer la 'Maldita Guerra de España' a fondo, y la última vez que el Reino de León fue soberano por completo (quitando el Gobiernín de Asturias y León), al crear la Junta de Defensa contra los franceses, es fundamental el libro de Ronald Fraser, con el mismo nombre; y los libros del Dos de Mayo (un listado aquí), entre ellos el novelado de Arturo Pérez-Reverte y el histórico de Arsenio García Fuertes (y muchos otros más del historiador astorgano que merecen Nota:Maldita Guerra de EspañaGobiernín de Asturias y LeónRonald Frasernombreun listado aquímuchísima atención

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