Los militares sublevados 'relevan' en León a todas las autoridades electas de la República

Una imagen del Consistorio de San Marcelo durante los años treinta - Fotografía: LOTY

Equipo '7 Días del 36'

León vive un día aparentemente 'tranquilo' ese miércoles 22 de , aunque siguen escuchándose detonaciones por los 'Pacos' (francotiradores) que siguen hostigando de vez en cuando a las fuerzas militares sublevadas (que no logran encontrarles, además). El día anterior se habían producido varios disparos desde algunos balcones de las calles Julio del Campo y Renueva contra el Gobierno Militar ubicado en Padre Isla (unos metros más allá del surtidor de gasolina de 'Auto Salón' (perteneciente al grupo Pallarés).

El general Bosch, que ya había notificado a Enrique González Luaces que sería el nuevo alcalde, también hace otro tanto con otros cargos de la República. En el primer día los militares 'relevan' a las autoridades constitucionales para hacer ver a la población quién tiene el mando.

Auto Salón (de los Pallarés) que se encontraba en los años treinta en la esquina de Padre Isla con Julio del Campo.

Luaces escribe: “Eran las nueve y media del martes, 21 de julio de 1936, cuando iba a la casa consistorial a recoger la autoridad municipal, que en aquellas horas estaba por el suelo. Desde aquel momento quedaba encadenado, sin discusión, a la suerte que corriese la revolución, entrando de lleno en un momento culminante de la historia de la ciudad de León.”

Respecto al gobernador Civil, Emilio Francés, éste sigue 'seguro' en su residencia oficial. El gobernador Militar encarga al presidente de la Audiencia Provincial, Higinio García, que se haga cargo de la administración diaria del Gobierno Civil.

Sobre el presidente de la Diputación, el doctor Ucieda llamó al general Bosch para comunicarle que Ramiro Armesto está en su domicilio de Ramiro Balbuena 11 y que “llama de su parte para indicarle que Ramiro Armesto se encuentra a su disposición”. El general Bosch le indica que permanezca en dicha casa hasta nueva orden bajo palabra de honor, enviando el general una pareja de guardias de asalto para que lo vigilen. Esa misma noche impone a Julián López Robles como nuevo presidente de la Diputación.

[Escuche la entrevista emitida por Onda Cero León

Las nuevas autoridades militares emitieron un bando el día 21 que repiten constantemente en Radio León y cuelgan en las calles y dejan en los comercios y bares:

“Los poseedores de armas de fuego o sustancias inflamables o explosivos, entendiéndose caducadas todas las licencias de armas que no hubieran sido otorgadas por esta Junta de Defensa Nacional a sus legítimos representantes.

Los poseedores de armas con o sin licencia, quedan obligados a entregar en el plazo máximo de doce horas, sin excusa alguna, en el puesto de la Guardia Civil respectivo, donde en cada caso podrá convalidarse la autorización para uso a discreción del Comandante de aquél“.

Algunos de los que las entreguen, con toda la buena intención, se arrepentirán más tarde de haberlo hecho. Irónicamente Enrique González Luaces, ya alcalde, escribía en su diario: “¿Quién podría rehusar caballerosamente una colaboración a los militares, que eran los primeros que se jugaban la vida y el porvenir y todo junto?”.

También llegará a criticarse este pensamiento en el futuro.

Detenciones de alcaldes en el resto de la provincia

Los militares no se complican. Tienen órdenes de que hay que mostrar autoridad. La mejor forma es 'relevar' a las autoridades. Mientras en León son más cautos y las mantienen en sus casas mientras nombran a otras, en el resto de la provincia no se andan con contemplaciones. Tras controlar Ponferrada y 'liberar' el Cuartel de la Guardia Civil del asedio de los mineros, el alcalde de la capital del Bierzo, Juan García Arias, y el de Astorga, Miguel Carro Verdejo han terminado en manos de los militares que se ya se autodefinen como del 'Movimiento'.

Hay que dejar bien claro “quién es la autoridad en estos momentos y quién ha dejado de serlo”.

La Guardia Civil se encarga de todo en el Sur de León. No hay oposición real de la izquierda en pueblos como esos. Todo cae fácilmente. En Valencia de Don Juan el acalde Clemente Díez González es detenido de inmediato. En Valderas, donde la represión se llevará poco más adelante la vida a más de un centenar de personas, el regidor Victoriano López Rubio será fusilado en unos días.

Por último, en Sahagún se detiene al presidente del Pleno Benito Pamparacuatro, uno de los primeros en proclamar la Segunda República en la noche del 13 al 14 de abril de 1931. Los periódicos nacionales lo hicieron famoso por su acción. Pamparacuatro moriría también represaliado.

En el Sur y el Este de la provincia la resistencia de la gente de izquierdas hubiera sido completamente inútil. Estaban condenados de antemano. Y en muchos casos por sus propios vecinos puerta con puerta, casa con casa.

[Continuará]

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