Los milicianos entran hasta el centro de León pero el Ejército los expulsa en pocas horas

Equipo '7Días del 36'

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Los milicianos obreros y los mineros de La Robla lo intentaron el miércoles 23 de julio con un asalto fallido al polvorín de la carretera de Asturias. Reorganizados, y con conocimiento de los puestos de vigilancia y blocaos de los soldados del Regimiento de Infantería númaro 31 con cuartel en la calle del Cid, que se rebeló el día 20, aprovecharon la amanecida del miércoles 23 para realizar la acción más seria que se produjo para intentar reconquistar León para el Gobierno del Frente Popular.

Las fuerzas milicianas avanzaron en gran número y, mientras conseguían fijar la atención de las defensas del Ejército sublevado, enviaban parte de sus miembros a la ciudad. Hay poca información sobre los hechos sucedidos y menos aún sobre la posibilidad de que hubiera bajas entre los soldados rebeldes y los obreros y mineros, pero lo cierto es que llegaron a la zona del Gobierno Militar y dispararon contra él, apoyados por 'Pacos' (francotiradores) a primeras horas de la mañana.

Sin embargo, las fuerzas que apoyan al Gobierno de Madrid —de una forma un tanto 'sui generis' porque en realidad no tienen otra opción— cuentan con mucha valentía pero poca organización y nulos conocimientos tácticos. Es lo que ocurre en toda España con las columnas milicianas, que sin mandos muchas van al matadero. Los soldados sublevados son de reemplazo, pero con oficiales experimentados. Más los de León, que participaron en la reducción de los mineros en octubre de 1934.

La última retirada del 'Frente Popular' en León

Una vez dentro de León, los combatientes republicanos que llegaron desde las cuencas mineras consiguieron mantener durante unos minutos “en jaque” al gobierno militar ubicado en la avenida padre Isla, muy cerca de 'Auto Salón' (una empresa de la familia Pallarés), y hubo un momento en que el propio Gobierno Militar fue tiroteado en una especie de asedio.

Pero los militares de la ciudad, ordenadamente, fueron ocupando las calles aledañas y si no es por los 'Pacos' de la calle Renueva podrían haber llegado a copar a los asaltantes que creen dominar la plaza de la República (hoy la Inmaculada), la Estación del Ferrocarril Hullero a Bilbao y esa zona norte de Padre Isla.

Auto Salón (de los Pallarés) que se encontraba en los años treinta en la esquina de Padre Isla con Julio del Campo. Foto: Fundación Banca Fernández-Llamazares.

En ese momento, los milicianos se dan cuenta de su precaria posición y comienzan la retirada, primero en desorden y luego en desbandada. Afortunadamente los militares rebeldes van cuidadosamente por culpa de los 'paqueos' que se producen desde la calle Renueva, que en estos días no han conseguido eliminar. Estos tiradores solitarios consiguen herir a un guardia civil en un hombro, aunque no de gravedad.

Muchos tendrán que volver a pasar por los puestos militares de la carretera de Asturias, que sus compañeros tienen 'distraídos' y otros intentarán escapar por donde puedan. El intento ha tenido una cierta fuerza, pero no ha sido suficiente. Será la última vez que las fuerzas leales al Gobierno de Madrid amenacen los éxitos del golpe militar del 20 de julio.

Eso sí, en León los vecinos, que han estado encerrados en sus casas escuchando el incesante tiroteo del amanecer comprobarán sus efectos de una manera muy cotidiana: durante parte de la mañana el agua llega turbia porque en dicho tiroteo se había producido la rotura de una cañería.

Llega 'El Norte de Castilla' a la ciudad

Según lo que se sabe de ese día los ciudadanos de León intentan vivir como si fuera una jornada habitual. O al menos así lo contarán las nuevas autoridades ya a las órdenes de la Junta de Defensa Nacional de Burgos: “El comercio, como un día cualquiera. Las terrazas de los cafés con más gente. La tranquilidad y el calor, son absolutos... y, por fin, después de tantos días y para que se vea lo que es la prensa, llega 'El Norte de Castilla', de Valladolid, donde todo ha sido normal, y es arrebatado casi a puñaladas por los ansiosos de novedades [...] Hay normalidad por todos los sitios [...] aunque los bulos se empeñan en decir que todo arde. Claro que esto no es una verbena de esas de fiesta de parroquia, pero el que pueda hacer más que el Ejército ha hecho en una semana, a ver, que levante el dedo”.

Los militares y los miembros de Falange y elementos Carlistas comienzan a dominar la situación. Y comienzan a 'visitar' a más gente. Con consecuencias trágicas por la tarde y la noche de este viernes 24 de julio de 1936. Justo el día antes de la Fiesta Nacional de Santiago. Lo celebrarán a su manera, conscientes de que son los nuevos amos de la ciudad.

[Continuará]

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