Adoquines dorados para “tropezarse con la memoria” de las víctimas del Holocausto en Ponferrada

Instalación de los adoquines de la memoria ‘Stolpersteine’, en homenaje a republicanos bercianos fallecidos en campos de concentración nazis. // César Sánchez / ICAL

D. Álvarez / ICAL

El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, y el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Emilio Silva, presidieron este jueves el acto de homenaje que la capital berciana brindó a nueve republicanos bercianos que fueron deportados a campos de concentración nazis con la colocación, en la plaza del Ayuntamiento, de nueve 'adoquines de la memoria' dorados, bautizados como 'Stolpersteine' y creados por el artista alemán Gunter Demnig.

Coincidiendo con el día internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, el acto contó con la participación de un grupo de escolares que leyó, uno a uno, el nombre de los nueve ciudadanos que hallaron su muerte en los campos del horror tras combatir en las filas republicanas durante la Guerra Civil española. De este modo, el Ayuntamiento “salda poco a poco su deuda con la memoria democrática”, apuntó el regidor, que celebró que Antonio Abella, Manuel Crespo, Ceferino García, Elpidio González, Agustín Ovalle, José Pérez, Eduardo Samprón, José Antonio Calvete y Rafael Rivera “regresan desde la barbarie al Bierzo” con el acto celebrado este jueves.

Por su parte, Silva recordó que casi 10.000 de estos adoquines dorados recuerdan en diferentes países europeos los nombres de otros tantos asesinados en los campos de concentración nazis y permiten a vecinos y visitantes “tropezarse con la memoria” de estos hombres y mujeres. El presidente de la ARMH advirtió del auge de movimientos de extrema derecha que simpatizan con el fascismo y señaló que “no tenemos que imaginar qué son capaces de hacer, tenemos que recordarlo”. Durante el acto, un actor repartió flores entre los asistentes, que acabaron depositadas sobre los adoquines recién colocados.

Los nueve homenajeados

Antonio Abella, natural de Paradaseca, era militante del Sindicato Único de Campesinos y Trabajadores, afecto a la CNT. Tras huir de las tropas militares procedentes de Galicia, que asesinaron a su padre en 1937, logró salir de Asturias por mar, pasando a Cataluña y posteriormente a Francia. Llegó al campo de concentración de Mauthausen el 3 de abril de 1941 y fue registrado como prisionero número 3.786. Falleció en el campo de exterminio de Gusen el 5 de diciembre de 1941, según reflejan los documentos recogidos por el Ministerio de Justicia.

Por su parte, Manuel Crespo, natural de Villafeile, llegó al campo de concentración de Mauthausen en marzo de 1941 y recibió el número de prisionero 3.313. Cinco meses más tarde fue gaseado en el camión fantasma que transportaba a un grupo de deportados a Dachau. Ceferino García, natural de Tejedo de Ancares fue trasladado en abril de 1941 a Mauthausen, donde lo clasificaron con el número 3.997. Fue exterminado en Gusen el 10 de febrero de 1942.

Natural de Palacios del Sil, Elpidio González formó parte del conocido como 'Convoy de los 927', una de las primeras deportaciones que se produjeron desde Francia hacia campos de concentración en territorio controlado por la Alemania nazi. Fue el primero de los bercianos en fallecer en un campo de concentración nazi, el de Gusen, el 24 de septiembre de 1941.

En enero de 1942, también en Gusen, falleció José Pérez, natural de Balouta (Candín), que había ingresado en Mauthausen un año antes con el número de prisionero 3.301. Un destino similar sufrieron Eduardo Samprón, natural de Villasinde y fallecido en octubre de 1941, y Rafael Rivera, natural de Lomba y asesinado en diciembre de ese mismo año. José Antonio Calvete, natural de Albares de la Ribera, ingresó en enero de 1941 en el campo de concentración de Buchenwald, con el número de preso 39.758, y paso más de tres años recluido en esas instalaciones, donde falleció en mayo de 1944.

El único de los bercianos que encontró la muerte en el campo de concentración de Mauthausen fue Agustín Ovalle, natural de San Juan de la Mata, que fue clasificado con el número 3.240. Su viuda y su hija, residentes en Barcelona, cobraron durante varios años una pensión compensatoria del Estado alemán.

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