Concluye con éxito de participación el campo de formación de WWF en Villablino
El campo de formación de WWF (World Wildlife Fund) celebrado este fin de semana en Villablino ha resultado un éxito, según el balance de los responsables de la organización, Miguel Murcia, Belén Fernández y Valeriano García, encargados del programa de participación de la organización no gubernamental (ong).
Además de cumplir sus objetivos de ofrecer a sus asociados formación sobre el desarrollo de actividades y los fines de la organización, se completó con la satisfacción del regreso de todos los participantes a sus lugares de origen en un domingo complicado en las condiciones circulatorias en casi toda España. Algunos después de más de 12 horas de viaje completaron los casi 1.000 kilómetros que los separaban de Villablino, como los procedentes de Málaga, Granada, Barcelona, Valencia o Alicante. Aunque ninguno de ellos recorrió el domingo menos de 500 kilómetros para su regreso a casa.
Desde la organización se valora de forma muy positiva esta implicación de los miembros de los grupos locales, para participar en estas actividades superando con el esfuerzo personal las dificultades de los desplazamientos tan largos para tan solo dos días. Lo que sin duda demuestra, es la firme convicción de las personas en las actividades que realizan y los objetivos que persiguen en sus acciones de voluntariado.
Ileon. com habló con los participantes, para que nos hiciesen una valoración personal de estos dos días en una tierra lejana y extraña y les planteamos varias preguntas, que amablemente nos han respondido por grupos. Coinciden en casi todas las respuestas, con pequeños matices diferenciales, valorando como bueno o muy bueno, el entorno natural, la gran biodiversidad que han podido comprobar y la amabilidad de la gente. Los puntos más negros los restos de las antiguas explotaciones mineras, tanto subterráneas como a cielo abierto. Las primeras, porque no se han retirado materiales contaminantes, y las evidencias están ahí para verlas, tampoco se hecho mucho aminorar el impacto; y las segundas por el destrozo medioambiental causado y porque se podía haber restaurado mejor. Confían algunos en que la capacidad regeneradora de los bosques del territorio suplan la carencia de variedad de especies plantadas en las restauraciones.
Otra de las cuestiones que les planteamos es qué opinión les merecía vivir en un territorio como este, lejano de ciudades, casi aislado geográficamente. A algunos les gustan esos condicionantes porque permiten una mejor conservación e inciden en los inconvenientes de la falta de servicios. Motivos por los que casi todos reclaman, que estos territorios tienen que tener compensaciones de las administraciones, mejora de servicios y la implicación de todos, administraciones, habitantes y ecologistas. Porque si conservar exige un esfuerzo y ciertas restricciones para los habitantes de esta zona, que lo hacen no solo para ellos “sino también para los que podemos venir a disfrutarlo desde fuera eso se debe compensar de alguna forma”.
Este tipo de actividades de WWF, sirven además para poner en contacto de forma física a los distintos grupos que permanecen el resto del año aislados en sus áreas de influencia, sin más conexiones que las que se pueden establecer a través de redes sociales o interconexiones electrónicas.
Los miembros del grupo Alto Sil, especialmente su principal responsable Bárbara Alvarez, se llevaron muestras de cariño y agradecimiento por su implicación en las actividades del fin de semana, lo mismo que el personal del albergue Giner de los Ríos a los que quisieron agradecer personalmente el excelente trato, amabilidad y servicio.
Y los miembros del grupo de Villablino hicieron llegar los responsables de la dirección de WWF, su preocupación por la gestión que la administración medioambiental de la Junta de Castilla y León y Ministerio están haciendo de un asunto tan sensible como el urogallo cantábrico, para la conservación y mejora del hábitat y la especie. Haciéndoles llegar sus dudas sobre esa gestión y la necesidad de modificar los protocolos de actuación “a nuestro entender poco o mal adecuados”. Con el objetivo de que desde la dirección de WWF, con mejor acceso a los responsables de estos programas, les hagan llegar esa preocupación y la necesidad de mejoras en la gestión, “antes de que sea demasiado tarde”.
