Antonio Silván asegura que quiere un PP abierto y no “un partido como un búnker”

Peio García / ICAL Antonio Silván, precandidato a presidir el PP de Castilla y León

L.M.Torres/ ICAL

Con la sonrisa que le caracteriza y una sensación de vértigo en la cara, el precandidato a la Presidencia del PP de Castilla y León, Antonio Silván, dice estar completamente enchufado para un proceso nuevo, como es el de las elecciones primarias en el PP, y que casi les obliga a improvisar la campaña. Insiste en que sus avales son su experiencia, su conocimiento del territorio y su confianza en un proyecto regional y para las nueve provincias. Respecto al partido quiere una formación en la calle, que debata, genere ideas y sea más que un sostenedor de gobiernos. No quiere búnkeres en el partido ni 'aparatos', sino que sean los afiliados los protagonistas de la vida orgánica y considera “irrenunciable” tanto la sensibilidad social, “razón de ser del PP de Castilla y León”, como la exigencia y lealtad hacia los propios compañeros cuando están en juego los intereses de la Comunidad.

  • ¿Qué cree que puede aportar Antonio Silván al PP de Castilla y León?

Yo creo en el proyecto del PP de Castilla y León, creo en la Comunidad Autónoma y en cada una de las nueve provincias. El PP es el instrumento político más adecuado para desarrollar Castilla y León y resolver los problemas de las personas que son lo importante. Conozco al PP, conozco el territorio y las nueve provincias y ese conocimiento lo pongo al servicio de mi organización para ayudar a ser la palanca del desarrollo de la Comunidad.

  • ¿Cómo es el PP que se imagina dentro de cuatro años?

Un partido abierto, que lo es, pero más; con ilusión, que la tiene, pero más, y generador de ideas y proyectos. El PP no sólo debe ser el sostenedor de gobiernos, sino también una fábrica de ideas y proyectos. Mi experiencia como consejero y como alcalde me dice que las grandes ideas para resolver los problemas te las ofrece la calle y las personas más que los despachos. Por eso, el PP tiene que ser el partido que esté en la calle, generando ideas y no sólo sostenedor de gobiernos. Por eso quiero un partido participativo que se enriquezca con los debates sobre todos los temas, con la participación de todos y que tenga en cuenta que se dirige a las personas. Tenemos buenos ejemplos sobre cómo podemos mirar a la gente con la Sanidad, la Educación, los Servicios Sociales, o los transportes. También quiero un partido en el que el afiliado sea el verdadero protagonista. Ellos deben ser el corazón del partido y debemos facilitar su participación. Para ello, yo quiero un PP abierto y no un partido como un bunker.

  • En sus primeras manifestaciones habla de consolidar un proyecto autonómico sólido, ¿las costuras provinciales siguen tirando mucho de la estructura autonómica?

No tenemos que equivocarnos. Nuestra Comunidad son nueve provincias y cada una de ellas tiene sus peculiaridades. El valor de Castilla y León es su capacidad de aunar e integrar las provincias. Yo soy un convencido del verbo integrar, sumar y eso no está reñido con la especificidad de cada uno, pero cuando tenemos un punto en común, debemos estar ahí todos dando el do de pecho. El partido regional, respecto a las organizaciones provinciales, tiene que escuchar, valorar y actuar, por ese orden: escuchar a las provincias; valorar los planteamientos de los territorios y actuar en consecuencia. Y por último, trasladar a los distintos gobiernos, locales, provinciales y autonómico que, con un proyecto integrador, todos ganamos. Yo estoy convencido de que seremos más fuertes si actuamos unidos por el bien común en los grandes temas en los que hay que dar un paso al frente.

  • ¿Y cuál debe ser el papel de las organizaciones provinciales en el partido después del congreso de Valladolid?

Las organizaciones provinciales son indispensables y deben ser correa de transmisión del proyecto en una doble dirección: de arriba hacia abajo para llevar a todos los lugares los planteamientos autonómicos y aplicarlos, pero también de abajo hacia arriba, porque somos la organización política con más capacidad de la Comunidad y debemos ser capaces de trasladar a las instituciones autonómicas el sentir de cada pueblo. Yo digo que el partido tiene que tener la oreja pegada al suelo para sentir las vibraciones de cada pueblo.

  • Una característica del PP de Castilla y León es una sensibilidad social que, en ocasiones, levanta recelos incluso en su propio partido. ¿Lo mantendrá en el futuro?

El diálogo social es irrenunciable por convicción personal y política y porque está dando resultados en clave de desarrollo de la Comunidad y de paz social. Y debemos seguir avanzando en esa línea. Yo no admito que otros se pongan medallas sociales, el PP de Castilla y León tiene tanta sensibilidad hacia las cuestiones sociales como el que más; somos los primeros que tenemos presentes a las personas, presentamos resultados en los servicios públicos, como la Educación, la Sanidad, los Servicios Sociales y el Transporte y, además, somos un partido para la gente joven, para las mujeres, para los mayores. La sensibilidad social es la razón de ser del PP de Castilla y León y eso es irrenunciable.

  • Hay un reproche generalizado a los partidos políticos de lejanía respecto del ciudadano, ¿cómo plantea hacer frente a esta situación?

Siendo un partido más abierto, más cercano, más ilusionado y atento a la realidad. Y dando al afiliado un papel protagonista en nuestro partido. Los afiliados deben implicarse y responsabilizarse de nuestras decisiones y nuestras convicciones. Debemos tener sedes abiertas al diálogo con las bases y con la sociedad, con los jóvenes y con los mayores, debatir para sacar conclusiones y, en ningún caso, ser sectarios. Aquí no sobra nadie y un afiliado del pueblo más recóndito debe ser igual que uno de una gran ciudad. En el PP que creo, el poder lo tiene que tener el afiliado, no el aparato. Yo no quiero ser aparato, quiero tener una organización al servicio de todos y no un aparato para unos pocos.

  • El proceso de elección por parte de los afiliados en otros partidos ha generado divisiones, ¿qué garantías hay por parte de Silván de que esto no ocurrirá?

Por mi parte, todas. Me conocen bien los afiliados y si por algo me caracterizo es por la voluntad y el espíritu de unidad, integración y tender la mano. Puede haber una absoluta tranquilidad porque el partido ha demostrado una madurez importante en situaciones complicadas y lo seguirá haciendo. Debemos tener absoluta tranquilidad, hoy y mañana.

  • El PP en ocasiones aparece como un partido correoso e, incluso, antipático, ¿cómo transformar esa percepción?

Los que trabajamos en el PP debemos trabajar con la sociedad y, en ocasiones, hay que mover el árbol. El árbol debe moverse para que las ideas y los frutos se reciban con normalidad y tranquilidad y que así se nos vea. Un ejemplo es la gestión de Herrera, que le ha tenido a él detrás, pero que tiene también un nombre, que es el PP; y un apellido, de Castilla y León.

  • También en los últimos años, las acusaciones de corrupción hacia personas del PP han sido numerosas, ¿cree que su partido ha tenido la determinación suficiente para lugar contra la corrupción?

El PP ha tomado medidas que impidan que, en el futuro, se puedan producir casos de corrupción. Repudio y rechazo la corrupción, igual que lo hace el PP y creo que con las medidas que se han adoptado se ha puesto un cortafuegos eficaz para que esto vuelva a pasar. ¿Qué se podría haber hecho antes? Quizá, pero debemos mirar atrás para aprender y tomar medidas. Efectivamente, esta cuestión si está en el debe de la organización.

  • En el ámbito institucional, la Junta ha impulsado la limitación de mandatos y las trabas a la acumulación de cargos, ¿es posible trasladarlo al partido?

Claro que puede aplicarse y apelo al debate que sobre esta cuestión se pueda producir en el congreso. Pero más allá de las normas, los cargos públicos debemos dar una sensación de normalidad, de no apego a un cargo y de ejercer la política sobre todo por vocación de servicio público. Esto se puede hacer de forma estructural, pero también se lo puede aplicar cada uno en su responsabilidad en el ejercicio de la política.

  • En la Junta Directiva Regional se emplazó a que el congreso del 1 de abril se hiciera pensando en las elecciones de 2019, ¿ya ha analizado qué cosas deben cambiar para mejorar el resultado de 2015?

El escenario político, social y económico no es el mismo en 2015, que en 2017 y no lo será en 2019. Se produjeron unas circunstancias que disgregaron y diversificaron el voto y de eso hemos aprendido y nos han enseñado. Todo el PP, el nacional, el regional y los provinciales, ofrecemos un proyecto único sin estridencias, como hacen otras organizaciones, y centrado principalmente en resolver los problemas y las necesidades de las personas. Eso la sociedad ya lo reconoce y es lo que nos va a exigir por lo que el PP llegará mucho mejor a 2019 de como está ahora y como estuvo en 2015.

  • La política leonesa, ¿qué puede aportar al resto de la Comunidad?

Lo mismo que aporta el PP de Castilla y León a la política nacional: un proyecto de tranquilidad y estabilidad, que es lo más importante en estos momentos que no son fáciles.

  • Sin embargo, el tema del carbón ha sido la piedra de toque para los 'populares' leoneses y los del resto de la Comunidad.

Eso forma parte de las exigencias del PP de León y del regional al Gobierno y al PP nacional. Así ha sido y hemos logrado que en el último congreso, todo el partido recogiera nuestros planteamientos.

  • ¿Un PP que presidiera Antonio Silván sería también el 'pepito grillo' del PP nacional?

A nadie le debe caber ninguna duda de que no nos mueve el interés partidista o los intereses personales, sino el interés de la Comunidad y, para defenderlo, cuando haya que dar un golpe en la mesa, se hará. Pero el PP de Castilla y León ha demostrado y demostrará, con Antonio Silván, que se puede ser exigente y a la vez leal con nuestro partido.

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