Cuando un alcalde del PP montó un referéndum secesionista ilegal en la provincia de León

Manifestación en Alija del Infantado reclamando un centro de salud en 2006. Fernando Otero / ICAL

Antonio Vega

“Nuestra entrada en León ha generado una gravísima decadencia, nos ha perjudicado mucho”. Así de rotundo se expresaba en declaraciones a los medios en junio de 2006 el por entonces alcalde de Alija del Infantado, José Antonio Prieto Crespo, un regidor perteneciente al PP que anunciaba la convocatoria de una consulta popular entre los vecinos para irse de la provincia de León a la de Zamora, a la que había pertenecido la localidad hasta principios del S. XIX.

Así se lanzaba una convocatoria secesionista en la provincia leonesa once años antes del próximo 1 de octubre, fecha en la que los independentistas catalanes mantienen un referéndum anulado por el Tribunal Constitucional y que ha tensionado como nunca el país. Una convocatoria con la que aquella consulta de Alija mantiene varias coincidencias, como son la secesión de un territorio de forma unilateral y su ilegalidad.

La consulta de Alija era fruto de una tensión en esta zona del sur de León debido a los problemas en la atención sanitaria y la localidad reclamaba la construcción de un centro de salud que reforzara toda la zona y el norte de la provincia de Zamora. Ante la decisión de la Junta de rechazar la construcción del centro de salud y sí reforzar la asistencia sanitaria en la zona de Zamora se apostó por realizar la consulta para poder aspirar al centro de salud. La Junta puso como condición para dotar a Alija de centro de salud que convencieran a ayuntamiento vecinos de recibir la atención sanitaria en la localidad y La Bañeza para tener el mínimo de cartillas sanitarias necesarias. Lo máximo que logró en la polémica sanitaria Alija fue un refuerzo de las urgencias por las noches estivales, cuando multiplicaba su población la villa, que con la posterior crisis y recortes se cayeron también.

El regidor arremetía en la convocatoria contra la responsabilidad a los representantes de la Junta en León, “León es la que nos ha puesto zancadillas. Fíjese lo bien que nos habrán tratado para querer irnos”, al tiempo que aseguraba por aquel entonces que “si son incapaces de mantener estos núcleos, adónde quieren llegar, cómo quieren abanderar una Comunidad flotante y brillante cuando hay todas estas deficiencias”, lamentando que Juan Vicente Herrera no los hubiera recibido en los tres años de reclamaciones, mientras que quién sí lo había hecho era el por entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy.

“Podía votar cualquiera que pasase por allí”

La consulta popular tuvo lugar finalmente el domingo 10 de julio, en plenas fiestas de la localidad para motivar la participación vecinal. Pero era una consulta ilegal puesto que no tenía autorización del Consejo de Ministros, que es quien puede dar vía libre a una consulta municipal, que verse, eso sí, siempre sobre asuntos de competencia municipal. Hasta el 2014 el Gobierno había autorizado en toda España apenas 35, según contabilizaron en El País. En Alija no se pidió permiso pero tampoco la Guardia Civil se llevó las urnas, pese a contar con un cuartel en la propia localidad.

Según los datos que proporcionó el consistorio participaron en la consulta 804 personas con un resultado abrumar, el 98% de los votantes apoyó la secesión y pasar a formar parte de Zamora en detrimento de la provincia de León. En total hubo 786 votos a favor de la segregación, 12 en contra, dos nulos y cuatro en blanco.

Vecinos de Alija consultados por este periódico recuerdan con una sonrisa la movilización 'secesionista' de la localidad, resaltando que el amplísimo margen de pasarse a Zamora era en parte por la flexibilidad para ejercer el voto en la consulta, sobre todo si el voto era favorable al sí, “podía votar cualquiera que pasase por allí, y seguramente más de una vez” . Para el entonces alcalde el resultado reflejaba “el descontento de la gente con el trato de marginación, desprecio y agravio comparativo recibido de los políticos del PP en León”.

La tensión en Alija del Infantado por la situación sanitaria se completó, además de con el referéndum, con un encierro de vecinos y una multitudinaria manifestación en el mes de agosto, bajo una pancarta que ponía 'Marginados por León desde 1834', fecha en la que en Ayuntamiento dejó de pertenecer a la provincia de Zamora y se adscribió a la leonesa. A ella le siguió otra protesta en León e incluso en Valladolid en el año 2008, con resultados infructuosos.

El alcalde 'independentista', José Antonio Prieto Crespo, acabó abandonando las filas del PP por el desencuentro sanitario y se presentó a las Municipales del 2007 como independiente dentro de la lista de Unión del Pueblo Leonés (UPL), candidatura que arrasó a sus rivales proporcionándole una nueva mayoría absoluta. Era regidor desde principios de los 90 y en las Navidades de 2009 anunció su renuncia al cargo por motivos personales. La crisis económica y el cambio de prioridades de sus sucesores fueron apagando la protesta sanitaria y las ganas de secesión de Alija del Infantado para volver a Zamora. Al menos de forma pública.

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