Un sepelio de odisea en la 'nevadona'

Así estaban las calles de Valderrueda por las que transitaba el coche fúnebre.

Diario de Valderrueda

Jacinta descansa en paz, pero su familia no podrá olvidar el último adiós a su ser más querido. Esta vecina de 79 años de la localidad leonesa de Valderrueda no ha podido vivir un entierro 'normal' porque el suyo ha estado salpicado de incidencias. Entre ellas, un accidente, el transporte del cuerpo en un tractor, la ausencia de cura a causa del temporal y la falta de aviso de la administración de la Diputación de León del accidente de la quitanieves para buscar otras alternativas a la limpieza de las calles para transportar el cuerpo.

La familia, enormemente triste, lamenta la desatención y la odisea que ha vivido porque -según advierte- cumplió con todos los requisitos para se habilitaran los medios necesarios en un momento tan duro. Y es que el 'difícil' funeral de Jacinta fue complicado desde un primer momento. El pasado martes cuando consciente del dolor familiar y a petición del presidente de la junta vecinal de Valderrueda (David Llamazares), el alcalde del Ayuntamiento de Valderrueda (Isidoro Barrio) ordenó enviar un tractor con una cuchilla, para limpiar las calles de un pueblo intransitable a consecuencia del temporal de nieve que azota la comarca. Pero el vehículo agrario no pudo con tanta nieve, así que entre los vecinos del pueblo tuvieron que espalar las calles para poder llevar la caja funeraria entre varias personas, desde el domicilio hasta el coche de la funeraria.

Y así se trasladó a la difunta hasta el tanatorio de Puente Almuhey, ya que en esos momentos era imposible realizar el funeral en la Iglesia parroquial de 'El Salvador' de Valderrueda. Durante todo el martes y miércoles no ha parado de nevar en esa zona y este miércoles el alcalde de Valderrueda se puso en contacto con la Diputación de León para que enviaran una quitanieves, porque la carretera LE-232 que une Puente Almuhey con Valderrueda estaba cerrada por momentos o prácticamente intransitable.

Y la quitanieves vuelca, sin que la sustituyan

“Como desde la Diputación no se fiaban de que fuera cierto, le solicitaron que se enviase una esquela para verificar la hora del funeral, y el alcalde se la envío a la Diputación de León”, explican. La entidad provincial terminó enviando una quitanieves a las 13:00, que sólo consiguió llegar hasta el pueblo de Tejerina. “Allí tuvo un accidente y volcó en la carretera, por lo que no volvió a pasar ninguna quitanieves más”, se recuerda ahora desde el entorno de la familia.

La Diputación de León debió avisar de esta circunstancia para buscar otras alternativas de limpieza pero no llego ese aviso por parte de la administración provincial.

Así que el funeral de Jacinta siguió complicándose porque a continuación las carreteras se volvieron a cubrir de nieve durante el tiempo transcurrido hasta la hora del funeral. Debido a que era imposible acceder a la iglesia de Valderrueda, donde se iba a realizar la misa a las 16:30, finalmente se celebró una misa en la iglesia parroquial de Puente Almuhey. Tras celebrarse la misa y con muchas complicaciones se trasladó la funeraria desde Puente Almuhey hasta el cruce de la carretera con la calle de acceso al barrio de Arriba del pueblo de Valderrueda.

El féretro, atado el capó de un tractor

A media mañana el Ayuntamiento había mandado un tractor con una cuchilla, para limpiar la calle de acceso desde la carretera y el barrio de Vega hasta el centro urbano del pueblo, un trayecto de aproximadamente un kilómetro. El vehículo agrario equipado para luchar contra la nieve estuvo pasando una y otra vez hasta la hora del entierro, pero debido a la mala situación de la calle de acceso al pueblo, tuvieron que trasladar la caja funeraria en la parte delantera de un tractor: sobre el capó y atada con unas cuerdas durante casi dos kilómetros hasta llegar al cementerio de Valderrueda.

Los vecinos de Valderrueda se encontraron con una nevada espectacular.

Al llegar al camposanto, el féretro tenía encima más de 5 centímetros de nieve.

Pero el triste y difícil día no acababa aquí, ya que debido a la ausecia del sacerdote, que no pudo bajar desde Prioro debido al temporal, no hubo responso, y los presentes improvisaron una oración para recordarla en su entierro. Una odisea inesperada digna de las peripecias de las historias de alta montaña que gracias a la colaboración de los vecinos de Valderrueda, familiares y amigos de la familia, limpiando parte del cementerio y las calles principales del pueblo con cerca de un metro de nieve, que permitieron que el ataud de Jacinta y su familia pudieran llegar y darla sepultura.

Una familia de la fallecida muy afectada por lo ocurrido ha lamentado la secuencia tan lamentable de acontecimientos que ha impedido que Jacinta pudiera tener un funeral 'normal', pero que agradece a todos los que se movilizaron para conseguir que Jacinta pudiera descansar en paz en el día de su despedida. Situación que puede repetirse en estos días en otros lugares de la montaña leonesa y que no desearían a nadie.

Pueden ver más fotos del suceso en el enlace original del Diario de Valderrueda.

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