La tradicional fiesta con petardos de la Escuela de Minas con motivo de Santa Bárbara acaba con presencia policial

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Tras 75 años de tradición en la Escuela de Minas de la Universidad de León con motivo de la celebración de Santa Bárbara, patrona minera, este año por primera vez las autoridades universitarias ha intentado poner freno al acostumbrado lanzamiento de petardos provocando una protesta entre los alumnos que acabó por dos veces con presencia policial.

En un doble contexto de crisis total del sector minero en la provincia, con el cierre de las últimas explotaciones, y de pérdida de la mayor parte de las tradiciones de la celebración festiva de las principales facultades universitarias del Campus leonés, los hechos ocurrieron el pasado jueves 29 de noviembre, día al que la comisión de fiestas de Minas había trasladado sus eventos para que no coincidieran con un jueves festivo como es el que viene.

Fuentes de la comisión de fiestas recuerdan que en 75 años “los estudiantes de la escuela celebran Santa Bárbara tirando petardos”, algo “inocuo”, primero dentro de su facultad y después saliendo a la calle para “seguir allí con la fiesta y los petardos, habiéndose llegado a cortar calles con esta festividad”.

Pero esta vez, “tras meses planificando, pidiendo los permisos tomados años atrás y juntando dinero para que este día llegará y todo saliera perfecto, nos encontramos con que la vicerrectora de Estudiantes y Empleo -Ana Isabel García-, la cual ignoró nuestras tomas de contacto hasta el mismo día de la fiesta, nos dio la negativa a la celebración sin darnos opción a reacción puesto que nos contestó el correo el mismo jueves 29 de noviembre a las 9.29 horas”.

Según su versión, los argumentos para este 'no' rotundo fueron, entre otras, que el resto de comisiones festivas, que en realidad organizan “macrobotellones legales”, tienen seguros de responsabilidad civil, siendo bajo el punto de vista de García su fiesta “más peligrosa”. Es decir, “para ella es más peligroso tirar petardos F3, de bajo gramaje, en un recinto vallado y controlado por nosotros durante una hora, que una fiesta donde se vende alcohol en un lugar público en grandes cantidades a la cual prácticamente cualquiera puede acceder, comprarlo y consumirlo”.

También argumentó, según la versión estudiantil, que no se había hablado con las facultades colindantes, algo que los alumnos de Minas tildan de “totalmente falso, ya que la Facultad de Ciencias de la Salud fue debidamente informada”. Y ante el reproche de falta de organización y previsión, replicaron que “no nos hacemos cargo si no se digna a contestarnos hasta el mismo día de la fiesta, ya que el director de nuestra escuela lleva informado desde hace más de un mes”, concediendo permiso para realizar parte de la fiesta dentro de la Facultad, como siempre se hizo.

Aún así, los organizadores cancelaron aceleradamente la petardada a través de las redes sociales “en contra de nuestros ideales”, aunque quedó el recinto montado y algunos alumnos quisieron mantener la tradición “sin la supervisión de la comisión de fiestas”. Por eso, continúan relatando, la vicerrectora se presentó “amenazando con llamar a la policía si no desmontábamos el recinto”, cosa que acabaron haciendo.

Una 'manifestación' y dos veces la policía

Pero como la gente “seguía tirando petardos, retándola”, acabó llegando la Policía Local, tomando los datos del presidente de la comisión. El ambiente se fue caldeando “al ver como se cercenaba una de la tradiciones más antiguas de esta Universidad” y se improvisó una pancarta con la que fueron al vicerrectorado a protestar cantando el himno minero de Santa Bárbara“, sin presencia de los miembros de la comisión de fiestas, insisten. De manera que acabó regresando la policía, ”esta vez amenazando al presidente de la comisión con ponerle una denuncia por los actos de los asistentes“.

Queja ante el Rectorado

La Comisión de Fiestas de Minas anuncia que este lunes presentará una queja al Rectorado, argumentando que el nuevo rector Marín se comprometió a “legalizar las espichas”, aunque a juicio de los alumnos sólo se están adoptando medidas en las facultades grandes y se “abusa de una de las escuelas más pequeñas, que no hace ningún daño ni con su fiesta ni con su tradición”, donde no se cobra entradas ni hay ánimo de ganar dinero alguno.

La Universidad denegó la fiesta al no haberse solicitado

La Universidad de León ha replicado, en conversión con este periódico, la versión de los estudiantes, señalando que fue la falta de una petición formal para realizar la fiesta, como es actualmente obligatorio con todas las escuelas y facultades, lo que motivó que se denegara la fiesta, al plantearse de manera informal en un tiempo que ya no daba lugar posibilitar la autorización.

Desde el equipo de gobierno de la ULE se señala que estas fiestas, por el añadido de peligrosidad con los petardos, deben de contar con autorización especial para evitar molestias a otros centros donde se imparte clase y por la propia seguridad de los viandantes del campus de Vegazana. Rechazan, además, cualquier tipo de presión más allá de la exigencia del cumplimiento de las normas para la celebración de cualquier fiesta patronal y de las habituales de orden público en el recinto universitario.

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