Leitariegos, la hermana pobre del esquí leonés

La cinta sufre daños cada poco y las reparaciones, costosas, son casi siempre excesivamente temporales.

ileon.com

La estación invernal de Leitariegos, en la deprimida y 'descarbonizada' comarca de Laciana, es de las dos propiedad de la Diputación de León la hermana pobre del esquí leonés y así lleva ocurriendo demasiados años. Es la opinión mayoritaria de los aficionados para los que Leitariegos es, por distancia y necesidad, su estación de referencia y también cunde con desánimo esta opinión entre algunos, muchos, de los trabajadores fijos discontínuos de la institución provincial que atienden sus pistas e instalaciones.

Por primera vez en muchos años, la cifra prevista de inversión para este año en los presupuestos de la Diputación bate un récord: 420.000 euros. Así lo recordaba hace una semana el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, en su entrevista con iLeon.com, legítimamente orgulloso de este hito económico. Se trata de una vieja reclamación de los esquiadores y de los empresarios que apuestan por aprovechar el recurso blanco para paliar el varapalo económico de la eterna crisis del recurso negro, el carbón, verbalizada infinidad de veces por la recién relanzada Plataforma Leitariegos Existe.

La estación invernal carece de un plan de evacuación efectivo, entre otros problemas como el barro en ciertas zonas.

Pero para todos ellos, como para buena parte de la plantilla de la estación, además de un problema económico, Leitaiegos permanece en la segunda división por un problema de gestión.

La lista de despropósitos de algunos de los 23 empleados fijos-discontínuos, junto a la lista de quejas amargas y eternas de los esquiadores, es enorme. Año tras años se repiten las mismas inversiones y año tras año el dinero, por improvisación, queda enterrado y hay que volver a inyectar donde no se resuelven esos problemas de manera definitiva. Porque algunos de estos 'apaños' se contratan a empresas que ni son del sector ni siquiera se intentan paliar con el personal y la maquinaria disponible, por más vieja que ésta se encuentre. La falta de mantenimiento específico es un lastre, y así las motos de nieve no siempre arrancan.

Remontes que no remontan

Algunos telesquís hacen padecer a los usuarios por 'viejunos'. El de La Mora, en la zona media, el más usado después del de debutantes, provoca permanentes caídas por una salida muy rápida que nunca se corrige. Y sin embargo el de La Ferradura, tras la avalancha de hace dos años, apenas se abre. Los esquiadores se resignan a las colas enormes y el “patatal” de zonas como el acceso a la primera silla. Como ejemplo de inversiones fallidas, los cerca de 12.000 euros de reparación de un cable hace dos años no ha servido de mucho.

La estación lacianiega carece de plan de evacuación. No ha habido que lamentar graves consecuencias pero mejor sería no ponerlo a prueba porque cada vez que llega un vendaval o las condiciones climáticas aconsejan, por lógica prudencia, despejar pistas y remontes, la gente ha de ser bajada sin coordinación ni garantías de ninguna clase.

'Ríos' en algunas pistas

En algunos lugares, el agua corre sobre la nieve hasta hacerla desaparecer. Como ríos. Porque las escolleras y las hidrosiembras brillan por su ausencia. Se ha invertido, sí, pero con la poca ambición y el problema siempre se reproduce. Como se reproducen la rotura de pistas por este motivo y los lamentos de los esquiadores, que ven dañado su material, sus esquíes. Las reparaciones “a pico y pala”, por boca de algunos trabajadores, de poco sirven.

Una de las últimas inyecciones de dinero de la institución para paliar otro problema eterno, el aparcamiento, no sirve de mucho. Porque por ejemplo, el quitamiedos perimetral es atropellado por la máquina que lo despeja de nieve. Las inclemencias, además, siempre dejan un rosario de daños que no se afrontan adecuadamente, como cuando la cinta sufrió los efectos del último temporal, hace dos semanas. Cuando se acude al almacén para repuestos y material, “campa el desorden y el descontrol”, nadie parece controlar lo que de allí sale.

Las condiciones climáticas de este año han sido óptimas, dentro de lo malo del año en cuestión de nieve, incluso mejores que en la hermana mayor de Leitariegos, San isidro. Pero sistemáticamente hay quejas, y muy duras, al hecho de que, a pesar de una buena nevada, la estación no abre a veces hasta pasadas las once de la mañana. Y es que ocurre, entre otras cosas, que a todo lo anterior se unen tensiones laborales: diferencias de salario por horas extras que unos pueden y otros no hacer, descansos irregulares, excesiva eventualidad e incluso expedientes sancionadores aparentemente discreccionales son asuntos que, aunque internos, en nada ayudan.

La figura del no director

Mientras todo esto ocurre, la estación de Leitariegos sique siendo una de las pocas de España sin la figura de un director. Han sido muchas las veces que se ha reclamado una “gestión profesional y experimentada” que a su juicio no ejerce el actual coordinador y han sido muchos los 'noes' de la Diputación para ponerle remedio, algo que la Plataforma sigue pidiendo.

En la estación a la que masivamente acuden los buenos fines de semana invernales los aficionados de Portugal y de toda Galicia, amén del Bierzo y gran parte de Asturias, en una cosa sí están todos de acuerdo, desde el nuevo presidente de la institución hasta el último habitante de Laciana: la estación de esquí de Leitariegos, el negocio de la nieve, el deporte de invierno y el impulso de esta infraestructura, tanto cuando nieva como cuando no, es casi ya el único recurso económico que le queda a la comarca minera por excelencia de la provincia.

Leitariegos es, aunque pequeña, la única alternativa realmente cierta al fin de las minas y sin embargo, como aquellas, parece un recurso aún bajo tierra que está esperando ser extraído. Al decir de la mayoría, requiere un impulso real y profesionalizado que sería además esencial para hacer 'golosa' la estación ante el anuncio de la Diputación de buscar fórmulas de cofinanciación, incluso semi privadas si fuera posible, para las dos infraestructuras del esquí leonés.

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