La dueña italiana de Endesa confirma que cerrará la central de Compostilla en 2020 “como muy tarde”

Central térmica de Compostilla en El Bierzo. Foto de Miguel Ángel Pérez González

Antonio Vega

Enel, la multinacional energética italiana propietaria de Endesa, ha confirmado este jueves en su Junta de Accionistas celebrada en Roma que cerrará “como muy tarde” la central de Compostilla ubicada en la localidad berciana de Cubillos del Sil el 30 de junio de 2020.

Esta información es parte de una repuesta proporcionada en la Junta de Accionistas a preguntas del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (Iidma), un 'lobby' ambientalista, que ha divulgado a través de redes sociales la repuesta que la empresa ha proporcionado a su pregunta sobre si Enel había solicitado a su filial española el cierre de las térmicas de As Pontes (Coruña), Teruel y Compostilla.

En noviembre del 2016 Endesa ya advertía en su Plan Estratégico 2017-2019 enviado a la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) su decisión de “mantener las centrales nucleares y las térmicas eficientes más allá de 2030 para asegurar una transición suave evitando nuevas inversiones ineficientes en combustibles fósiles”. Pero para la eléctrica sólo eran eficientes las térmicas que se alimentaban de carbón de importación explicando en el documento que no invertiría en la modernización de centrales como Compostilla, lo que las condenaba al cierre provisional en 2020 y definitivo como mucho en 2023.

Este jueves en Roma Enel ha confirmado los planes de Endesa, de cierre de las centrales de carbón nacional y de inversión para que sigan abiertas de las centrales de carbón de importación, que se llevarán 350 millones de euros para evitar su cierre (centrales de As Pontes, Litoral y Alcudia). No obstante Enel asegura que en 2040 no tendrá ninguna central térmica en funcionamiento en el mundo.

La situación de las térmicas proviene de la normativa de la exigencia de la Unión Europea a las eléctricas de modernizar sus centrales para rebajar sus emisiones contaminantes. Para que puedan seguir operando más allás de 2023 deberían reducir entre un 50 y un 60% las emisiones de azufre y óxido de nitrógeno antes del 2018. Esto implicaba que la modernización debería ejecutarse este 2017. En caso de no hacerlo deberán reducir su capacidad de producción eléctrica de forma drástica hasta el 2020 y cerrarse de forma definitiva en el 2023.

Enel pone la puntilla a Compostilla

La respuesta textual de Enel de la energética a Iidma sobre las centrales asegura que “como ha comunicado Endesa en el transcurso de la presentación del Plan Industrial 2017-2019, no se han planificado inversiones de adecuación ni ajustes a la normativa IED para las plantas de Teruel y Compostilla. Como consecuencia, tales plantas, en base a la normativa ambiental vigente y teniendo en cuenta las actuales condiciones del mercado, deberán ser cerradas antes del 30 de junio de 2020”.

Y ratifica en la misma pregunta sus inversiones en centrales térmicas de carbón de importación, “en cuanto respecta a las plantas alimentadas por carbón de importación, entre las cuales se encuentra As Pontes, están previstas inversiones de adecuación que permitirán alcanzar niveles de emisión, aún siendo inferiores a lo que solicita la normativa IED. Es decir, consentirá un ejercicio de tales plantas más allá de la caducidad de 2020, proporcionando una contribución al proceso de transacción energética en marcha y, sin embargo, en línea con los objetivos de descarbonización de Endesa y del Grupo Enel, ya señalados anteriormente”.

Enel ratifica así las intenciones ya conocidas de Endesa y parece que de poco servirá las intenciones manifestadas por Gobierno, por boca de la alcaldesa de Ponferrada Gloria Merayo, de hacer todo lo posible para evitar el cierre de la térmica de Compostilla en 2020. Endesa y Enel han sentenciado a la térmica de Cubillos del Sil al cierre. Con traición a sus orígenes incluida.

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