El fiasco del Granier leonés en Eras acabará en los Tribunales

Granier

El acuerdo funciona de la siguiente manera: el franquiciado paga la suma acordada y Granier se encarga de todo lo demás. “Pones el dinero, ellos buscan el local y te despreocupas de todo. Ellos se ocupan de la obra, de las licencias, del proyecto presentado, incluso del primer pedido. Es muy cómodo, cuando te lo plantean así, pero el engaño viene después; en mi tienda teníamos la comunicación oportuna de inicio de actividad, pero nunca tuvimos licencia de apertura”, explica tajante Vladimir Prieto, propietario de la panadería de esta firma que estaba situada en Reyes Leoneses, y que se vio obligado a cerrar definitivamente el pasado mes de mayo.

Según relata Vladimir Prieto, el sueño de desarrollar en León esta nueva estrategia de precios 'low cost' y amplia variedad de productos en el sector, pronto se convirtió en “pesadilla”.

A los pocos días de la inauguración de este espacio de repostería y café, las denuncias comenzaron a llegar a la puerta. “El proyecto estaba mal hecho, y nos notificaron denuncias por ruido; estaba proyectado insonorizar la tienda pero no se hizo. Se realizó el estudio acústico, que es obligatorio, y dio positivo en impacto. Ante esto tuvimos que cerrar para hacer obra, lo que provocó que se perdiera el dinero de las recaudaciones. Se volvió a abrir, pero la insonorización del obrador también estaba mal hecha”, relata el propietario, admitiendo que esta fue la única reforma de la que se hizo cargo la franquicia, que tuvo que levantar el suelo del local 6 centímetros y que a su vez provocó nuevas reclamaciones al no cumplir la normativa de rampas de acceso para minusválidos, tal y como detalla la misma fuente.

Así pasaban los días y la tahona seguía recibiendo visitas de la Policía Local, lo que a ojos del dueño confundía a los clientes ante la idea de que se estuviera llevando a cabo una actividad ilegal, una 'tapadera'. La explicación de Vladimir Prieto en cuanto al motivo de que la persiana estuviera durante semanas a media altura, es que “se estropeó”, y “aunque estaba en garantía de dos años, Granier dio largas para no arreglarla”. “No entraba nadie. Aunque fue una avería de tantas”, apunta el leonés.

La solución fallida de la reubicación

Ante tantos problemas para conseguir la licencia de apertura, Vladimir Prieto declara que desde el grupo Granier le propusieron una reubicación, pero a condición de traspasar la tienda de Reyes Leoneses; una transacción que, finalmente se frustró. “Sin licencia, con una tienda ilegal, mas una denuncia de la comunidad de propietarios –que ya está en el Juzgado- por el tema acústico, nadie quiere quedarse con un negocio así”.

Vladimir Prieto asegura que la comunicación con él nunca se perdió. “Puse muchas soluciones, pero se acabó, no podía seguir. Me seguían llegando denuncias de reformas que estaban en garantía y que tenían que correr por cuenta de la empresa y que nunca se hizo cargo” –salvo la primera reforma del suelo-, detalla el hostelero leonés. “Pero ahora se acabó mi paciencia, voy por otra vía”.

Los baños fueron valorados como ilegales, y el regente de la panadería en Reyes Leoneses también fue denunciado por venta de alcohol sin licencia – a lo que el propietario se defiende alegando que el primer pedido, donde llegó el alcohol, se realiza por parte de la franquicia, como norma, debido a la inexperiencia del franquiciado. “Seguía con luz de obra, la Junta e Iberdrola no me dejaban aumentar la potencia que yo necesitaba porque estaban los boletines y los certificados mal hechos”.

“Nos han tomado el pelo”

Vladimir Prieto menciona algunas tiendas de la misma cadena que la suya que también se han visto obligadas a cerrar: “Zamora, Santiago de Compostela, Lugo, Gijón, Torrelavega, se encuentran en una situación similar. En cuanto al tema de las licencias: nos han tomado el pelo. Nos han engañado”, apostilla, añadiendo, en relación a los comentarios de la noticia publicada la semana pasada por este periódico que “detrás había gente de León que ha perdido su empleo”.

Con casi 70 requerimientos de amenazas de cierre, exigencias que no estaban en regla y sólo la comunicación de inicio de negocio pero no la licencia de apertura, Vladimir Prieto decidió cerrar, pero no piensa perder la partida. “Cuando Granier abre una tienda les encanta que publiquen 'la guerra del pan'. Ahora empieza otra guerra”, declara el encargado del horno, que ha seguido recibiendo notificaciones que le comunican expedientes sancionadores a pesar de mantener la tienda cerrada.

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