Icomos (UNESCO) vuelve a censurar las obras en la Plaza del Grano en un nuevo informe oficial

Avanza a todo ritmo la instalación del nuevo empedrado en la Plaza del Grano.

Carlos J. Domínguez

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través del comité nacional de Icomos que le aconseja de manera oficial, rechaza nuevamente y de plano el proyecto de reforma de la Plaza del Grano de León que continúa ejecutando el Ayuntamiento de León con el beneplácito de la Junta de Castilla y León.

Hacía dos años que el comité español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) no se pronunciaba en un informe oficial para dar su opinión del muy controvertido proyecto -lo hizo sólo sobre la primera fase, en calles aledañas a la plaza-. Pero el pasado 1 de diciembre, firmado por su presidenta, Begoña Bernal, emitió otro documento oficial valorando la actual tercera y última fase, ya que ya supone el total desmantelamiento del empedrado tradicional de cantos rodados para su posterior reubicación.

Y la conclusión es un nuevo suspenso, un “informe desfavorable”, afeado además por el hecho de que el Consistorio leonés no ha promovido “ninguna comunicación”, a pesar de que se había comprometido hace dos años a darle a conocer a Icomos los detalles y esperar sus opiniones y valoraciones. Claro que para entonces, Icomos ya se había sentido traicionado por el PP en el Ayuntamiento de León, a quienes acusó de “hacer trampas como bellacos” con el único objetivo de neutralizar con mentiras y compromisos que resultaron falsos la dureza de su primer informe en contra de la pretensión de cambiar la fisonomía de la plaza, a pesar de gozar de protección patrimonial a nivel mundial que le afecta.

A pesar de encontrar algunos detalles positivos en esta fase III, como el hecho de que “se han introducido las correcciones de Patrimonio y se ha eliminado el cemento de los paños y sólo se conserva mortero bastardo en las rigolas por donde corre el agua, lo que es aceptable”, el informe de Icomos esgrime cinco conclusiones que a su experto juicio recomienda una definitiva censura de los trabajos.

La no renovación de redes “generará problemas y remiendos”

En primer lugar, porque desmontar y volver a colocar “el canto, que está muy deteriorado” es “una práctica habitual y adecuada”, pero “no renuevas las redes (agua, alcantarillado, luz, etc.) pese a que ya son viejas y eso a la larga generará problemas y nuevos remiendos y asientos”.

Además, critica que se haya decidido mantener “el murete de borde y el pavimento diferenciado del vial de tráfico” en la calle de Las Carbajalas, limitándose a no reformarlo, lo que “contribuye a la fragmentación del espacio y junto con las aceras constriñen excesivamente la zona de cantos, que es la que da personalidad a la plaza”. Se refiere a la pérdida de pavimento tradicional ya sufrida en la segunda fase con la colocación de las aceras perimetrales, y que los opositores a las obras cifraron en nada menos que 300 metros cuadrados.

El informe también es duro al afear el hecho de que “las aceras y sus bandas de continuidad rompen la unidad de material de la plaza (...) y tiene poco remedio”, ya que aunque eliminar el bordillo “es adecuado” para un espacio sin coches, esto ocurre “después de que se cambiara la pendiente de las aceras antiguas y se ampliaran de forma que la cota actual del bordillo es seguramente mucho más alta que la cota histórica”, de hecho con un desnivel que roza los 20 centímetros respecto a la planta original.

Excavaciones arqueológicas en duda

También un matiz a priori positivo, como el hecho -por otra parte obligatorio y razonable- de que se “introducen excavaciones arqueológicas”, es puesto en duda por el informe a tenor de la gestión que se ha hecho de los restos hallados por el momento, como partes de la estructura de una edificación que fue tapada en 16 horas, o de numerosos restos humanos de antiguos enterramientos en la zona, cuya trascendencia o no aún se desconoce, entre otras cosas porque Patrimonio admitió no sólo desconocerlos sino que se haya hecho informe alguno. “Queda por saber si lo cumplirán”, malicia el informe.

Finalmente, Icomos estima que “no se garantiza inicialmente que vuelva a salir el verdín entre los cantos”, después de que en el proyecto original, ahora matizado en este sentido, la propuesta fuera echar un herbicida para acabar con este aspecto verdoso tan vinculado al espacio de la Plaza del Grano en épocas y zonas de umbría, como se explicaba sin duda en aquellos documentos.

“Limitada por malas decisiones anteriores”Diecisiete horas separan el hallazgo ayer de estos restos arqueológicos (arriba) y su ocultación bajo tierra hoy (abajo).

Este último argumento, además, conserva una última y dura carga crítica, al advertir que quizá salga ese verdín porque “la cal se estropea rápido”. Algo que hará que “comience su deterioro si no hay mantenimiento de materiales en esta fase, que está limitada por las decisiones que se tomaron mal antes”. Muchas de las cuales llevan dos años movilizando a vecinos, asociaciones y pocos partidos municipales (León en Común-IU y Podemos) contra lo que consideran un atentado al más auténtico patrimonio tradicional del Casco Histórico de León y un elemento único en Europa.

La relevancia de este crítico informe no sólo estriba en el prestigio de quien lo emite, el Icomos vinculado a la UNESCO (que el Ayuntamiento leonés no dudó en resaltar cuando obtuvo una carta al alcalde Antonio Silván que matizaba con compromisos nunca cumplidos el durísimo primer informe) sino porque además será valorado ahora por el Ministerio de Cultura, que debe posicionarse abiertamente ante una denuncia judicial ya admitida en el Tribunal Superior de Justicia (TJS) de Madrid por un presunto “expolio” en la Plaza del Grano.

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