De ruta crítico-turística por las ruinas de la MSP en Laciana

Escombreras en las inmediaciones de Villablino

Luis Álvarez

De este a o este, o de norte a sur, no quedan más que ruinas, poco o nada aprovechables, de los antiguos centros de trabajo, un incontable número de agujeros en el terreno, así como de escombreras y las deficientes restauraciones de las explotaciones a cielo abierto.

Nos deja también la escasa documentación, del grandioso archivo de la empresa, que permanece en manos privadas. Solo en fichas de personal ya tendríamos para llenar algunas estanterías, si tenemos presente los más de 70.000 trabajadores, que pasaron por MSP en sus más de 95 años de actividad empresarial.

Nadie, ni administraciones públicas ni privadas, ni por supuesto judicial, la encargada de la liquidación; hizo un solo gesto para permitir que ese archivo se conservase con un mínimo de seguridad y eficiencia para ser consultado, estudiado o como simple curiosidad de coleccionista. En el territorio que soportó el peso y el mayor desgaste generado por la actividad empresarial. Y que sería parte de la memoria viva de este último siglo transcurrido en la comarca de Laciana.

La Junta de Castilla y León ha anunciado que tiene intención de incorporar lo que queda de él, al archivo histórico de la comunidad. Si lo digitalizan y queda abierto a todos, será una acción encomiable.

Surgieron voces aisladas, que pidieron en repetidas ocasiones, que se conservase el máximo posible de la empresa, aunque los gobernantes parecían más preocupados en que desapareciese cualquier indicio relativo a la empresa. Como si tuviesen un sentimiento de culpa escondido, y pánico a que apareciese cualquier detalle que los relacionasen con los últimos años de tropelías de Victorino Alonso, auténtico iniciador de la liquidación del patrimonio.

El polémico empresario, condenado a prisión por la explotación ilegal del Feixolín, está dispuesto a donar al centro de la memoria minera de Torre del Bierzo documentación y material. Pero en su gestión de 19 años hay dudas sobre qué hicieron con el patrimonio de la empresa. Por ejemplo, aún no se sabe que ha sido de las máquinas del FFCC P-V o de los vagones restaurados por la Junta de Castilla y León, y que desaparecieron justo antes de la liquidación de la empresa.

La empresa se declaró en liquidación el 17 de octubre de 2013, hace ya 6 años, incluso con anterioridad, dándole vueltas a la creación de un ferrocarril turístico al que ya hasta se le ha puesto nombre, el Ponfeblino. Aunque hay dudas sobre si este proyecto es económicamente viable. Generalmente un tren de esas características puede ser viable solamente en un tramo corto, no más de 5 ó 10 kilómetros, y quizá esos ya sean demasiados. Mantener un trazado de 60 kilómetros genera dudas por los costes que supondría toda la infraestructura viaria, con puentes y túneles, además de las máquinas y el material de arrastre.

Si Ayuntamiento de Villablino hubiese estado ágil en la gestión y con un poco de visión de futuro, y en lugar de desmantelar las vías del ramal a Villaseca, las hubiese mantenido y solicitado subvención para ese trazado, podría tener ya funcionando un tramo de ferrocarril entre las dos localidades. Y demostraría las posibilidades de viabilidad económica de un proyecto de más largo recorrido. Cuando además hubo quien realizó el proyecto gratis y desde tribunas públicas así se le demandó al Ayuntamiento. El proyecto realizado se llama Tren Histórico Valle de Laciana, escrito por Daniel Pérez Lanuza y Alejandro Campillo Pestaña.

Y como poco más nos queda, proponemos que para aprovechar lo que nos ha dejado MSP. Preparemos una ruta turística, que bien nos puede servir para una semana intensa recorriendo las ruinas de la empresa en toda la extensión del territorio municipal. Con opción a safari fotográfico, con premio al que recoja en su cámara la mayor aberración.

Detalle de la ruta: Grupos Este

Podemos comenzar la ruta de las ruinas por el oeste, en la entrada de Laciana por la vieja carretera de 'Piedrafita al Pajarón' hoy reconvertida el la LE–623. Primera estación del “vía crucis ruinoso” en la localidad de Villaseca, en las instalaciones del grupo Carrasconte, reconvertido en parte en parque de vehículos. A ambos lados del río Sil, por el margen izquierdo bocaminas, varios pisos, escombreras, plano inclinado, balsas y extensa plaza (2,57 has plaza y planta, 3,43 has, monte pisos hasta Ladrones). Por el margen derecho, edificios de oficinas, almacenes, talleres, cuartos de aseo. Las infraestructuras necesarias de cualquier grupo minero, con una gran plaza y cargue para el ferrocarril (2,18 has).

Segunda estación. Un poco más hacia arriba siguiendo la carretera hacia Piedrafita, existen también algunos restos de una pequeña explotación subterránea, lo que era conocido por los vecinos del pueblo como “la mína de Máximo”, en régimen de arriendo a MSP como titular de la concesión. Y por encima más hacia el norte, sobre el monte, el cielo abierto de Robledo, sin ningún tipo de restauración (53,84 has).

En el centro del pueblo, en el conocido como barrio de El Campo, la vieja residencia para trabajadores, cerrada desde que hace varios años los arrendatarios que mantuvieron un negocio de hostelería cerrasen sus puertas. Un edificio de buena construcción de fabrica en piedra, hoy ya en estado semiruinoso.

Tercera estación. Sin salir de Villaseca a poco más de un kilómetro de distancia del grupo Carrasconte aproximadamente, hacia el oeste, las instalaciones del grupo Lumajo al lado de la carretera que lleva desde Villaseca a la localidad de ese nombre, Lumajo. Parte de las instalaciones tienen nuevo propietario, la cervecera 1270. El resto bocaminas, en varios pisos, plazas y edificios auxiliares son parte de las ruinas (0,88 has). Y una escombrera sobre el monte al lado de la laguna del Castro (2,16 has).

Este grupo estuvo conectado por un ramal de vía para transportar el carbón extraído hacia el cargue del ferrocarril del grupo Carrasconte. Que primero se sirvió como el de Orallo de pequeñas máquinas de vapor y después de maquinas eléctricas. Una vez cerca del grupo Carrasconte, un plano inclinado cuyas vías pasaban bajo la carretera servía para salvar el desnivel de unos 50 metros.

Cuarta estación. Más hacia el norte en la braña de Robles de Laciana, existe un hueco en el terreno hecho en un intento de MSP de una explotación a cielo abierto, que los vecinos de esta pedanía consiguieron parar y ganarle a la empresa en los tribunales mediada la década de los 90 (3,2 has).

Quinta estación. Sobre la vertiente oeste de este mismo cordal las dos plantas de lo que fue la explotación de Sosas, con sus pequeñas plazas (0,71 has). Abierta esta mina para suplir el cierre del grupo Carrasconte en el año 2000 “con la mejor capa del mundo en calidad, la Cristal y una garantía de mina para 25 ó 30 años”, decía Victorino y la empresa en su revista corporativa “Rozadora” en aquellos tiempos. El grupo aguantó abierto cuatro años.

Continuando el viaje hacia el oeste llegamos a Villablino, pasando por Rioscuro, pueblo que afortunadamente nunca tuvo explotaciones mineras en su territorio por fallas en el terreno que lo dejaron fuera del mapa carbonífero.

Sexta estación. En Villablino en la zona oeste y al sur se encuentran las instalaciones del lavadero ya casi desmantelado en su totalidad (7,57 has) por el margen derecho del río Sil. Y en el margen izquierdo del río, las escombreras del lavadero, una legal hacia el sur en una vallina de la falda de Cuetonidio (9,77 has), con los permisos correspondiente y otra ilegal, adosada al promontorio del Castro de la Muela (5,41 has), por tanto en terreno de protección arqueológica. Paralizada por el Ayuntamiento, en el interregno de la moción de censura a Ana Luisa Duran (PSOE) presentada por IU (Guillermo Murias) y PP (Suárez Pastor), y que la sacó de la alcaldía durante dos años del 2005 al 2007. Además existen dos inmensos agujeros realizados por la empresa, entre la citada escombrera ilegal y el río Sil, que nunca nadie explicó el motivo por el que se hicieron, ni la finalidad. Aunque la sospecha generalizada es que así se hizo para fastidiar (lo que vulgarmente se dice “por joder”), por la paralización de la escombrera del Castro.

Adyacente a los terrenos del lavadero las instalaciones del sector Transversal del grupo Lumajo de Villaseca (2,47 has), con el que está conectado por una larga galería de más de 7 kilómetros y por un pozo de balanza vertical interior, que nunca se puso en funcionamiento y que costó más de 3.000 millones de pesetas, pagado con subvenciones en la década de los 80.

Con el cargue del ferrocarril, las instalaciones propias de un grupo minero con edificaciones para oficinas, cuartos de aseo, fragua, lampistería, sala de compresores, sala de trasformadores, almacenes, cocheras para las máquinas y todo el entramado necesario para las maniobras de vagones y su vaciado (basculación), tanto para carbón como para escombro. Y un detalle de la recreación en la plaza de una pequeña galería y un taller de mina en la que se efectuaron durante algún tiempo exhibiciones de las brigadas de salvamento durante las fiestas. Además de la presencia sobre unas vías de una máquina de arrastre marca “Felguera” y una cargadora “Eimco”, ya casi ruinosas ambas.

Además el sector deja otra ruina en el paraje de “Las Rapigueras – El Pando” justo al norte de la Plaza de Sierra Pambley, en la zona más antigua de Villablino, con una amplia escombrera ya en parte recuperada por la vegetación. En un fracaso notable empresarial de los años 50, que ante la falta de resultados ya fue abandonado en aquellos años. Quizá el único borrón de la dirección técnica de la MSP.

Séptima estación. Continuado desde el lavadero hacia el oeste pegados al cauce del río Sil por una carretera propia de la empresa, que va a conectar con la C- 631 Ponferrada – La Espina, a la altura del puente de San Efrén en el Km 62. Antes, llevamos a la derecha la vía del tren donde se acumulan los vagones ya casi comidos por la vegetación y llegamos a la vieja estación de Villablino del ferrocarril Ponferrada – Villablino (FFCC PV), con varios edificios propios de la estación y auxiliares así como el viejo hospitalillo, destrozados en su mayoría por vandalismo (2,41 has). El trazado de la vía de FFCC PV, nos llevará hasta el túnel que da salida a las vías de Laciana, bajo las aguas del embalse de Las Rozas, para sacar el tren por la base del muro del embalse a la altura de Villarino, ya fuera del municipio.

Además de la estación, MSP es propietaria de un gran terreno al lado de la estación donde se ubicaban las oficinas de la empresa en una gran nave moderna, semiprefabricada (0,36 Has) y el edificio conocido como “Casa Hotel”, parece ser que ya con nuevos propietarios (0,38 Has).

Todo este complejo está alrededor de la plaza denominada originariamente de los Reyes Católicos, destronados en la época del alcalde Pedro Fernández y sustituidos por un simple Plaza del Descubrimiento; supongo que no sería a causa de esa conquista absurda de una parte de la izquierda, para detestar todo lo que lleve la palabra católico.

Hay otro dato significativo en el callejero de la zona a que nos referimos. La calle que bordea por el norte las posesiones de MSP se llamaba desde los años 20 del siglo pasado, en que se hizo, Conde de Los Gaitanes, en agradecimiento del Ayuntamiento de Villablino, por haber comprado la empresa, presidida por el citado conde, los terrenos necesarios para su construcción y haber realizado las obras necesarias. Para darle a Villablino un acceso directo a la estación del FFCC, sin tener que ir hasta San Miguel y descender por la Avda. de Constantino Gancedo (otro benefactor de su pueblo y artífice de la construcción de la calle que lleva su nombre), con un trayecto que les ahorraba dos kilómetros largos de recorrido.

Al conde también le fueron enajenadas sus posesiones, por otro alcalde, en este caso Rodríguez Barrero, por “facha”, según se explicó en el pleno que decidió dar a esa calle el nombre de Buenverde, hermosa braña de Villager, pero sin relación alguna con el lugar.

Si nosotros somos incapaces, por malvados o por ignorantes, de conservar nuestra propia memoria y patrimonio. Mal van a venir otros a reconsiderárnoslo o corregir nuestras propias torpezas.

Octava estación. También al sur en las inmediaciones de la C – 631, al lado del cementerio de Villablino. MSP es propietaria de un amplio parque empresarial, lleno de naves y terreno para albergar un polígono industrial, siempre que se le dote de las infraestructuras necesarias (8,66 has), de una mayor extensión que el polígono industrial municipal ubicado en Villager. En otro paraje histórico de nuestro municipio el de San Mamés de Las Rozas, que bien merece un lavado de cara y remodelación.

Ya dentro del pueblo aún le queda el edificio de las que fueron durante más de 70 años, las oficinas centrales de la empresa en Laciana, el edificio conocido como de Utrillas. Con calidad suficiente en su construcción, como para un aprovechamiento futuro.

Grupos Oeste

Novena estación. Hacia el norte en el cordal que separa los valles del río de San Miguel y del río de Orallo las ruinas semirestauradas de la polémica y más mediática explotación a cielo abierto de MSP. La de El Feixolín (177,16 has). Una combinación entre turismo urbano y de naturaleza.

Por su ubicación, todas las explotaciones a cielo abierto de MSP situadas en los cordales montañosos que separan los valles y en altitudes de entre 1.400 a 1.600 metros. Son lugares excelentes para la contemplación del entorno, que si exceptuamos el destrozo de la explotación, siempre es magnífico y en ocasiones hasta grandioso.

Lo mismo nos va a ocurrir en Robledo, con excelentes vistas hacia Babia y Laciana. En Robles, un extraordinario mirador del valle desde Caboalles de Arriba hasta Villaseca, en El Feixolín o en Fonfría. Quizá el menos atractivo resulte el de Leitariegos.

Además existen, dos pequeñas plazas e instalaciones de unas explotaciones de montaña, que MSP abrió en la década de los 90 (2,6 has), en pleno apogeo, de lo conocido en argot minero como “chamiceo” (mina pequeña, casi improvisada, con malas condiciones de seguridad e higiene), al que era tan dado Victorino Alonso. Los ejemplos son evidentes (Sosas, Feixolín San Miguel y Feixolín en Orallo, un piso en Peñas, El Xaral). Así mientras iba cerrando los grupos con yacimiento e infraestructuras, mantenía ocupado al personal en estos garitos de mina, pues el carbón no le preocupaba, porque los cielos abiertos producían para MSP y aún para cubrir parte del cupo de Uminsa.

Lo mismo por la ladera oeste del cordal, en el lado de Orallo, con cuatro plantas que horadaban debajo del cielo abierto (1,4 ha). Además de las pistas de acceso destrozadas en la actualidad por los corrimientos del terreno, cuya evolución se ha encargado vigilar al Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

Décima estación. En la carretera que une Villager y Orallo a medio camino entre ambas pedanías, el pozo Calderón (2,46 has), con sus instalaciones de mina de interior además del castillete del pozo balanza. Hasta hace pocas fechas aún conservaba la sala de máquinas del pozo todo el material y la maquinaria, no sabemos hoy si aún perdura, lo han robado, destrozado o vendido.

Lo habitual que está ocurriendo en todos los grupos e instalaciones, robo y vandalismo. Pese a la repetición sistemática de este tipo de actos, según ha podido saber ILEÓN.COM no consta ninguna denuncia oficial por ellos.

Además de estas instalaciones están las pistas que desde Villager daban acceso a la explotación de El Feixolín, tanto de interior como de cielo abierto.

Onceava estación. Bolsada – Peñas. Este es uno de los grupos más antiguos de MSP y el primero en cerrarse en 1992, el año de la primera quiebra. El cierre ya estaba anunciado y se cumplió el día 31 de mayo de ese año.

Un grupo donde los guías de esta ruta 'turística', podrán explicar que llegó a tener más de 600 trabajadores en plantilla, 52 kilómetros de galerías útiles. Dos sectores, Bolsada y Peñas, conectados por un pozo de balanza interior y antes de eso por un pequeño ferrocarril, que por un ramal transportaba el carbón desde Orallo hasta la escombrera, para descender los vagones por un plano inclinado y bascularse para el cargue del ferrocarril PV.

Ese ramal es hoy un agradable paseo, por un bosque de vegetación de primavera a otoño, que desde Orallo nos lleva hasta Caboalles de Abajo o viceversa. Desde las instalaciones del sector Peñas cuya plaza exterior (4,36 has) conecta con lo que se llamó el grupo Orallo, cerrado ya hace años, aunque una galería se reabrió en los 90 para dar servicio a algunas capas de Calderón. Que contaba además con un plano inclinado para alimentar con material y sacar el carbón de los pisos superiores.

Lo mismo que el de Peñas, cuyo plano inclinado entre 1º y 4º servia para bajar el carbón y subir el escombro para una escombrera (1,89 has), que los vecinos han convertido hoy en un experimento de restauración denominado El Bosquiterio, en el que periódicamente realizan plantaciones de árboles para recuperar el terreno.

En el sector Bolsada, en Caboalles de Abajo también existió un plano inclinado entre el piso cero y el primero, que acarreo escombro suficiente para crear una gran escombrera (5,5 has.).

Los guías además podrían comentar, que desde Bolsada, por su galerías interiores se podía acceder a los grupos de María, también en Caboalles de Abajo, y Paulina en Caboalles de Arriba, o Caboalles Bajo y Caboalles Alto como se nominaban en los mapas antiguos.

Las instalaciones del sector Bolsada están prácticamente comidas por la vegetación en el lado derecho de la carretera León - Caboalles (LE – 623), que en este tramo coincide con la Ponferrada – La Espina (C – 631). Lo que nos puede dar una idea de lo que tarda el terreno en reabsorber las irregularidades que sobre él construimos. El terreno situado en el margen izquierdo de la carretera da una mayor sensación de ruina (0,84 Has).

Doceava estación. El grupo María (O,9 has.) hasta hace poco menos de dos décadas, tenía como dos sectores el pozo de balanza vertical y lo que se denominaba Maria La Vieja, con una galería abierta con un pozo de plano inclinado para el acceso al interior, allí estaba también la sala de compresores, transformadores, y el hospitalillo de este sector oeste.

En la primera década de este siglo XXI la empresa derruyó todo,menos el edificio del hospitalillo, alisó y asfaltó el terreno en un gesto restaurador inédito. Entre los vecinos de Caboalles se explican estas obras para impedir que aprovechasen la piedra de las edificaciones, algunas en ruina, debido a los problemas que le habían planteado a la empresa en la explotación de Fonfría, no aceptando las compensaciones que la empresa ofrecía en forma de dinero y amenazando con ir a los tribunales. Cualquiera sabe, pues nunca se dio versión oficial sobre ese arrebato restaurador realizado en cuatro días.

Parte de la historia más negra del pozo Maria se ha revivido en los días pasados con dolor, y con el cariño del recuerdo por el trágico accidente de 1979.

Treceava estación. Cielo abierto de Fonfría. Sobre el cordal que separa los valles del río de Orallo y el de Caboalles de Abajo, este último en su parte más alta sobre la braña del pueblo (350 has.). Como el de El Feixolin restaurado en parte por la Junta de Castilla y León después de la liquidación de la empresa y con fondos propios, obligada por la sentencia de tribunal de la UE sobre los cielos abiertos de Laciana y Babia, de 24 de noviembre de 2011.

Y decimos en ambos casos restaurados en parte, porque ahí están para verlos. Porque son irrecuperables, en lo que la ley entiende por restauración (RD 975/2009, de 12 de junio, sobre ... y de protección y rehabilitación del espacio afectado por actividades mineras) que dice textualmente: “Rehabilitación: el tratamiento del terreno afectado por las actividades mineras, de forma que se devuelva el terreno a un estado satisfactorio, en particular en lo que se refiere a la calidad del suelo, la forma, los habitats naturales, los sistemas de agua dulce, el paisaje y los usos beneficiosos apropiados”.

Cualquiera que conozca los cielos abiertos de Laciana y Babia, sabe que cumplir esas condiciones es totalmente imposible en explotaciones de montaña. Máxime como se le permitió explotar a la empresa, sin cumplir tan siquiera los planes de labores y de explotación, creando grandes taludes no previstos. En zonas llanas, entraría dentro de lo posible lograr ese tipo de restauración.

Además incluiremos en este paquete otro de lo ejemplos de la época de “chamiceo” en MSP, el denominado sector “El Xaral” (1,5 has.) al otro lado del valle de la braña de Caboalles de Abajo. Que no dejan de ser los pisos 6º, 7º y 8º del antiguo grupo Bolsada denominados por aquel entonces, Rodeviejas.

Porque esa manía de cambiar los nombres, se preguntará el turista. El guía lo tendrá fácil explicando que se hace para que la Comisión Europea no lo percibiese, que por el cierre de esas instalaciones y el abandono de ese yacimiento ya había pagado a MSP en 1992.

Si repiten nombre, resultaría grosero que no saltase alguna alarma. Como ocurrió en el grupo Maria, que en 1997 la UE subvencionó el cierre y abandono de esa explotación y posteriormente ante la continuidad de la actividad en el grupo exigió la devolución de las ayudas si no se cumplía lo pactado. Motivo por el que se montó aquel esperpento de un derrabe grandioso de carbón debido a los altos índices de grisú que obligaba al cierre inmediato de la explotación.

Mencionaremos aquí el primer cielo abierto de MSP en Laciana, el de Leitariegos, entre la chanada de puerto y el valle de la braña de Caboalles, iniciado en mayo de 1985. Del que hay abundante documentación en prensa por la polémica que suscitó en su momento entre el ayuntamiento, presidido por Rodríguez Barrero y la empresa. La división social entre partidarios y detractores. Una acampada en el mismo y su desalojo por parte de la Guardia Civil.

Catorceava estación. Paulina (1,40 has.) en el extremo más occidental del municipio ya en los límites don Asturias. Otro de los grupos históricos de la empresa donde la vegetación ya casi come por completo la mayor parte de sus instalaciones, recordándonos a esas selvas casi tropicales americanas y asiáticas, que terminan por engullir los vestigios de las viejas civilizaciones autóctonas.

Además fue durante muchos años la conexión con la empresa que explotaba al otro lado de la Collada de Degaña, en Cerredo. Hullas del Coto Cortés (HCC), a la que en el 2008 terminó por absorber MSP. Esa conexión fue la línea de baldes, que desde Cerredo transportaba el carbón de HCC hasta las inmediaciones del grupo para luego ser lavado y cargado posteriormente en el ferrocarril PV. Por ese motivo ha dejado una amplia escombrera, de la que no es culpable MSP (2,74 has.).

Subiendo por el camino de la braña de Caboalles de Arriba, un poco más al norte nos encontramos con otras dos instalaciones mineras, las de la Mina Escuela (1,2 has) sobre una antigua concesión de MSP cedida para crear este centro de formación y un poco más hacia arriba las correspondientes a la mina La Escondida (1,8 has.) de la empresa Hijos de Baldomero García, con dos escombreras en la parte superior (3,17 has.).

Lo que hace un total de más de seis millones de metros cuadrados afectados por explotaciones mineras o suelo industrial minero en Laciana: 584,20 has. de cielos abiertos, 34,57 has. de escombreras y 44,87 has. de suelo industrial. Las medidas están tomadas con el SIGPAC en aproximación y siempre tirando a la baja, excepto las de Fonfría, sacadas de la Declaración de Impacto Ambiental y las de El Feixolín, tomadas de la reciente sentencia condenatoria a Victorino Alonso.

A eso debemos añadir las decenas de kilómetros de pistas en los montes, de columnas de tendidos eléctricos repartidas por diversos lugares, la multitud de pequeñas escombreras, menos visibles, y los agujeros en forma de bocaminas o cales de pozos a la superficie. Algo que al menos se debería inventariar, si es que la empresa no lo tiene ya hecho en sus archivos.

Otros elementos para la ruta, el factor humano

Aquí ya podemos comenzar con la literatura o con un amplio y extenso anecdotario, que nos permitiría tener a los turistas embebidos durante días y quizá meses. Si somos capaces a recuperar esas historias que muchos de los que aún hoy viven nos pueden contar, pero que dentro de unos años ya se irán convirtiendo en mitos o leyendas, cuando los que las cuenten sean ya sus hijos o nietos, que las oyeron contar a sus padres o abuelos.

Por eso sería conveniente que alguien dedicase tiempo y esfuerzo a recoger esos testimonios y dejar constancia sonora y visual de los mismos. Y de verdad que hay mucha gente, que cuenta “las historias de la puta mina” muy bien y tienen además unas memorias prodigiosas.

Así podríamos aderezar las explicaciones a los grupos de turistas entre plaza y plaza de Villaseca, con la historia del vecino del pueblo Martín García Alonso que en 1945 recibió la Medalla al Mérito en el Trabajo, porque con sus 75 años, aún trabajaba en el interior de la mina, lo que llevaba haciendo desde 1884, que entro por primera vez a trabajar e una mina. A quien se le rindió homenaje y se le hizo la entrega del galardón en las fiestas del pueblo de aquel año (actas municipales de 21 de enero y 16 de junio de 1945).

O al discurrir entre el lavadero y la estación, narrar sobre la figura y actitud severa de don Tomás Iglesias Fernández, que fue jefe de movimiento del FFCC PV. Quien al revisar los libros de la estación de Villablino y ver en ellos faltas de ortografía, subía en sus visitas de inspección desde Ponferrada con un libro de dictados de Luis Miranda Podadera, y con todo el personal de la estación convocado les hacia dictados, como maestro de escuela, corrigiendo con lápiz rojo los libros, hasta que acabó con las irregularidades ortográficas, que el creía eran un mal hábito.

También podemos darle un aire melodramático contando la historia trágica de un amor despechado. Que acabó con una mujer que se arrojó a las vías ante un desengaño amoroso en el viejo trazado del tren antes de la construcción del embalse de Las Rozas.

Anécdotas sobre el ferrocarril, que me contó Manuel Prieto González, que fue trabajador en el mismo y posee una memoria enciclopédica, en la que guarda un tesoro para contar.

Y por que no, historias divertidas como esta que me contó hace años Rafael Grueso, quien además tiene aire y salero para contarlas. En los años 60, cuando MSP mandaba reclutadores por Andalucía y Extremadura en busca de mano de obra, por la escasez de la local, que ante los bajos salarios y las condiciones de la mina, que emigraban al País Vasco, Cataluña, Madrid o países de Europa.

Llegó un grupo de esos trabajadores venidos desde el sur. Y después de su primera jornada, dos amigos, uno quedó en el exterior y al otro lo destinaron al interior. El del interior cuando salió le dijo a su amigo – “¡Quillo, vámonoz de aquí, que ezta gente eztá loca, quieren zujetá la montaña con unoz palititoz!”. Y, según el narrador, esa fue su experiencia minera.

Hay tantas historias para contar, que podrían dar a los guías interminable materia para no repetirse en años. De tipo legal, naturalista, humano, trágico, cómico, social, de hábitos sociales.

Explicar como se celebraban las fiestas de forma oficial, con deportes, competiciones laborales, premios a los trabajadores o comidas. Como los niños iban a las llamadas escuelas de Ave María de la empresa, en Villaseca y Villablino. Como se fueron construyendo los distintos grupos de cuarteles o las llamadas viviendas sociales. Como la empresa fue declarada por el régimen en 1956, “Empresa Ejemplar”. Como generó un ingente transito de personas. Como y donde se ubicaron los batallones de presos políticos y cuales fueron sus condiciones de vida. Como había gente que solo trabajó en la mina para librarse de la mili. Porque se compraban los periódicos atrasados en los kioscos para envolver la merienda de la mina. Y cuantas cosas se nos ocurran de este siglo transcurrido.

Por eso es tan necesario el archivo de MSP, porque en el se guarda parte de esa historia, no sólo técnica, también humana.

El colofón

Todo esto, un poco en broma un poco en serio viene a cuento de la situación en que la liquidación de la empresa deja a la comarca de Laciana plagada de ruinas y desaguisados, que mal que bien se deben arreglar.

La ley obliga a las empresas a asumir los costes de la restauración, en este caso ya es imposible, pero las administraciones son responsables civiles subsidiarias y las deberán afrontar según la ley, que ya se mencionó para definir las restauraciones. Por tanto son las obligadas a exigir al juzgado que liquida la empresa, que esa demanda de fondos se incluya en la lista de acreedores. Si no lo han hecho, ya no pueden hacerlo, porque el juzgado ya ha cerrado hace tiempo el listado de acreedores.

Ahora tendrán que afrontar y así lo deben exigir los vecinos y las administraciones más próximas (ayuntamiento, pedanías) la reparación de los daños y alteraciones, tanto al gobierno central como al autonómico, con responsabilidades en cuestiones de minas.

De momento el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), cuya titular Teresa Ribera ha visitado recientemente El Bierzo, ha asegurado que van a firmar el próximo año, en mayo y septiembre, cuatro convenios en Castilla y León en base al “acuerdo marco para la transición justa de la minería del carbón y el desarrollo sostenible de las comarcas mineras” firmado por el ministerio y los sindicatos el 24 de octubre de 2018. Uno para Laciana y Babia, otro para el Bierzo, un tercero para La Pola de Gordón y La Robla y el cuarto para Velilla y Guardo.

Lo mismo prometió el 14 de octubre en Asturias y el 21 del mismo mes en Aragón y en la primavera en Puertollano (Ciudad Real). Según las notas de prensa del propio MITECO, con una inversión en torno a los 600 millones de euros para todos ellos, para el periodo 2018 - 2030. En ninguna de las notas se especifican cantidades particulares. Y en esa inversión, van metidas las restauraciones, las ayudas a proyectos empresariales y generadores de empleo, la formación de trabajadores.

Si repasamos el BOE. Los mayores gastos del MITECO desde su creación el 7 de junio de 2018, han sido en costes de traslados de mobiliario y material, del propio ministerio o en gastos de ordenación del mismo, si exceptuamos una subvención al Gobierno Vasco de 100.000 para un evento internacional sobre medioambiente el 9 de abril de este año, otra subvenciones de 1 millón a la Universidad Politécnica de Madrid y de 150.000 euros a el Servicio de Salud del Principado de Asturias el 17 de abril de este año. Y por último el regalo al gobierno vasco el 16 de octubre de este año, de todas las instalaciones y terreno que ocupa la antigua central nuclear de Lemoniz (Vizcaya), 35 has. de suelo urbano y 145 has. de suelo no urbanizable.

También el ejecutar acuerdos del convocatorias de ayudas de 2017, para reindustrialización por 12,5 millones o anunciar concurso de ayudas a la restauración, para empresas que hayan cerrado el 31 de XII de 2018, 20 millones de euros repartidos así: 7 millones en el 2020, 3 millones en el 2021, y 5 millones en el 2022 y lo mismo en el 2023.

Por todo ello la esperanza de reparación de lo dañado a corto o medio plazo es más que dudosa. Mejor nos ponemos ya a la labor de preparar esas rutas turísticas, que al menos algún beneficio le sacaremos y a los guías les daremos una ocupación, no se sabe si remunerada o no, pero al menos estarán ocupados.

Etiquetas
stats