El sostén de socialistas en la Diputación de León

Cendón, Llorente y Morán. // Peio García / ICAL

Máximo Soto Calvo

La legislatura en curso, para la que la formación leonesista aportó su grano de arena a fin de aupar a la presidencia de la Diputación a los socialistas de Cendón, en la persona de Eduardo Morán... ¿Va a tomar otro rumbo? Me pregunto esto, que sin duda estará en la mente de los preocupados leoneses por su provincia, ante la ruptura del pacto PSOE-UPL.

Antes de traer aquí algunos puntos a considerar, se hace necesaria una matización respecto a “los socialistas de Cendón”, que no va como peyorativo hacia las bases, sino para marcar el prurito partidista conducente que se otorga el secretario provincial, que viene de perder una pelea interna, con José Antonio Díez, alcalde legionense, dadas las discrepancias en lo leonés, patrimonio y amarre autonómico a desfacer, que a ambos les sirve de confrontación. Puede que estemos hablando de una herida difícil de cicatrizar.

Pero es en la Diputación de León, la parte del terreno provincial de juego, donde la UPL ha sufrido en sus propias carnes, y por ende la ciudadanía, los incumplimientos del gobierno central nos afectan a todos, les hayamos o no votado. Ábalos estuvo aquí como muestra de que se implicaba el gobierno central. Un claro ejemplo de “prometer hasta meter...”. Es evidente que no tener voz en el parlamento nacional y por tanto voto con el que negociar, aquello se queda en... “de lo prometido nada”; y les sale gratis. Si bien no se fue de vacío, Díez, el alcalde, supo calentarle las orejas de forma bien elaborada.

Hablamos para un pueblo sufridor, el leonés, en este caso el provincial leonés, que viene padeciendo también una desatención socioeconómica autonómica, si cabe más sangrante que la de las otras dos provincias de la región leonesa, quizá como castigo por haber estado ya desde los primeros compases, los preautonómicos (y no haber cejado), en contra de ser incorporado a un ente autonómico no deseado y sujeto al centralismo castellano ubicado en Valladolid.

¿Sin Matías Llorente?

Sin Matías Llorente, de León y sindicalista agrario, bien entrenado en estos menesteres, veterano en saber moverse a sus conveniencias en política y sin partido, hasta ayer nominalmente diputado por UPL, roto el pacto, no entrega el acta, y sigue con su escaño, la formación leonesista deja de tener representación en la Diputación.

Por otra parte, siempre he creído que Matías no era regionalista leonés, mucho menos leonesista por convicción, si acaso por coincidencia del momento y ocasión. Entonces cuál era el juego posicional de UPL, es fácil responder, conseguir votos con él para la formación, que por supuesto le suponían escaño provincial a Matías, y la derivada, con su influencia se podían cosechar votos de cara a las urnas autonómicas. Un juego de intereses. Ahora aparentemente enfadado por la ruptura, se las canta a UPL: “Igual que se sube se baja”.

Cuando se planteó la posibilidad de proponer una moción provincial para la autonomía leonesa, la respuesta de Matías fue muy gráfica, “no hay tempero”. Ya en su momento esto me llevó a pensar que UPL aparte de figurar con un miembro en la Diputación no se estaba haciendo ningún movimiento pedagógico leonesista, y ello por razones obvias, no había profesor.

Tampoco podemos hablar de compartir influencia partidista, pues lo de UPL en política es ocasional, y Matías demuestra carecer de implicación sentimental leonesista. UPL debe laborar en el cultivo del ser leonés, en nuestro derecho identitario y en el constitucional de autonomía propia. Por supuesto, y sin dejar de atender a los puntos señalados, se puede y se debe entrar en los asuntos socieconómicos. Ante cuáles, y en el cómo abordarlos con perspectiva política (compatible su afronte con una u otra mano) debe mostrar su neutralidad; lo buscado es todo aquello que pueda aportar bienestar, no perder los trenes, y nunca mejor dicho, como en la práctica nos ocurre tanto material como simbólicamente.

Ciego control de lo leonés

Al ente le va bien que la Diputación se ciña a lo provincial leonés, sensu estricto, pero UPL, dado su papel defensivo, recogiendo y potenciando el sentir leonés no se debe aislar del más amplio espacio, el regional leonés, ése que el ente tata de bloquear siempre, y que si Matías no veía como compromiso el intentar corregirlo, en UPL debería haber estado la respuesta.

El voto cedido en apariencia por UPL, que se apuntaba el tanto, pero otorgado por Llorente para conseguir un gran logro: la vicepresidencia, daba el control de la institución provincial al PSOE de León (Cendón), que comparte con el autonómico (Tudanca), ciego control de lo leonés. El puesto, ha querido demostrar Llorente, que no le viene grande, hay que decirlo, ha sabido darlo contenido, digamos ejecutivo, y hacer cosas.

Como cualquier ciudadano que esté moderadamente atento a nuestro devenir provincial, sé que el ente es cicatero con la institución en los presupuestos, no cumple en determinados campos, que la Diputación ha de paliar con sus escasos medios, y que recuperarlo es todo un ejercicio de nunca acabar.

Las promesas del PSOE

Cendón se las promete muy felices, no pierden la Diputación si Matías ejerce en cierta manera de tránsfuga, y al gobierno nacional le queda más de año y medio de legislatura, dice, para poder culminar aquello, ¡ahí va la zanahoria!, ya empezado, o acometer con diligencia otros asuntos pactados como Torneros, polígono logístico, Villadangos ampliado, red de carreteras... En general dotarnos de infraestructuras con visión europea. El AVE y su control que nos prometió Zapatero, e inició hay que decirlo, es asignatura pendiente. O el Incibe, que alguna mano parece frenar, junto a otras de ámbito más local: San Marcos, Emperador, Feve, Ciudad del Mayor, etcétera. Un ambicioso plan (¡Meramente de intenciones!) que se va a quedar en falso interés cumplidor.

Cendón, sabe perfectamente que para seguir el compromiso y cumplimentar lo mayor, se ha de levantar la voz en Madrid, en el parlamento, y que “es muy urgente” pues los compañeros de legislatura, de amplio espectro, con los que gobiernan el presidente Sánchez, está por ver hasta cuando le siguen apoyando. En política incumplir parece casi norma, y Matías también debe saberlo.

Etiquetas
stats