Antonio Colinas profundiza en su “testimonio de una vida” con la cuarta entrega de sus ‘Tratados de armonía’

Rubén Cacho / ICAL El poeta leónes Antonio Colinas en su casa de La Bañeza (León)

César Combarros / ICAL

“Comencé a trabajar en 'Tratado de armonía' en los primeros días de 1986. (...) No creo que se pueda hablar de 'pensamientos' al enjuiciar el género de este libro. ¿Aforismos, reflexiones, impresiones, contemplaciones? Acaso me decidiría por este último significado, pues casi todas las partes del libro nacían de una contemplación objetiva y serena, de una impresión vivida sin prisas en el medio de la naturaleza pura”.

Con esas palabras preliminares, Antonio Colinas presentaba en 1991 la primera entrega de sus 'Tratados de armonía', un “testimonio de una vida” que acaba de alcanzar su cuarta entrega, tras la publicación en 1999 de 'Nuevo tratado de armonía' y en 2010 de 'Tres tratados de armonía'. Siempre de la mano de Tusquets, el poeta bañezano, afincado hace décadas en Salamanca, profundiza ahora con 'Tratados de armonía' en el que quizá sea su proyecto literario y vital más personal con más de 200 nuevas páginas que se suman a los tres tratados anteriores, que también se incluyen en este nuevo libro, “revisados y pulidos” en cierto modo por el autor.

“Siempre he trabajado en varios géneros, con especial predominio de la poesía, que nos ofrece un lenguaje ideal para transmitir las cosas, pero en aquel momento empecé a escribir una serie de textos diferentes, que podríamos considerar como aforismos o pensamientos, fragmentos de viaje o de diario, o incluso poemas en prosa. Esos momentos, que nacían de situaciones especiales, me llevaron a iniciar esta serie de textos que yo siempre recomiendo”, explica el poeta a Ical.

Colinas explica que “este libro es testimonio de una vida, porque hay mucha vida en él, sobre todo de los años en Ibiza, con ese protagonismo de la naturaleza, pero también está el diálogo constante de mis orígenes, de nuestra tierra, con ese mundo mediterráneo con el que contacté en los cuatro años de Italia, y que ahora también asoma a veces. Es también un libro de viajes en doble sentido, físico e interior”, subraya.

Cinco apartados

Así, este cuarto tratado de armonía, que es por sí solo tan voluminoso como los tres anteriores juntos, se conforma de cinco capítulos independientes. El primero está dedicado a 'Una lectura de Pasternak', donde el autor de 'Sepulcro en Tarquinia' se acerca al Premio Nobel ruso, desgranando su obra maestra ('Doctor Zhivago') para reivindicar “la independencia del intelectual frente a la barbarie de la guerra”, un tema tristemente “muy vivo” en la actualidad, tras la invasión rusa de Ucrania.

A continuación, en 'Del otoño avanzado de la vida' invita al lector a “imponer otro ritmo a la vida”, recorriendo algunas lecturas o relecturas personales acompañado por sus cómplices musicales predilectos, mientras los días más crudos del confinamiento se cuelan entre las páginas (“En estas semanas de reclusión hay días, horas, momentos, en los que me parece que mi vida es una página en blanco”, escribe).

El volumen dedica entonces sendos capítulos a dos viajes que Colinas realizó a Israel y a Palestina (que engloba en su 'Cuaderno de Jerusalén') y a Corea del Sur ('En la Montaña Kumgang', que califica como “la cima de las cimas, una montaña sagrada para todos, que no sabe de siglos, ni de palabras enfrentadas, ni de ideologías extremas”), con los que da por cerrado “lo que pueda haber de relato en el libro”. Fue la irrupción de la pandemia, precisamente, lo que le hizo buscar un cierre diferente al volumen, que concluye con el apartado 'Sobre el Respirar'.

“A lo largo de toda mi vida he trabajado mucho con el hecho y el tema del respirar. Al hilo de la situación actual pensé que el cierre tendría que estar relacionado con ello, no solo con el respirar físico, porque si no respiras enfermas y mueres, sino también con ese respirar interior, respirar el ritmo del poema, con la idea de armonía en definitiva, que no solo nace de un estado placentero, de plenitud, sino que llega después de las dificultades, de las pruebas o de la muerte de los seres queridos. Es entonces cuando aparece la armonía, que no es un término que aceptar a la ligera”, reflexiona.

Mirar hacia adentro

Tras advertirle de que en países centroamericanos como Honduras o El Salvador utilizan el término armonía como sinónimo de curiosidad, Colinas reconoce que en sus 'Tratados de armonía' “hay mucho de búsqueda”. “La poesía es una forma de ser y de estar en el mundo, pero también es una búsqueda, es una vía de conocimiento. El lector verá que en este libro me planteo muchas preguntas, para algunas he encontrado respuesta y espero que el lector también la encuentre”, señala.

En la coda final del cuarto tratado, Colinas invita al lector a “mirar hacia adentro y respirar”, algo que, como él mismo reconoce, “en estos tiempos quizás es difícil”. “Lo que importa es el instante de oro, el presente. Como decía Machado, el pasado ya no existe y el futuro aún no ha llegado, así que cuando uno está encerrado no hay más remedio que la mirada y el viaje interior, y en ese viaje interior cuenta mucho la práctica de la respiración física y también existencial, de carácter órfico”, señala.

En sus 'Tratados de armonía' el lector reconocerá la “visión global de una vida diferente”, la que “humildemente” le ha tocado vivir al autor, desde que en su infancia ya percibió que “veía todo de una manera diferente”. Aquel momento iniciático dejó paso en la adolescencia al “estallido de la poesía y la escritura”, tras lo cual luego toda su vida ha estado “subordinada al testimonio de la escritura”.

“Entre otras cosas, el lector encontrará en estas páginas una vida 'extraterrestre', la vida de una persona que aparentemente está fuera de la realidad pero, como yo digo siempre, el poeta no solo no está fuera de la realidad, sino que trabaja con la realidad, y en el libro se puede ver cómo esa realidad nos asalta a cada momento. Sobre todo cuando asoma en las partes últimas la presencia de los totalitarismos ideológicos de uno u otro signo, que desembocan en guerras como la presente. Por eso casualmente el libro tiene una cierta actualidad en estos momentos”, concluye.

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