La provincia de León perderá el 6% de su población en la próxima década

gente en el centro de la ciudad por Semana Santa

Antonio Vega

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística la provincia de León seguirá su particular cuesta abajo en cuanto a tamaño de su población durante la próxima década. Hasta un 6% de su población se perderá hasta el 2022, quedando la cifra proyectada en 449.725 habitantes y alejándose así de la mítica cifra de 500.000 habitantes.

El declive poblacional hará que el saldo poblacional pierda cada año entre 2.000 y 3.500 habitantes según las proyecciones del INE. Esta pérdida es más acusada que en el resto del país, para el que se calcula una pérdida del 10% en los próximos 40 años.

Según el INE el saldo migratorio no obstante será positivo para la provincia, aumentando los inmigrantes en 1.778 personas en la próxima década. En cuanto al saldo migratorio interprovincial, León seguirá perdiendo población hacia otros lugares de España hasta el año 2016, convirtiéndose en positivo a partir del 2017 con un leve incremento hasta el 2022. La pérdida poblacional se explica por el envejecimiento progresivo de su población y el balance natural que esto provoca en el saldo poblacional.

La tasa de dependencia (mayores de 64 años y menores de 16 años) pasará en el 2022 a ser del 62,6% frente al 57% que se registrará en el 2012. Aumentará tanto en los mayores de 64 años como en los menores de 16 años.

Las tendencias demográficas actuales llevarían a España a perder una décima parte de su población en 40 años.

Proyecciones nacionales.

Si se mantuvieran en un futuro las actuales tendencias demográficas, la propia estructura de la población de España nos llevaría a un escenario de pérdida progresiva de habitantes en las próximas décadas. Así, en el año 2022 España contaría con 45,0 millones de habitantes, un 2,5% menos que en 2012. Y en 2052, la población de España se cifraría en 41,5 millones, un 10,2% menos que en la actualidad.

En los próximos años España continuaría registrando un paulatino descenso de la natalidad. Así, en 2021 nacerían 375.159 niños, casi un 20% menos que en el último año. Hasta 2031 se registrarían 7,7 millones de nacimientos, un 9% menos que en los últimos 20 años. El descenso de nacimientos vendría determinado por la propia estructura de la pirámide poblacional, debido a una progresiva reducción del efectivo de mujeres en edad fértil. Por ello, el número de nacidos no volvería a crecer hasta 2030 –una vez superado el efecto que produjo la crisis de natalidad de los años 80 y primeros 90 sobre la pirámide poblacional femenina–, aunque volvería a decrecer a partir de 2040. En cualquier caso, en los próximos 40 años nacerían en España 14,6 millones de niños, un 24% menos que en los últimos 40. Esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que la fecundidad mantuviera la tendencia ligeramente favorable de la última década, lo cual llevaría al número medio de hijos por mujer hasta 1,51 en 20 años y 1,56 en 40, frente a los 1,36 de 2011. A su vez, con la tendencia actual, la edad media a la maternidad proseguiría su tendencia ascendente hasta alcanzar los 31,5 años en 2051.

De mantenerse los ritmos actuales de reducción de la incidencia de la mortalidad por edad sobre la población de España, la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los 86,9 años en los varones y los 90,7 años en las mujeres en 2051 (con un incremento de casi ocho años y de seis años, respectivamente). Eso significa, además, que la diferencia entre la esperanza de vida femenina y masculina se reduciría en 2 años hasta entonces. Por su parte, la esperanza de vida a los 65 años aumentaría a 24,0 en los varones y a 27,3 en las mujeres, casi seis y cinco años más que en la actualidad, respectivamente.

En cualquier caso, una estructura demográfica cada vez más envejecida produciría un continuo crecimiento del número anual de defunciones. Así, en los próximos 40 años morirían en España unos 17,9 millones de personas, un 34% más que en los últimos 40. Con todo ello, el saldo entre nacimientos y defunciones entraría en una dinámica continuamente decreciente. De hecho, estos resultados nos ofrecen una perspectiva de crecimiento natural negativo desde 2018, lo cual aceleraría el declive poblacional.

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