León y Valladolid se conjuran para que nada, ni el aeropuerto, distorsione su nuevo 'hermanamiento'

Silván, Puente y el abad de San Isidoro frente al monolito de las primeras Cortes democráticas, nacidas en el Reino de León.

Carlos J. Domínguez

León y Valladolid, año cero. Los alcaldes de ambas capitales se han reunido hoy en León para hacer borrón y cuenta nueva en sus mutuas relaciones, según insistieron sendos alcaldes, el popular Antonio Silván y el socialista Óscar Puente, en su encuentro con los medios de comunicación tras una mañana de reuniones, gestos y paseos. Esa es la verdadera, casi la única noticia de la 'cumbre' institucional e inédita, dado que tampoco se ha avanzado en proyectos comunes concretos, reconocieron.

Y fieles a esta filosofía, no se movieron un ápice del 'buen rollo' ni a causa del histórico enfrentamiento por el impulso -o el ataque- a sus respectivos aeropuertos, ni por los proyectos económicos, industriales y generadores de empleo a los que aspiran ambas ciudades, como el centro logístico agroalimentario, por poner algunos ejemplos de los que se les preguntó expresamente. Al contrario, los alcaldes ni siquiera descartan estudiar un hipotético título de ciudades hermanadas aunque, como se apresuró a aclarar Silván, “este hermanamiento ya se va a materializar en el día a día”.

Los gestos conciliadores y los compromisos de trabajar en común a partir de ahora, en vez de enfrentados, fueron la nota predominante. Puente, que elaboró concienzudamente y personalmente su discurso por considerar este día como “un día grande” en sus tres meses de mandato, destacó que no son partidarios de “buscar en la historia elementos distorsionadores y disgregadores”, porque se considera “incompatible con nacionalismos y localismos”. Y negó que bajo su mandato se vuelva a la época de alimentar polémicas para sacar “rédito político”: “Valladolid no es más que León ni León más que Valladolid, no son más por estar enfrentadas o divididas. Por eso, quedan desterrados los tiempos en los que hablar mal de Valladolid daba votos en León y al revés”.

Silván recordó, por ejemplo, que la colonia leonesa en Valladolid ronda las 15.000 personas, para defender que “no es el momento de mirar al pasado, sino al futuro, y ahí no hay ningún tipo de rivalidad”.

Y los discursos -realizados intencionadamente a los pies del lugar donde se convocaron las primeras Cortes democráticas del mundo por un rey leonés en 1188, como símbolo de “acuerdo y entendimiento”- blindaron a partir de entonces cualquier tipo de polémica. Porque preguntado Óscar Puente por sus declaraciones a favor de un único aeropuerto en Castilla y León, el de Valladolid, cuando era concejal en la oposición, hoy defendió que se trata de “discrepancias estériles”, entre otras cosas porque “la política aeroportuaria no depende de los alcaldes”. Asunto este que para Silván “quedará en un segundo o tercer plano” a partir de ahora.

Respecto al Centro Logístico Agroalimentario de Castilla y León firmado para Valladolid y no para León por su antecesor, León de la Riva, con el entonces consejero de Fomento, Antonio Silván, tampoco hay polémica posible, porque Óscar Puente reconoció que “aunque nosotros necesitamos completar nuestra estrategia industrial, muy dependiente del sector de la automoción, éste es un proyecto que está más verde de lo que se cree”.

Por último, ambos descartaron que este primer encuentro de una nueva época de “coluntad integradora” haya generado “chispas” en sus respectivos partidos políticos. Y con esto, continuaron el paseo por la ciudad. La apróxima cita, aún por situar en el calendario, la de Antonio Silván en Valladolid.

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