La represión de la usura: Don Gumersindo de Azcárate, León y el Derecho

Gumersindo de Azcárate en las inmediaciones del Congreso de los Diputados

Por Diego García Paz

“Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso, o en condiciones tales que resulte aquél leonino, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario a causa de su situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales.”

El texto anteriormente reproducido, de una actualidad patente, se inserta en la Ley de Represión de la Usura, de 23 de julio de 1.908. Se trata de una de las normas jurídicas más antiguas del Derecho español y vigente al día de la fecha, siendo mantenida su eficacia por las sucesivas normas sustantivas y procesales, pues la realidad social contemplada en ella no ha quedado anclada en el pasado, sino que, muy por el contrario, resulta ser el reflejo de las circunstancias económicas y jurídicas del presente, en el que la falta de recursos derivada de la crisis económica ha conllevado a que muchas personas se vinculen en fórmulas contractuales, reales o personales, inasumibles. El término leonino de aquel antonces es el abusivo o injusto de hoy. La Ley de Represión de la Usura trató, y trata en la actualidad, de evitar que las situaciones de precariedad económica se vuelvan cíclicas, pues la imposibilidad de pagar los intereses desproporcionados de un préstamo no produce sino una situación de crisis perpetua.

El autor de este texto legal es un insigne leonés, Don Gumersindo de Azcárate (León, 1.840 – Madrid, 1.917), Letrado de la Dirección General de los Registros, catedrático, diputado en Cortes por León, filósofo y Académico de la Historia.

La llamada Ley Azcárate es la expresión, en el Derecho, del pensamiento de esta importante personalidad, que tuvo una dimension decisiva en la creación de la Institución Libre de Enseñanza, cuna de la modernización de todas las ramas del saber, y de una trascendencia y repercusión para la cultura fundamental en la Historia de España. Buena parte de la impronta de la Institución de la que D. Gumersindo de Azcárate fue uno de sus artífices ha quedado en la Fundación Sierra-Pambley, radicada en León, con su Biblioteca Azcárate como recuerdo imperecedero de la polifacética obra de un leonés adelantado a su tiempo y orgullo para todos los juristas e intelectuales de España.

En este año 2.017, tan especial para León, por ser el tiempo en el que se conjugan multiples aniversarios de hechos históricos esenciales, no puede faltar, en el centenario de su fallecimiento, el recuerdo a este leonés que contribuyó con su obra a posicionar a nuestra tierra en la punta de lanza del saber jurídico.

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