La Región Leonesa ha sufrido el 85% de todos los incendios forestales de la Comunidad en 2017

Brigadistas de la Junta de Castilla y León. / J. L. Leal / ICAL

Año de desastre. No hay otro calificativo. La sequía y el calor, aliados con la acción del hombre más o menos intencionada, han convertido 2017 en un nuevo año de récord en destrucción de los montes a causa de los incendios. Récord que roza los niveles máximos históricos del año 2012 (incendio de Castrocontrigo) y que se ceban más que nunca en la provincia leonesa, por un lado, y en la Región Leonesa que suma a las tres provincias del oeste de la Comunidad, León, Zamora y Salamanca.

Entre esas tres últimas provincias, la superficie de montes destrozados por las llamas en lo que va de año se ha elevado a 34.000 hectáreas (21.720 correspondientes sólo a León, que se lleva la palma con mucho). Teniendo en cuenta que en el conjunto de Castilla y León la cifra oficial aireada ayer por el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ascendió a 40.113 hectáreas de monte, la Región Leonesa ha acaparado prácticamente el 85% de los siniestros forestales. Y sólo León el 54%. Es decir, de cada dos incendios en Castilla y León, uno se corresponde con la provincia leonesa.

El número total de incendios contabilizados ascendió a 776, muchos de ellos numéricamente hablando en la época inusual de primavera, donde se produjo uno de los más grandes, el de la Tebaida berciana en el municipio de Ponferrada. Superado con mucho en hectáreas se quedó el de La Cabrera en agosto, y entre las mayores tragedias ambientales se situaron los siniestros como el del Alto Sil en un octubre negro como pocos.

El consejero resaltó ayer en las Cortes de Castilla y León que de los 2.548 incendios forestales contabilizados en la Comunidad, el 67,2% (1.715 en total) fueron intencionados, 14 puntos por encima de la media de la ultima década.

En su comparecencia ante la Comisión de Fomento y Medio Ambiente de las Cortes, el consejero argumentó que la sequía fue un factor clave que provocó un incremento de la superficie quemada y resaltó que entre enero y octubre las precipitaciones medias en la Comunidad fueron de 294 litros por metro cuadrado, cuando lo habitual son más 440 litros.

Suárez-Quiñones que ofreció a todos los grupos políticos del Parlamento regional la puesta en marcha de una mesa de diálogo para mejorar el operativo contra incendios, apeló a la responsabilidad para luchar contra un grave problema del que “nadie, ni siquiera el Gobierno, debe sacar rédito político”, en referencia a las críticas de gestión vertidas en muchos momentos de este año, con casos como un incendio que penetró en la localidad de Silván (La Cabrera) y en el que ni siquiera se activó el nivel básico de alerta, por mencionar algunos casos.

Además, también defendió la actuación del operativo, que este año alcanzó el techo de las 4.000 horas de vuelo, y su gran esfuerzo en una campaña muy complicada y en la que se han empleado “más medios que nunca”. En este sentido, señaló que el número de efectivos se incrementó en 116 con respecto a la campaña anterior y además de enumerar diversas mejoras confirmó que para 2018 el presupuesto del operativo se incrementará un 17 por ciento, hasta rozar los 50 millones de euros.

Intencionalidad

Suárez-Quiñones también se refirió a la alta intencionalidad y argumentó que sólo 104 incendios fueron provocados por causas naturales, y apuntó que mientras los fuegos por negligencias y accidentes caen al 21 por ciento, los intencionados se dispararon hasta el 67,2 por ciento. Además, resaltó que esta criminalidad estuvo presente en los trece grandes incendios -más de 500 hectáreas- registrados esta campaña.

Como ejemplo de esta intencionalidad, indicó que el 15 de agosto fueron cuatro los incendios provocados a lo largo de la carretera que une Fabero con Páramo del Sil (León), mientras que el 12 de septiembre en la carretera entre Santa María de Ordas a Valdesamario fueron siete los focos simultáneos.

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